El presente largometraje documental -que se estrena este jueves 5 de septiembre en salas- si bien muestra los últimos ocho años de la vida de un notable artista y escritor, no se queda sólo en eso: es una ofensiva implícita al pensamiento ideológico –más moral que acción autónoma– de una cotidianeidad chilena que se resiste a la libertad y a la expresión a través del cuerpo.
Por Carlos Pavez Montt
Publicado el 4.9.2019
El documental biográfico es un estilo de filme que suele caer en la monotonía agotante. La individualización de un personaje público no es una tarea fácil, y lo es aún menos cuando ésta debe ir a la pantalla grande y ser rodada en algún formato milimétrico. Lemebel, sin embargo, es el balance, la consideración perfecta entre mensaje, personaje y contenido. Además de que sus críticas, encarnadas en el escritor chileno, siguen estando vigentes en nuestros tiempos.
Los gritos que acompañaron las performances de Pedro son pan de cada día en las calles del territorio chileno. El presente documental, si bien muestra los últimos ocho años de la vida de un notable artista y escritor, no se queda sólo en eso. Es un ataque implícito al conservadurismo, al pensamiento ideológico –más moral que pensamiento autónomo– de una cotidianeidad chilena que se resiste a la libertad y a la expresión a través del cuerpo.
Porque eso es lo que se repite bastante en el discurso del protagonista, el cuerpo. La forma material y humana como medio de expresión libre. La cultura, otro de los tópicos mencionados con insistencia, es lo que intenta construir el activista político. Pero ésta no es de las que se insertan en el ámbito académico o letrado, sino que al revés. Es la de un pueblo silenciado, la de una minoría [1] discriminada que encuentra su fortaleza expresiva en el arte.
La individualización de un movimiento más grande, la particularización de una experiencia en favor de un entendimiento mayor. Eso puede describir a este gran documental chileno. La directora entiende que existe una lucha que va más allá de la somera figura que se presenta en Lemebel. La sociedad capitalista, individualista y conservadora en la que vivimos necesitaba de una identificación con la problemática que no quiere ver o que se esconde al gran público.
Así, el documental ganador del premio a Mejor película chilena del SANFIC 15 -y que antes se había quedado con el galardón a Mejor Documental LGBTQ+ en el Festival de Cine de Berlín 2019- pone en cuestión varios temas que se discuten en el día de hoy. Nos deja en claro que la cultura de las minorías debe ser representada y valorada, que la empatía con la mujer es más que necesaria, que hay que cuestionarse el sistema económico, político y mediático en el cual vivimos. Nos invita, claro está, a la expresión libre, al activismo artístico y a la reflexión.
Citas:
[1] Me refiero a una minoría socialmente reprimida que, sin embargo, puede no ser una minoría cuantitativa. Este término, aquí por lo menos, es referencial y no guarda ninguna intención escondida o de trasfondo discriminador.
Carlos Pavez Montt (1997) es, en la actualidad, un estudiante de licenciatura en literatura hispánica de la Universidad de Chile. Sus intereses están relacionados con ella, utilizándola como una herramienta de constante destrucción y reconstrucción; por la reflexión que, el arte en general, provoca en los individuos.
Tráiler:
Imagen destacada: Un fotograma de Lemebel (2019), de Joanna Reposi Garibaldi.