El último largometraje de no ficción creado por la realizadora nacional aborda la paradoja de ser prisionero en la isla más remota del planeta, y contiene archivos inéditos de la vida en Rapa Nui. Se estrena el próximo jueves 4 de octubre en las salas comerciales del país a través del programa Miradoc.
Por Rodrigo Torres Quezada
Publicado el 15.9.2018
Dirigido por Tiziana Panizza, el documental Tierra sola es un viaje hacia la historia profunda de Rapa Nui, con el objeto de rescatar la memoria de su gente en contraposición del estereotipo etnográfico creado a base de obras con una mirada cuasi racista; y de exponer qué significa estar bajo encierro en un territorio ya de por sí rodeado de un vasto océano.
Tal como otro documental, ya reseñado en este medio (Riu: lo que cuentan los cantos de Pablo Berthelon), aquí también se habla a partir de la curiosa relación de Chile con respecto a esta isla. Porque pareciera que se dejó de lado todo aspecto cultural en pos de un sentimiento de orgullo nacionalista fundado en la base de nada. Si algo queda en claro en este trabajo es que Rapa Nui es una isla “sola”, no atada a ninguna otra nación. ¿Y qué nación en realidad puede definirse como algo que no sea una construcción cultural o una creación por parte de cierta clase privilegiada? Además, el que se le haya colocado Tierra sola a esta obra, hace juego con lo que constantemente se nos repite a lo largo del metraje: los antiguos documentales etnográficos sobre “Isla de Pascua” (rara vez llamada Rapa Nui) nos muestran una isla desolada donde solo hay moais que a fin de cuentas es lo que más vende. Porque el moai, una escultura con simbolismo sagrado o de una tradición arquetípica, fue transformado en un fetiche del consumo o del concepto de “marca país” dentro del cual Chile se ha querido insertar. ¿Pero y la gente de Rapa Nui? ¿De verdad es una isla desierta y sola? Durante la primera parte del largometraje esta pregunta es la que se mantiene como eje central.
En la segunda parte de la obra, aparece la cuestión de cómo el Estado de Chile ha intentado ejercer su soberanía sobre la isla. Una isla de la cual no se tenía ni un ápice de idea sobre su cultura. De alguna forma a pesar de los años que han pasado, aún se mantiene un grado de ignorancia con respecto a su gente (porque al parecer siempre se creyó que solo había moais. Nada más que moais), de tal forma que se intentó crear una cárcel moderna en Rapa Nui. Esta cárcel más que una necesidad real de la gente, era la búsqueda de establecer un símbolo de soberanía. Lo que ya hablaba Foucault en su clásico Vigilar y castigar: crear una institución carcelaria es más que nada una forma del poder estatal para demostrar su superioridad sobre los subordinados. Y de esta forma, el documental enlaza esta idea con lo sucedido en los primeros años del siglo XX cuando empresas ganaderas inglesas llegaron a Rapa Nui y encerraron a la gente para que no tuviese contacto con los animales pues estos podían enfermar.
En lo que respecta a los detalles técnicos, Tierra sola ocupa 32 documentales o cortos de archivo, la mayoría mostrando a la antigua población de Rapa Nui. Aquí vemos cómo el Estado se arrogaba ser una especie de nación colonialista que cuidaba de sus hermanos menores. Además, tiene imágenes y frases poéticas que invitan a reflexionar sobre lo que significa ser dominado por alguien que no conoce tu cultura y además, lo que significa asimismo valorar el dónde se nació; más que por un sentimiento nacionalista, por un afecto a la gente con la que se comparte un modo de ver la vida. Simplemente baste decir que este título cumple con creces su objetivo estético, ideológico y audiovisual.
Rodrigo Torres Quezada (Santiago, 1984) es egresado del Instituto Nacional “General José Miguel Carrera” y licenciado en historia de la Universidad de Chile. Ha publicado los libros de cuentos Antecesor (2014) y Filosofía Disney (2018) bajo el sello Librosdementira. También ha dado a conocer distintos relatos de su autoría en La Maceta Ediciones (2017) y la novela titulada El sello del pudú (Aguja Literaria, 2016). Lanzó, asimismo, el volumen de ficción Nueva narrativa nueva (Santiago-Ander, 2018), y obtuvo el primer lugar en el concurso V versión Cuéntate algo de Biblioteca Viva (2012). El año 2016, en tanto, se quedó con el primer lugar en el I Concurso Literario del Cementerio Metropolitano.
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