“La épica de la civilización americana”, de José Clemente Orozco: El nacimiento de un continente

Hay dos cosas que anotar antes de entrar en materia, la primera es que el mural -instalado en la biblioteca Baker de Dartmouth College, Hanover, en New Hampshire- fue pintado entre los años 1932 y 1934, en plena recesión económica de los Estados Unidos, y la segunda es que su autor (un mexicano) era abiertamente comunista.

Por Sergio Inestrosa

Publicado el 4.8.2019

No necesita usted viajar hasta Hanover, California o Guadalajara para apreciar el arte muralista de José Clemente Orozco, uno de los cuatro grandes muralistas mexicanos, junto con Diego Rivera (sin duda el más conocido de todos), David Alfaro Siqueiros y Juan O’Gorman.

El sitio de internet de la biblioteca Baker le permite a cualquier persona interesada hacer un recorrido virtual de todo el mural compuesto por 24 paneles; supongo que lo mismo hará Pomona College, en California.

Cada verano, tengo la fortuna de dar una clase español en esta prestigiosa universidad de Estados Unidos y cada temporada, como parte de las actividades culturales, llevo a los alumnos de español a que vean y disfruten del mural. Lo que a continuación voy a compartir con los lectores de Cine y Literatura es más o menos lo que les cuento a mis alumnos sobre esta obra de arte; me apresuro a aclarar que no soy crítico de arte y que mi explicación colinda más con la historia y la política.

Hay dos cosas que anotar antes de entrar en materia, la primera es que el mural fue pintado entre los años 1932 y 34, en plena recesión económica de Estados Unidos; la segunda es que Orozco era abiertamente comunista.

El primer panel se titula las migraciones y les hago notar a mis alumnos el porte y la gallardía que los hombres de ese fresco tienen, nada que ver con el “indígena” actual, empobrecido, humillado, desnutrido.

El segundo panel se centra en los sacrificios humanos típicos en el mundo precolombino bajo la justificación de que el sol necesitaba sangre para vivir.

Después viene una panel con las distintas divinidades en Teotihucán, “lugar de los dioses” y donde se puede observar el cultivo del maíz, uno de los productos más importantes de Mesoamérica; de este panel vemos una de las secciones más importantes de todo el mural, la salida de Quetzalcoatl, quien después de despertar de una de sus borracheras se encontró que había dormido con su hermana, y apenado huyó de su pueblo, pero antes de irse hizo una profecía: que regresaría, exactamente en la fecha en que llegó Hernán Cortés a Veracruz, coincidencia histórica o justificación de los aztecas para justificar su derrota ante los españoles.

Con ese panel termina en este mural la época precolombina y pasamos al panel que refleja la conquista que tiene dos momentos: la parte militar siendo Cortés el capitán que comandaba las fuerzas españolas y en un segundo momento la conquista espiritual, que culmina con la aparición de la Virgen de Guadalupe. En este panel, destaca la figura central de Cortés y la de un monje abrazando una cruz y en la parte superior unas naves incendiadas, les comento a mis alumnos que ese hecho histórico quedó plasmado en el español y es común decir: “Hay que quemar las naves”, para dar a entender que no hay vuelta atrás. También es interesante observar la posición y las características físicas que muestran los indígenas ya en este momento y compararlo con el primer fresco del mural.

En este panel también les hago notar que hay una gran ausencia, que no aparece por ningún lado la Malinche, doña Marina, amante y traductora de Cortés y probablemente también su guía política. Les comento a los alumnos que la razón para no encontrar a la Malinche es histórica, pues en la época en que fue pintado el mural la Malinche era considerada en México como una traidora; eso comenzó a cambiar a partir de 1983, en que México empezó a abrirse a la globalización.

Los dos paneles que siguen están centrados en el mundo europeo o estadounidense pues tienen que ver, por un lado, con la industrialización, se observa maquinaria y el siguiente con la organización comunitaria en un pueblo de Estados Unidos, destaca en este panel la figura alta de la maestra y la uniformidad de los asistentes a la reunión y de los niños de la escuela.

En el siguiente panel observamos por un lado la avaricia de los banqueros y por otro lado la traición que sufre Emiliano Zapata, la figura central de este panel que está a punto de ser apuñalado por la espalda, cabe recordar que Zapata, uno de los líderes de la Revolución Mexicana de 1910 fue traicionado y lo mataron en una emboscada.

El panel que sigue es una crítica a la Academia, y aunque en esa sección se pueden observar los signos de las universidades de Harvard y de Yale, la crítica se puede extender a todas partes, pues los frutos que nacen del cadáver de una mujer son fetos de cadáveres.

El siguiente panel: me gusta comentarles a mis alumnos que refleja el ambiente político de nuestros países, donde cuando se honra a un prócer se hacen discursos en que se ensalza al muerto, se habla de sus grandes bondades y virtudes como si fuera un hombre incólume. En el panel vemos a un hombre discursando y el cadáver de un héroe envuelto en banderas y con una llama en el suelo, el cuerpo lleva las botas puestas y con sus dedos está tratando de enterrarse en la tierra, como sugiriendo: “ya cállate y deja de decir tonterías”.

El siguiente panel hace una clara alusión a las religiones y en ella se observa a un Jesús que ha derribado la cruz y detrás se observa la imagen de un Buda. Se trata de un hombre nuevo sin ataduras a la religión, aunque obviamente la figura representa a Cristo, se pueden observar los hoyos de los clavos en pies y manos.

El último panel es el más grande de todos y está en el centro de cara al escritorio donde se solicitan materiales para estudiar. Este panel representa la utopía que suponía se iba a lograr cuando el socialismo triunfara. El panel representa a un obrero leyendo un libro en su tiempo libre; este obrero lleva unos guantes blancos para no manchar el libro con la grasa de su trabajo. El hombre está recostado, lo que indica que es su tiempo de ocio y de esparcimiento. Yo suelo decirle a mis alumnos que si Orozco viviera hoy día no pintaría ese panel como utopía, pues el socialismo no solo fracasó como modelo político-económico, pero tampoco los obreros se dedican a leer en su tiempo libre (cuando lo tienen) y más bien miran la televisión, y se ponen a beber con los amigos, se van de paseo con la familia, se consiguen un segundo trabajo, etcétera.

 

Sergio Inestrosa (San Salvador, 1957) es escritor y profesor de español y de asuntos latinoamericanos en el Endicott College, Beverly, de Massachusetts, Estados Unidos, además de redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

Panel del mural «La épica de la civilización americana”, de José Clemente Orozco

 

 

Panel del mural “La épica de la civilización americana”, de José Clemente Orozco

 

 

Sergio Inestrosa

 

 

Imagen destacada: La épica de la civilización americana, de José Clemente Orozco.