La nueva entrega del autor nacional está extraordinariamente bien escrita, parece una ecuación matemática a la cual no le sobra nada. El trabajo de edición y de escritura es de alto voltaje. En las casi cien páginas no hay impostación ni caretas, solo un trabajo que logra articular una narración minimalista en una historia dentro de un país épico.
Por Joaquín Escobar
Publicado el 12.9.2019
Se ha escrito mucha literatura que transcurren en Rusia, y un lector ávido como Maier, lo sabe. Escritores de distintos lugares (Carrere, Padura, Bolaño, entre otros), se han inclinado por retratar héroes perdidos o vagabundos alcohólicos de la extinta Unión Soviética, con parajes apocalípticos que tienen la política -y sus mutaciones- como su eje central.
Gonzalo Maier (Chile, 1981) en su nuevo libro vuelve hasta la vieja Rusia, y a sabiendas de lo reiterativo de su elección decide, ingeniosamente, titular el texto: Otra novelita rusa (2019). Por lo general en la literatura chilena se apuesta por nombres de libros convencionales, de poco riesgo, abundantes en conservadurismos para no incomodar. Maier —al igual que en toda su obra— nos entrega un producto distinto que desde su título se juega la diferencia.
Moraga es un arquitecto de mediana edad que vive en Punta Arenas. Conservador, riguroso, provinciano y admirador de los militares chilenos, pasa sus días preparándose para torneos de ajedrez regionales. Anclado en un patriotismo mediático, y determinado por la figura de don Francisco, decide viajar hasta las postrimerías de la URSS para enfrentarse en la plaza con un ajedrecista moscovita. Ganarle no solo significará un reto personal, también, uno colectivo, pues en tiempo mediados por la Guerra Fría necesita sentir un triunfo que lo posicione por sobre lo que él considera la barbarie.
De un tiempo a esta parte los textos sobre la dictadura abundan. Muchos son reiterados y pocos originales, repitiendo desde Santiago un discurso gastado que redunda por redundar. Por el contrario, Otra novelita rusa —más allá de situarse en una provincia— es un texto sutil que le da otra vuelta de tuerca al terrorismo de Estado, pues no habla de la política desde los irritantes lugares comunes (quizá ni siquiera hable de ella), más bien lo hace desde la soledad de un personaje con el cual, pese a las distancias ideológicas, se termina empatizando.
La nueva entrega de Maier está extraordinariamente bien escrita, parece una ecuación matemática a la cual no le sobra nada. El trabajo de edición y de escritura es de alto voltaje. En las casi 100 páginas no hay impostación ni caretas, hay un trabajo que logra articular una escritura minimalista en una historia mínima dentro de un país épico. El ajedrez como una forma de batalla (cotidiana y política) y la provincia como una condicionante de cierta formas de la ingenuidad.
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Joaquín Escobar (1986) es escritor, sociólogo y magíster en literatura latinoamericana. Reseñista del diario La Estrella de Valparaíso y de diversos medios digitales, es también autor del libro de cuentos Se vende humo (Narrativa Punto Aparte, 2017).
Asimismo es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.
Imagen destacada: Gonzalo Maier (Talcahuano, 1981).