Las instancias mencionadas abordaron diversos temas vinculados con la problemática del quehacer literario de las mujeres en la sociedad actual, los desafíos que implica, las dificultades, los riesgos, las voces que se levantan para develar y denunciar, y las significancias que adquieren para éstas, el gesto contrahegemónico de empuñar la pluma, escribir, hablar y contarle al mundo sobre lo que les ocurre.
Por Jessenia Chamorro Salas
Publicado el 17.10.2018
La versión número 11 del Woman Playwrights International Conference realizada entre los días 7 y 12 de octubre del presente año, tuvo su epicentro en Chile, y pese a las dificultades por la falta de fondos económicos que las organizadoras debieron sortear para su realización, WPIC dejó una huella imborrable no solo en el equipo que gestionó cada una de sus actividades, ni en el público que participó de éstas ya sea como asistente, espectador o gestor cultural y escénico, sino por sobre todo en el desarrollo teatral y dramatúrgico de la escena nacional, debido a los vínculos que se establecieron tanto con escritoras como con teatristas e investigadores de todas partes del mundo, y la enorme vitrina del quehacer nacional que implicaron las diversas actividades realizadas, entre ellas: puestas en escena y lecturas dramatizadas de alrededor de una cincuentena de obras, casi una decena de talleres impartidos intensamente en el trascurso de las jornadas, diversos itinerarios culturales e instalaciones interactivas, y las cinco mesas redondas llevadas a cabo cada mañana, además del conversatorio post exhibición del documental sobre una de las dramaturgas más destacadas de la escena nacional, Isidora Aguirre.
Las mesas redondas y conversatorios abordaron diversos temas vinculados con la problemática del quehacer literario de las mujeres en la sociedad actual, los desafíos que implica, las dificultades, los riesgos, las voces que se levantan para develar y denunciar, y las significancias que adquiere para la mujer, el gesto contrahegemónico de empuñar la pluma, escribir, hablar y contarle al mundo sobre lo que le ocurre a las mujeres.
Por una parte, la primera mesa fue moderada por la directora del proyecto y gestora principal, Sally Campusano, y fue llamada “En la frontera: Dramaturgia y territorio”, y en ella se problematizó y reflexionó en torno al vínculo entre creación dramática y el territorio geopolítico y emocional, abordando temas como el exilio, la inmigración, los desplazamientos, y cómo el cuerpo femenino funciona como territorio carto-corpográfico. La pregunta que sirvió como puntapié inicial fue: ¿Qué define la dramaturgia femenina? Desde ahí los invitados pudieron analizar y reflexionar sobre las relaciones entre género y escritura, y género y contexto, con todas las implicancias interseccionales y socioculturales que tales relaciones implican. Entendiendo el territorio como espacio conflictuado que va más allá de las fronteras geográficas, los invitados expusieron su experiencia como sujetos en tránsito, como artistas y como mujeres que han levantado la voz para hablar sobre su situación. Una escritura de mujeres que no puede desprenderse del territorio en donde ha emergido, ni puede hacer oídos sordos al contexto que la rodea, pues tanto el territorio interior como el exterior influyen en la dramaturgia de mujeres y la explican. Junto a Coca Duarte (Chile), Mayté Lorenzo (Cuba), August Andong (Indonesia), Leyla Selman (Chile), Vana Medeiros (Brasil), y Cristóbal Pizarro (Chile), se reflexionó sobre la escritura de mujeres y cómo ésta problematiza desde una mirada oblicua, surgida por su condición de mujer inserta en cierto territorio y en un contexto específico, imaginarios y representaciones.
Por otra parte, la mesa redonda moderada por el crítico e investigador teatral Javier Ibacache, titulada “El cuerpo como un cuarto propio: Territorio, política y cuerpo femenino”, generó una exposición de diversos planteamientos entre las invitadas Carla Zuñiga (Chile), Ana Fernández (España), Jasna Zmak (Croacia), Kelly Mcburnette (Estados Unidos), Marcia Zanelatto (Brasil), Maritza Farías (Chile), sobre las relaciones entre cuerpo, territorio, sexo-género y teatro, considerando el amplio espectro que implica el género y sus distintas posibilidades. Con énfasis en el usufructo que histórica, social y culturalmente se ha realizado del cuerpo femenino, la mesa reflexionó sobre las causas y consecuencias de tal usufructo y “corsé” que hasta el día de hoy constriñe tanto el cuerpo de la mujer como otras corporalidades que resultan disidentes para la heteronorma patriarcal. Se abordó el cuerpo cruzado por el poder, en este sentido, el cuerpo femenino coartado por la biopolítica, colonizado como un territorio por otro que pretende usufructuar de él. Cuerpos disruptivos que son violentados, cuyas estéticas y escrituras apelan a una resistencia así como también a una descategorización binaria que destruya la normatividad y desconflictue con ello, la subjetividad.
