Con esta breve gran novela, que nos hace cuestionar la condición humana y su fin, y donde la ficción se funde en una realidad que parece ser lo cierto, el Nobel sudafricano cierra su trilogía dedicada a la vida —poética y filosófica— de su personaje «David».

Por Cristián Brito Villalobos

Publicado el 16.3.2020

Un pequeño niño llamado David, de tan solo 10 años, es un innato deportista. Además, es lector de El Quijote, personaje en que se ve reflejado por su valentía. El muchacho se destaca jugando al fútbol. Gracias a ello conoce a niños de un hogar de acogida con quienes forma una gran amistad y cercanía.

Por otra parte, está la danza, disciplina en la que David demuestra poseer un don especial, tanto por sus movimientos como por su disciplina. Se trata de un niño muy activo, lleno de vida. David entabla una estrecha relación con los chicos del orfanato con quienes juega fútbol. La unión es tal que el director técnico del equipo lo considera como un ser especial, con poderes, como si tuviera una facultad única para ver el futuro e interpretar los designios del mundo.

Con una inteligencia superior a la de su edad, David se convierte rápidamente en un personaje popular. La gente habla de él, de sus supuestos poderes y de sus habilidades. Sin embargo, todo cambia cuando comienza a sentir fuertes dolores en las rodillas. Los médicos no saben qué es lo que padece.

Por otra parte, cuando permanece recluido en un centro médico, su protector, Dmitri, asegura que es su maestro y que tiene un mensaje muy importante que dar y por ello debe seguir su palabra y protegerlo, incluso por sobre sus padres, y si debe dar su vida por él, lo hará sin pensarlo.

En La muerte de Jesús, J.M. Coetzee vuelve a mostrar su genialidad, en una historia emotiva y sumamente humana. La obra se desarrolla de una manera ágil, sin dar respiros, donde cada personaje está muy bien descrito, con un manejo de los tiempos notable con lo que articula un volumen lleno de emociones.

David es un personaje entrañable, en especial para sus padres adoptivos, quienes a pesar del rechazo que les tuvo en un momento, nunca lo dejan, por el contrario, siempre están junto a él. Hasta el fin de sus días.

La muerte de Jesús es una breve gran novela, que nos hace cuestionar la condición humana y su fin, donde la ficción se funde en una realidad que parece ser lo cierto. Una lectura necesaria y muy recomendable.

Cristián Brito Villalobos (Antofagasta, Chile, 1977), además de poeta y escritor es periodista titulado por la Universidad Católica del Norte y magíster en literatura de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

«La muerte de Jesús», de J. M. Coetzee (Literatura Random House, 2019)

Cristián Brito Villalobos

Crédito de la imagen destacada: Literatura Random House.