«Trastornos del sueño», de Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra: La vida conspira en nuestra contra

El largometraje de ficción nacional -en cartelera- es un puñetazo a las grandes mentiras de las redes sociales y a la propaganda de partidos políticos como Evópoli: gente feliz que se reúne en torno a un plato de hamburguesas en el McDonalds, personas que sonríen mientras les sacan una foto empresarial (ni hablar de los globitos con el nombre de la compañía) o la gran farsa del sistema, que este es un país donde puedes cumplir tus sueños.

Por Rodrigo Torres Quezada

Publicado el 23.10.2018

La película nacional Trastornos del sueño, dirigida por Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra, trata sobre una familia con innumerables problemas. Se podría decir que es una familia disfuncional… Sin embargo, el caso es que representa la realidad y por ende, más que disfuncional, ejemplifica lo que sucede en cualquier rincón de Chile.

El largometraje es un puñetazo a las grandes mentiras de las redes sociales: gente feliz que se reúne en torno a un plato de hamburguesas en el McDonalds, personas que sonríen mientras les sacan una foto empresarial (ni hablar de los globitos con el nombre de la empresa) o la gran farsa del sistema: que este es un país donde puedes cumplir tus sueños. Como un balde de agua fría, la película barre con todo esto y presenta a una sociedad sumida en una atmósfera opresiva, oscura (toda la obra, de hecho, transcurre en un ambiente casi tétrico, como si no estuviésemos en una trama audiovisual de realismo social, sino de terror).

Los primeros minutos son tediosos. Y eso puede jugarle en contra. Además, más que contar una historia, la estructura narrativa une secuencias que operan bajo el mismo esquema de lo oscuro y triste. En otras palabras: los personajes empiezan de una forma y terminan igual. Su desarrollo es imposible dentro de un sistema que sume en la anomia y la tristeza. Pero este par de detalles son resueltos por la atmósfera: el argumento del largometraje es tan crudo que recuerda a otra cinta chilena igual de asfixiante por su realismo (El pejesapo, de José Luis Sepúlveda) y también a cintas extranjeras como Happiness de Todd Solondz, o cualquiera de las primeras de Lars von Trier, o Solo contra todos del franco-argentino Gaspar Noé.

La historia de un hombre depresivo que queda cesante y tiene una abuela enferma, una madre que no se siente para nada de feliz y que mantiene una relación con una familiar, no parecen elementos muy originales, pero es el conjunto de sus elementos artísticos el cual posibilita que esta película adquiera notoriedad.

Porque lo que muestra esta cinta no es algo aislado. Es el Chile real. Mucho se ha hablado en literatura contra la autoficción. De que es un recurso utilizado por todos los escritores, que no tiene originalidad, etcétera, etcétera, etcétera. Pero ya se querría ver a alguien retratando en el papel esta atmósfera oscura y opresiva. Y es posible que para lograr eso, sea necesario pasar por toda esa miseria y oscuridad en carne viva.

Excelente película. No ver si se tiene depresión o alguna crisis de angustia.

 

 

 

Tráiler:

 

Rodrigo Torres Quezada (Santiago, 1984) es egresado del Instituto Nacional “General José Miguel Carrera” y licenciado en historia de la Universidad de Chile. Ha publicado los libros de cuentos Antecesor (2014) y Filosofía Disney (2018) bajo el sello Librosdementira. También ha dado a conocer distintos relatos de su autoría en La Maceta Ediciones (2017) y la novela titulada El sello del pudú (Aguja Literaria, 2016). Lanzó, asimismo, el volumen de ficción Nueva narrativa nueva (Santiago-Ander, 2018), y obtuvo el primer lugar en el concurso V versión Cuéntate algo de Biblioteca Viva (2012). El año 2016, en tanto, se quedó con el primer lugar en el I Concurso Literario del Cementerio Metropolitano.