Aunque esta versión no supera a «Todos los hombres del Presidente» (Alan J. Pakula, 1976), su tono sobrio (y ver a Liam Neeson en un rol menos mecánico que sus últimas intervenciones, es prueba de un buen cine histórico) con un guión sobrio, buena fotografía y plausibles actuaciones. También, es la primera vez que se trabaja con la identidad verdadera del informante, debido a la publicación de A-G Man´s Life, escrita por John O´Connor y Mark Felt. Los datos «duros», y no las tediosas elucubraciones de Oliver Stone en «Nixon» (1995), son el soporte del presente largometraje.
Por Cristián Garay Vera
Publicado el 11.12.2017
El Caso Watergate (1972) va a ser considerado siempre un ejemplo periodístico. Pero aquí está narrado desde el punto de “Garganta Profunda” el célebre soplón que fue filtrando los obstáculos para investigar. El subdirector del FBI, frío, sistemático, de bajo perfil, aparentemente solo un “funcionario” devoto del legendario John E. Hoover, comprometió directamente al Presidente Richard Nixon, quien pese a ser elegido por segunda vez, tuvo que renunciar para no verse depuesto por el proceso de impeachment, asumiendo en su reemplazo Gerald Ford. Lo primero que debemos reflexionar es que el FBI además de ser una organización policial muy amplia es también un organismo de inteligencia. En verdad siempre lo fue, porque el FBI ve los casos de contraespionaje que no puede ver la CIA (siempre al exterior).
Esto para aclarar que no estamos ante una película de investigación policial, ni tampoco periodística. Los periodistas realmente no captan plenamente el valor de la información, que se da a cuenta gotas, hasta que es el propio informante quien los ilustra. En este sentido, los periodistas (en la vida real Carl Berstein y Bob Woodward) aparecen como agentes más bien pasivos, que como artífices libertarios conscientes. El proceso que se nos va narrando se devela además por la confesión del segundo del FBI, quien les aprovisionaba de datos. Es cierto que era un demócrata, políticamente interesado, pero también tenía la conciencia que los organismos tenían independencia y que la intromisión de la Casa Blanca para impedir el lazo entre los republicanos y el Ejecutivo, implicó una serie de maniobras políticas para cercenar la actividad de los agentes.
Desde luego el agente del FBI, Mark Felt (Liam Neeson) es una figura poco expresiva, pero con un bagaje discursivo, aunque muy escueto. De lo que se trata, nada menos es de defender la independencia del FBI, y de impedir que la corrupción se vuelva un sistema. Pero, hay poco glamour en esta posición, ya que constantemente miente sobre sus actos, y se las arregla en estacionamientos y vehículos varios para ir dando la información a los medios hasta colocar en posición incómoda al Director del FBI que debe confesar, y luego escalar al Procurador General (su otro jefe) y al Presidente. Su arte es el engaño, el secretismo, la perspectiva estratégica. Él percibe claro dónde va la investigación y cuáles son sus efectos y bajo esta mirada la información la dirige él y no al revés.
Como confidente secreto, su gestión es totalmente dentro del plano de la inteligencia, no se trata de policía sino de política, y las consecuencias las tiene muy claras, y por eso que no lo reconoce nunca salvo una “sugerencia” al jurado, que luego no profundiza ni confirma. En suma, una película realista, con una fotografía sobria, una banda sonora adecuada (Pemberton), donde Washington, el centro del poder mundial (todavía) se muestra como es, magnífica y francesa.
Aunque esta versión no supera a «Todos los hombres del Presidente» (Alan J. Pakula, 1976), su tono sobrio (y ver a Liam Neeson en un rol menos mecánico que sus últimas intervenciones, es prueba de un buen cine histórico) con un guión sobrio, buena fotografía y buenas actuaciones. También, es la primera vez que se trabaja con la identidad verdadera del informante, debido a la publicación de A-G Man´s Life, escrita por John O´Connor y Mark Felt. Los datos, y no las tediosas elucubraciones de Oliver Stone en Nixon (1995), son el soporte de esta película. La épica se deja para otro lado, porque entendamos: la inteligencia (operaciones encubiertas, violación de secretos, acciones de acoso, incluso asesinatos) sólo tiene inocencia con Jason Bourne.
El informante («Mark Felt: The Man Who Brougth Down the White House). Dirige: Peter Landesman. Elenco: Liam Neeson, Diane Lane. Música: Daniel Pemberton. Estados Unidos, 2017. Duración: 103 minutos
Tráiler: