Este montaje dramático -que actualmente se exhibe en la Sala Principal de Matucana 100- se sostiene por su buen arte en términos de composición. Un trabajo de luz impecable, una escenografía llena de fugas expresionistas y un texto limpio, honesto y muy bien tratado en una historia escalofriante, donde la realidad y la ficción de un país se cruzan y se reúnen.
Por Rodrigo Peralta Godoy
Publicado el 9.3.2019
«Hay tristeza que vaga en el ambiente / Como un manto sutil».
José Domingo Gómez Rojas
No puedo comenzar esta crítica sin arrojarme al fenecer de Chile durante su historia republicana. Las políticas del cuerpo y sus traiciones. Y cuando el cuerpo herido habla en escena, en rigor nos encontramos con actores y actrices, y un equipo de investigadores y de creadores que enriquecen el ejercicio de documentar las consecuencias de las feroces prácticas de muerte y doble estándar político y ético de un país acostumbrado a guardar silencio.
Fabiola Ariadna Ruíz (directora y dramaturga de la obra Réquiem) nos asombra con esa otra mirada, de narrarnos -con un excelente texto- el quebrantamiento de los hijos de un militar involucrado en crímenes bajo la dictadura de Augusto Pinochet.
En escena: Lili Marlene, dos mesas de arrimo, un sillón rojo y una silla. La escenografía: un fragmento esquinado, lleno de diagonales, acentuando la constante tragedia donde se movilizan los personajes. Es casi un nicho, un gabinete de confesiones y secretos en torno a un argumento feroz donde una familia compuesta por la madre, sus tres hijos y una nieta, se reúnen para el día de aniversario de la muerte del padre, quien fuera militar en tiempos de la dictadura en Chile (1973 – 1990).
Esta obra se centra en los otros hijos de este país, en esas otras víctimas que entran en un enorme conflicto valórico entre optar por la familia elegida o acompañarla, cargando el peso de la historia y su cotidiano existencial.
El teatro político recobra sabiduría en este período de coyunturas y de discursos radiográficos al hablar de víctimas y quiebres. Chile se traduce -en términos íntimos- en grandes episodios de silencio, y muy bien sabe hacerlo en esta obra la extraordinaria compañía Malinche Teatro, oriundos del territorio porteño, con casi una década de trayectoria e integrada por actores y diseñadores de Valparaíso y Santiago.
Durante este tiempo, la compañía ha indagado rigurosamente en temáticas vinculadas a la memoria, la deshumanización y la reflexión en torno al derecho a la vida, así como la importancia del ejercicio escénico en la reparación de la verdad y la justicia mediante estéticas y poéticas que atávicamente han caracterizado la escena rebelde y consecuente.
Esta obra se sostiene por su buen arte en términos de composición. Un trabajo de luz impecable, una escenografía llena de fugas expresionistas y un texto limpio, honesto y muy bien tratado. Quisiera destacar el estado ominoso de esta puesta en escena y la valentía del equipo en adentrarse a esta escalofriante historia, donde la realidad y la ficción se reúnen para constatar que las biografías pesan y que las libertades no se toman sino que se piden aunque duela. Eso no es traición: es consecuencia.
Ficha artística:
Dramaturgia y dirección: Fabiola Ariadna Ruíz.
Elenco: Cristian Díaz, María Angélica Luzzi, Maricel Muñoz, Paula Ruiz y Estefanía Aedo.
Diseño y escenografía: Daniel Fuentes.
Asesoría en diseño integral: Eduardo Jiménez.
Construcción de la escenografía: Miguel Alvayay.
Diseño e iluminación: Jorge Espinoza.
Vestuario: Katiuska Valenzuela.
Música y diseño sonoro: Pablo Quezada.
Maquillaje: Felipe Criado.
Operador sonido: Ignacio Núñez.
Iluminación: Francisco Cancino.
Asistente de montaje: Luis Barría y Rodrigo Neira.
Utilería: Renzo Vitale.
Registro audiovisual: Carolina Pizarro.
Producción general: La Malinche Teatro.
Dónde: Teatro Principal del Centro Cultural Matucana 100.
Desde el jueves 28 de febrero hasta el domingo 10 de marzo de 2019.
Miércoles a sábado, a las 20:30 horas, domingo, a las 19.30 horas.
Valores de las entradas: $5.000 general, $3.000 estudiantes, tercera edad, miércoles y jueves popular.
Duración: 65 minutos.
Calificación: +12.
Dirección: Avenida Matucana N° 100, comuna de Estación Central, Santiago.
Crédito de las fotografías utilizadas: Centro Cultural Matucana 100.