Debate: «El rey de los ladrones»: Homenaje a la tradición

El filme del realizador James Marshal ofrece un acertado comentario metacinematográfico sobre las películas de asaltos, rindiendo sus respetos a clásicos como «The Italian Job» (Peter Collinson, 1969) y poniendo en duda los límites entre la realidad y la ficción. No es la última joya de la corona ni el diamante más preciado de Hatton Garden, pero este largometraje sí logra aplacar el tiempo.

Por Felipe Stark Bittencourt

Publicado el 3.8.2019

El rey de los ladrones es una película simple y que va directo al grano. Por una parte, homenajea con sus citas a ese subgénero del policial de grandes atracos orquestados con elegancia y habilidad, ensalzando quizá no los artificios utilizados para robar, sino la representación audiovisual del hecho. Y, por otra, también parecería dejar en evidencia, aunque aplastada por esta primera intención, los vericuetos de la codicia y las luchas que entablan los personajes para hacerse con la mayor cantidad de riqueza.

El director James Marsh, por lo mismo, divide esta historia basada en hechos reales en dos bloques bien diferenciados: el robo y las consecuencias. Seguimos así a Brian Reader (Michael Caine), un viejo derrotado cuyo pasado delictivo ha quedado atrás, pero que tras su repentina viudez se enfrenta a un tedio inesperado que lo consume lentamente. Cuando un joven delincuente (Charlie Cox) le dice que tiene la forma de entrar a la bóveda de Hatton Garden —barrio londinense famoso por sus joyerías—, la tentación de revivir el pasado lo lleva a reunir a sus compañeros para hacerse con un botín que solo conseguirá encender la codicia de todos.

Marsh es consciente de la tradición que lo precede y la plasma en su película, recordando las carreras de su elenco, compuesto por algunas leyendas del cine inglés —además de Caine están Michael Gambon, Jim Broadbent y Tom Courtneay—, junto con un tono de comedia que funciona muy bien en la primera mitad. El montaje es rápido, aunque a veces algo atolondrado; la música, bastante buena; y las interpretaciones, sobresalientes. Ese ritmo que alcanza sin ser vertiginoso, logra entretener y establecer correctamente las personalidades de cada ladrón, pero se queda corto para explicar la relación que hay entre ellos.

En la segunda mitad, Marsh gira a un tono más introspectivo y aunque su profundidad es escasa, permite que el enfrentamiento de bajezas de cada personaje se sienta orgánico. Es quizá un tramo del filme menos atractivo y sin ese tono humorístico de la primera parte, pero está bien elaborado. Sobresale la interpretación de viejo acabado de Caine, algo menoscabada, eso sí, por diálogos que no brillan precisamente por su elocuencia.

Quizá algunas decisiones en la dirección se sientan extrañas, como la utilización de un montaje similar a la parte anterior, lo cual, a veces, desfavorece ese tono más reflexivo que la cinta pretende alcanzar, pero no por eso avanza con menos energía, pese a los convencionalismos en los que a ratos cae. El rey de ladrones al menos sí ofrece un acertado comentario metacinematográfico sobre las películas de asaltos, rindiendo sus respetos a clásicos como The Italian Job (Peter Collinson, 1969) y poniendo en duda los límites entre la realidad y la ficción.

No es la última joya de la corona ni el diamante más preciado de Hatton Garden, pero esta película sí logra aplacar el tiempo.

 

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El rey de los ladrones, de James Marsh: Débil travesura final.

 

Felipe Stark Bittencourt (1993) es licenciado en literatura por la Universidad de los Andes (Chile) y magíster en estudios de cine por el Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Actualmente se dedica al fomento de la lectura en escolares y a la adaptación de guiones para teatro juvenil. Es, además, editor freelance. Sus áreas de interés son las aproximaciones interdisciplinarias entre la literatura y el cine, el guionismo y la ciencia ficción.

Asimismo es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

Michael Caine en «Rey de ladrones» (2018)

 

 

 

Felipe Stark Bittencourt

 

 

Tráiler:

 

 

Imagen destacada: Un fotograma de Rey de ladrones (2018), del realizador inglés James Marsh.