El propio escritor afirmaba que sus personajes eran gente común que vive en pequeños pueblos de clase media. Según él, es en la mesocracia donde ocurren las mayores luchas y la ambigüedad de la vida corresponde a la regla por excelencia. Entre los aspectos de este grupo social que el creador confronta están el peso de la religión, de la responsabilidad comunitaria y económica, y la insatisfacción sexual que luego lleva a la infidelidad conyugal.
Por Sergio Inestrosa
Publicado el 18.7.2018
Todos los libros de John Updike describen la vida y las peripecias de los ciudadanos típicos de la clase media estadounidense; personas “normales” que se han afincado en pequeños pueblos como Ipswich al norte de Boston, donde el autor vivió muchos años. Updike suele tener como trasfondo de esas historias mediocres de la gente de clase media los grandes eventos históricos, como los cambios culturales de finales de los sesentas o la guerra de Vietnam, que es uno de los temas recurrentes en el cine y la literatura de los Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XX.
El propio Updike afirmaba que sus personajes eran gente común que vive en pequeños pueblos de clase media. Según él, es en la mesocracia donde ocurren las mayores luchas y la ambigüedad de la vida corresponde a la regla por excelencia. Entre los aspectos que de esta clase social confronta están el peso de la religión, de la responsabilidad social y económica, y la insatisfacción sexual que luego lleva a la infidelidad conyugal.
El personaje más conocido de las obras de Updike es Harry (el conejo) Angstrom, quien vive atrapado en un matrimonio sin amor y en un trabajo como vendedor que no disfruta. Harry representa la vida de miles de personas en este país, una existencia cómoda pero desprovista de interés; una vida llena de mediocridad. Updike escribió cinco novelas en torno a este carácter ficticio.
El libro de cuentos que ahora comento, recoge textos que van desde 1953, cuando Updike comenzó a escribir en la famosa revista neoyorquina The New Yorker y llegan hasta 1975; este volumen lleva por título The Early Stories (Historias tempranas, en traducción libre) y fue publicado por Random House, Nueva York, en el 2003.
Este libro, como era de esperarse, aborda una gran variedad de temas que van desde el racismo de una señora blanca (en “La mujer del doctor”) que vive retirada en la isla de San Martin, hasta la infidelidad de una ama de casa, pasando por el día en que muere un conejo, la mascota de unos niños; sin faltar los recuerdos de un hombre cuando estaba en la escuela secundaria y habían partidos de fútbol americano y él asistía a verlos con su padre.
Algunos de ustedes quizás puedan preguntarse, ¿por qué leer a Updike cuando puedo apreciar a otros escritores más conocidos? La respuesta es más bien simple; porque si lo lee va a darse cuenta de que es un escritor fino, con un conocimiento y una intuición profunda, un narrador muy diverso en sus temas y en los géneros literarios que practicó. De hecho, Updike ficcionó prácticamente de todo, aunque quizás lo mejor y más conocido de él sean sus novelas, especialmente la saga sobre su personaje Conejo.
Leer a Updike además nos va a dar una perspectiva de los intereses y contradicciones de la clase media no solo de la estadounidense, sino de todo tipo de sujetos que pertenecen a este grupo que aspira a más y que tiende a tener siempre menos; un estamento que por naturaleza es inconforme, que piensa siempre que la vida y el sistema no le han hecho justicia y por ello mismo busca las formas de gratificación y de éxito más diversas, pero que siempre se encuentra con una profunda insatisfacción personal. Una de las frases que para mí sintetiza la situación de aquel segmento está dicha por una de los mujeres del cuento “Museos y mujeres” y dice: “Dios mío, es terrible amar lo que no puedes tener”, (p. 529) (God, it’s terrible to love what you can have).
Tenemos que recordar, sin embargo, que justamente de la clase media han salido las figuras más interesantes en los diversos campos sociales, desde la cultura y las artes, las ciencias hasta los revolucionarios más destacados de nuestros países: Bolívar, Fidel, El Ché, Marcos (quien se rebautizó así mismo, no hace mucho, como Galeano), Allende, Roque Dalton.
En vida, Updike recibió muchos premios, entre otros el Premio Pulitzer, el PEN/Faulkner por su obra de ficción. Así el autor fue, en su momento, el otro gran escritor estadounidense junto con Phillip Roth, aun cuando Roth fue un creador más político y naturalmente más polémico que Updike, que vivió siempre en pequeños pueblos parecidos a los que retrata en su obra. Por ello mismo, su perspectiva fue otra, fue la de centrarse en las insatisfacciones típicas de la clase media; esa clase social tan difícil de definir y que habita los suburbios estadounidenses, donde la vida parece brindar todas las comodidades imaginables, pero a la vez acusa un enojo porque en el fondo la existencia está llena de insatisfacciones, frustraciones y mediocridades.
Desconozco que tan conocido es Updike en América Latina, debo de confesar que llegué a él gracias a Leonardo Padura quien habla de Corre conejo, como uno de los libros que él más aprecia.
Puede estar seguro el lector que se atreva a navegar las páginas escritas por Updike que no se va a decepcionar, que va disfrutar por entero las historias que lea y tal vez, solo tal vez, hasta se sienta de alguna forma retratado o cuestionado en sus carillas. Si no tiene nada a mano, o si en la biblioteca de su ciudad no tienen nada de él, hágase de uno de los libros sobre Conejo, y los va a disfrutar mucho; y si solo logra encontrar los cuentos le aseguro que le van a parecer entretenidos, variados y muy bien escritos.
Sergio Inestrosa (San Salvador, 1957) es profesor de español y de asuntos latinoamericanos en el Endicott College, Beverly, de Massachusetts, Estados Unidos.
Crédito de la imagen destacada: John Updike en 1957, por Historic Ipswich (https://historicipswich.org/).