La tercera mesa redonda estuvo a cargo de la destacada escritora chilena, ganadora del premio Sor Juana Inés de la Cruz, Nona Fernández, y se llamó: “¿Choque de civilizaciones? Dramaturgas y los desafíos del siglo XXI”, en ella se reflexionó junto a las invitadas Isidora Stevenson (Chile), Carolina Vivas (Colombia), Donna Abela (Australia), Ana Corbalán (Chile), Fernanda del Monte (México), Eva Brise (Suecia), sobre los desafíos y obstáculos que las escritoras y teatristas mujeres enfrentan actualmente acerca de su propio quehacer, la genealogía literaria de mujeres, los derroteros de la escritura actual, los límites de la reivindicación genérica y un cierto carácter panfletario en que a veces se cae. Discutiendo también en torno a las estrategias escriturales y discursivas de las mujeres, y el contacto con la realidad más allá de la ficción. Abordando además la problemática del rol de la mujer como líder de proyectos escénicos y artísticos en los actuales circuitos teatrales y culturales, es decir, la dificultad a la que se enfrentan las mujeres investigadoras, teatratistas y dramaturgas para desarrollarse en la academia, las salas de teatro y los centros culturales. Por último, se reflexionó acerca del rol que las autoras tienen en problemáticas sociopolíticas con fuerte impacto en la libertad corporal, emocional e intelectual femenina.
La cuarta mesa fue moderada por la destacada escritora, académica y crítica teatral, Andrea Jeftanovic, su título fue “Stand up for your rights: La conquista de los derechos civiles en la dramaturgia de mujeres”, cuyas invitadas a dialogar fueron: Lene Therese Teigen (Noruega), Marcia Johnson (Canadá), Clara Anich (Argentina), Amany Elsawy (Egipto), Khanyisa Sigwanda (South Africa), e Inés Margarita Stranger (Chile), quienes discutieron principalmente sobre la relación entre género y política, y en este sentido, acerca de las repercusiones históricas que los movimientos de mujeres han generado en la sociedad en distintas épocas, especialmente durante el siglo XX, con el fin de reivindicar sus derechos. Asimismo, las invitadas junto a Jeftanovic reflexionaron en torno a las problemáticas interseccionales atingentes a los movimientos civiles, el usufructo de la mujer durante los hechos bélicos, y el potencial de las líderes políticas, profundizando en torno a las últimas revoluciones feministas acaecidas en Latinoamérica durante, por un lado, la década del 60´ para lograr el voto femenino y el derecho a la píldora anticonceptiva; mientras que por otro en los 80´ cuando movimientos de mujeres se enfrentaron a las Dictaduras (por ejemplo, Madres de la Plaza de Mayo y Asociación de mujeres de DD.AA), llegando por último al período actual, en donde ha surgido una ola de manifestaciones con tendencia feminista tales como los movimiento Me too y Niunamenos, así como también las marchas de “pañuelos verdes” (Argentina) y a pechos desnudos (Chile).
Finalmente, tras la exhibición del largometraje documental Isidora, dirigido por Christian Aylwin y Nicolás Superby, que aborda íntimamente el quehacer escritural y dramático de Isidora Aguirre, destacando su prolífica obra y la mirada a partir de la cual ella creó sus obras, se realizó un conversatorio junto a las dramaturgas Flavia Radrigán (Chile), Claudia Hidalgo (Chile), y Leticia Arbelo (Argentina), cuyo tema central fue la importancia de las grandes dramaturgas en Latinoamérica, como por ejemplo Griselda Gambaro y la misma Isidora Aguierre, entre tantas otras, quienes lucharon con convicción, empuñando la pluma y posicionándose en el mundo del teatro con una perspectiva propia que buscó reivindicar figuras históricamente subalternas, con una creatividad y propuesta estéticas que hasta el día de hoy resuena en las nuevas generaciones de dramaturgas, que ven en sus precedentes ecos de las problemáticas que aun hoy, son abordadas en sus obras.
De este modo WPIC Chile 2018 produjo un crisol de reflexión y análisis tanto del quehacer dramático como de la labor de las mujeres en las sociedades actuales, problematizando cuestiones en torno al género, al rol y posición de la mujer, los alcances de su producción escritural, el impacto de su creatividad en difíciles contextos históricos, además de cuestionar paradigmas y categorizaciones preestablecidas que coartan a la mujer – e incluso al hombre – corporal, emocional e intelectualmente. Se trató de reflexiones teóricas con base en la experiencia que cada invitada tenía sobre su propio país, su labor y su visión sobre los propuestos en las discusiones. Desde una mirada poco academicista y más bien divulgativa, las Mesas Redondas WPIC pusieron en vitrina un abanico de perspectivas en torno al género, las carto-corpografías, y el teatro.
Jessenia Chamorro Salas es licenciada en lengua y literatura hispánica de la Universidad de Chile, profesora de lenguaje y comunicación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, magíster en literatura latinoamericana de la Universidad de Santiago de Chile, y doctora (c) en literatura de la Universidad de Chile.
Crédito de las imágenes utilizadas: WPIC Chile 2018.