Este es un libro inquietante, donde nos acercamos a la visión de uno de los pensadores más relevantes y que aún se mantiene vigente. En efecto, se trata de un texto necesario en la traducción del novelista chileno Antonio Díaz Oliva, y en el cual el clásico autor estadounidense reafirma ante todo su sentido de la libertad.
Por Cristián Brito Villalobos
Publicado 1.10.2019
Un observador de los acontecimientos. Un hombre que vive según sus propias reglas. Eso y más abarca Una vida salvaje y desobediente, una selección e introducción a una obra global en donde está el ensayo Desobediencia civil, en el cual el filósofo estadounidense nacido en 1817 exhibe su lado político, “Recolecciones (o lo que el tiempo no ha cosechado de mi diario)”, con las primeras entradas de su diario donde critica la vida moderna y “Donde viví y para qué viví”, capítulo de Walden, su principal obra.
En el volumen se nos presenta la cronología de la vida del pensador y profesor que se autodenominaba como anarco-pacifista, es decir, como un hombre que vive al margen del sistema, que no cree en los gobiernos ni en el Estado, que no paga impuestos y que vive en la más profunda austeridad. Asimismo, nos encontramos con su lado más espiritual, y así lo dice cuando alguien le pregunta acerca de su muerte y si hizo las pases con Dios. “No sabía que estábamos peleados”. Thoreau murió a los cuarenta y cuatro años y sus últimas palabras fueron “alce” e “indígena”.
La obra del filósofo se podría resumir en una gran pregunta: ¿cómo se debe vivir?, que es a fin de cuentas la gran interrogante que surge al leerlo. Sobre su vida alejada de la urbe, Thoreau explica: “Me fui al bosque porque quería vivir deliberadamente, afrontar solo lo esencial de la vida y ver si podía aprender de ella lo que tenía que enseñarme, y evitar, cuando fuera hora de morir, descubrir que no había vivido realmente”. A lo largo del texto, los cuestionamientos surgen continuamente, la mayoría de ellos enfocados en el sistema de vida al que los hombres se rigen para vivir en sociedad. “Lo mejor es vivir dentro de ti y depender de uno mismo, siempre arremangado y listo a arrancar, sin tener muchos asuntos pendientes”, expone el filósofo.
Para Thoreau la vida debe ser libre, donde el contacto con la naturaleza es lo más importante, es decir, donde el hombre se encuentra a sí mismo, en el mundo que habita, alejado de las reglas. “El Estado nunca confronta los sentidos de un hombre, ya sean intelectuales o morales, pero sí su cuerpo y sentimientos. No se arma con una honestidad o inteligencia superior, sino con fuerza física superior. Yo nací para ser forzado. Respiraré los aires que me den la gana. Ya veremos quién es el más fuerte”. De esta manera Thoreau reafirma su sentido de libertad, ante todo. Una vida salvaje y desobediente es un libro inquietante, donde nos acercamos a la visión de uno de los pensadores más relevantes y que aún se mantiene vigente. Un libro necesario.
Cristián Brito Villalobos (Antofagasta, Chile, 1977), además de poeta y escritor es periodista titulado por la Universidad Católica del Norte y magíster en literatura de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Crédito de la imagen destacada: Neón Ediciones.