La ópera prima del realizador nacional Pablo Rojas Marchini relata la historia de amor de Elisa y Rebeca, dos jóvenes cuyos afectos desventurados para la sociedad local de la década de 1940 –incluso para la actualidad, baste recordar la feroz golpiza ocurrida hace un tiempo a una joven lesbiana– se transforman en un pecado doloroso e incluso en una enfermedad: una mujer no puede enamorarse de una congénere, aunque ese sentimiento sea tan puro y verdadero como lo es el vivenciado por las protagonistas. El filme se estrena este jueves 7 de marzo en la cartelera local.
Por Jessenia Chamorro Salas
Publicado el 4.3.2019
Mujer saliendo del mar (2018) es el largometraje de ficción dirigido por el chileno Pablo Rojas Marchini (1971), el cual relata el proceso de crecimiento y aprendizaje de una joven mujer, Elisa (interpretada por la actriz Lucy Cominetti), y quien sufre del bulling que le hacen sus demás compañeras en el liceo de monjas en donde estudia, y en donde además de refugiarse en la música, a través de practicar el cello, se refugia en su amistad con Rebeca, joven impetuosa y rebelde con quien comienza a entablar un vínculo afectivo que va más allá de las convenciones sociales de la época.
El filme está ambientado en el Valparaíso de los años ’40, en un contexto rígido y normativo, y en donde la mujer apenas si cumple el rol de madre y esposa, aun ni siquiera tiene derecho a voto, y menos a decidir sobre su propia fertilidad. La enseñanza a las mujeres constó históricamente en que aprendiesen a ser buenas dueñas de casa, madres abnegadas y esposas complacientes. La representación del colegio de monjas evidencia aquel punto, ya que a las niñas se les enseña lo indispensable para el cumplimiento de las labores domésticas, esto se observa por ejemplo en el currículum escolar de la década respectiva, en el cual destacan cursos tales como “bordado”, “costura”, y el emblemático “economía doméstica”.
Estos son los parámetros que rigen el aprendizaje de las jovencitas en el contexto representado en Mujer saliendo del mar, sin embargo, Elisa romperá trágicamente estas convenciones, a costos demasiado altos, pero esperables para el destino de una mujer durante aquellos años. Tal como le ocurrió a célebres escritoras, como por ejemplo, Teresa Wills Montt, tildada de loca por su familia, quienes la recluyeron en un convento; luego su marido, a causa de la infidelidad de ella, le arrebató a sus hijos, hecho que la llevó al suicidio. También es el caso de las escritoras y artistas de la Generación del 50, quienes debieron enfrentarse a las normas heteropatriarcales y a costa muchas veces de sí mismas, se rebelaron en contra de las convenciones y restricciones sexogenéricas. Contexto que tuvo como consecuencia la “primera ola” del movimiento feminista.
Mujer saliendo del mar relata la historia de amor de Elisa y Rebeca, dos jóvenes cuyos afectos desventurados para la sociedad de la época – incluso para la actualidad, baste recordar la feroz golpiza ocurrida hace un tiempo a una joven lesbiana – se transforman en un pecado doloroso e incluso en una enfermedad, que como la “histeria” debe corregirse, porque según los parámetros de la “normalidad”, una mujer no puede enamorarse de una congénere, aunque ese sentimiento sea tan puro y verdadero como lo es el de Elisa y Rebeca.
Elisa es obligada a casarse con un hombre a quien no ama, es obligada a seguir las convenciones, sin embargo su corazón se rebela. La muerte y la tragedia dan paso al autodescubrimiento y a la certeza de la propia existencia.
Mujer saliendo del mar es un filme que cuestiona los convencionalismos, el sistema heteronormado y el patriarcado, en este caso, con una mirada melodramática e íntima, que se adentra en lo afectivo y emocional, en la soledad que vive Elisa y en sus carencias, y en el mundo que descubre junto a Rebeca.
Preestrenada en Valparaíso y exhibida en festivales internacionales, la cinta se estrenará oficialmente por la Red Salas de Cine de Chile este jueves 7 de marzo en el país. Su protagonista, la actriz Lucy Cominetti, reconocida por su participación en series y teleseries de TV, recibió el premio a la mejor actriz dramática en el pasado Festival Calzada de la ciudad de Calatraba, España. Las actuaciones de ambas protagonistas sobresalen por su complicidad, carisma y profundidad, entregando al espectador una representación conmovedora y apasionante.
La prohibiciones y la verguenza del propio cuerpo, es un condicionante para las mujeres. En el caso de Elisa, ni años de tratamiento psiquiátrico, ni un matrimonio aparentemente feliz, pudieron hacer olvidar su romance con Rebeca y el autodescubrimiento que junto a ella experimentó. Ya en su adultez, al reencontrarla y darse cuenta que ella ha reafirmado sus convicciones sociales y políticas respecto de la condición femenina, Elisa descubre que nada de lo que ha hecho ha tenido sentido, pues haber cumplido con los parámetros establecidos no ha sido suficiente ni la ha hecho sentir feliz, ni plena. Su reencuentro con Rebeca la hará salir del mar y abrirse al mundo.
Jessenia Chamorro Salas es licenciada en lengua y literatura hispánica de la Universidad de Chile, profesora de lenguaje y comunicación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, magíster en literatura latinoamericana de la Universidad de Santiago de Chile, y doctora (c) en literatura de la Universidad de Chile.
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