Debate: Los «Pornosonetos» de Pedro Mairal y el pretendido pedestal moral del arte

Estos versos son confesiones sexuales en donde se mezcla lo poético con lo explícito. Se habla de coitos, de tetas, de eyaculaciones, de condones, de exhibiciones. Los textos no se guardan nada, y no hay dobleces ni matices.

Por Joaquín Escobar

Publicado el 21.11.2018

Pedro Mairal y su exitosa novela La uruguaya, remecieron a la literatura latinoamericana el año 2016. Un relato simple, entretenido y fresco, posicionó al escritor entre los más vendidos, consiguiendo una notoria popularidad en el mundo hispanohablante.

Después del fenómeno que esta novela produjo, comenzaron a reeditarse todos sus libros. Desde su elogiada y premiada novela Una noche con Sabrina Love, pasando por la transgresora El año del desierto, hasta sus crónicas publicadas durante cinco años en el semanario El Perfil.

Dentro de esta ola de reediciones, encontramos sus Pornosonetos. Un poemario (que quizás no lo sea), que Mairal publicó hace ya muchos años bajo el seudónimo de Carlos Paz (en 2005 y 2008, respectivamente, y reunidos en un solo tomo por Emecé, durante 2018). El tono confesional -y a ratos autoficcional- hizo que el autor argentino renegara de ellos, escondiéndose bajo una chapa que le permitía escribir sin impostaciones. Después de harto tiempo operando bajo esta lógica, y de negarlo sistemáticamente, una amiga decide encararlo: “No jodas, Pedro, sos más vos que nunca”. Mairal no puede seguir con sus artificios, asume su condición de escritor de los Pornosonetos, y se posiciona en el mercado potentemente, pues su trabajo no sólo quedaría circunscrito a la prosa, también sus poemas ingresarían con fuerza en el mundo escritural.

Los Pornosonetos son confesiones sexuales en donde se mezcla lo poético con lo explícito. Se habla de sexo, de tetas, de eyaculaciones, de condones, de de exhibiciones. Los textos no se guardan nada. No hay dobleces ni matices:

 

“dos vidas quiero yo dijo Fernando

lo dijo con resignación profunda

una para coger y la segunda

para hacerme la paja recordando

y yo dijo Gastón quiero un duplete

tener a dos minitas en mi casa

bucearle el orto oscuro a una negraza

mientras la rubia puta me hace un pete

yo quiero una gordita dijo Lucas

que me quiera y se ría y no me rompa

que me pida masajes en la pompa

que me deje fumar todas mis tucas

y yo no dije nada tuve tos

 

no dije que en verdad te quiero a vos”.

 

Los poemas tienen humor. Al leer muchos de los sonetos, estallamos en una carcajada desorbitada que muerde nuestro lugar de lectura. Cada escrito tiene sonido, esconde música, como si detrás de cada construcción se escondiera una orquesta que pusiera énfasis en cada sílaba.

Hay quien podría definir a Mairal como un cosificador del cuerpo femenino, un escritor que en forma reiterada reduce a la mujer a un mero órgano sexual. Si bien es cierto que los Pornosonetos tienen esta composición, es imperioso aclarar que la literatura no es un pedestal moral, por ende, no hay que otorgarle un valor sacro que jamás va a tener. El neo-conservadurismo dejémoslo afuera del arte. La literatura como un paño libre de pautas y dictámenes. Las condenas hagámoslas en la realidad, porque la literatura jamás debe mancharse.

 

Joaquín Escobar (1986). Escritor, sociólogo y magíster en literatura latinoamericana. Reseñista del diario La Estrella de Valparaíso y de diversos medios digitales, es también autor del libro de cuentos Se vende humo (Narrativa Punto Aparte, 2017). También es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

El escritor argentino Pedro Mairal (1970)

 

 

«Pornosonetos» (Emecé, Baires, 2018)

 

 

El escritor y crítico chileno, Joaquín Escobar

 

 

 

Crédito de la imagen destacada: Emecé Editores.

Crédito de la fotografía a Pedro Mairal: Secretaría de Cultura de la Nación (https://www.cultura.gob.ar/).