Este libro es una de las nueve novelas recomendadas por el Nobel peruano Mario Vargas Llosa como esenciales para su lectura, y es mucho más que una historia sobre un viaje por el río Congo: se trata de una metáfora dramática acerca de la degradación, y donde su autor, el polaco-británico Joseph Conrad exploró con maestría acerca de las diferencias entre el bien y el mal.
Por Sergio Inestrosa
Publicado el 2.4.2020
El corazón de las tinieblas (1899) es una novela corta escrita por Joseph Conrad (1857 – 1924). La obra está dividida en tres capítulos y en ella se abordan temas como el colonialismo, el choque de dos culturas, el racismo y la violencia desmedida de los hombres.
La crítica afirma que Conrad, emigró a Inglaterra donde siguió trabajando como marinero en los años del apogeo del imperio inglés. Conrad se nacionalizó británico, lo que le permitió alcanzar el rango de capitán de la marina mercante isleña. Su experiencia como marinero sumado a un viaje que realizó al Congo colonizado y devastado por el rey Leopoldo II de Bélgica, le sirvieron de inspiración para escribir esta aclamada novela.
El protagonista y narrador de la misma es Charles Marlow, quien mientras espera el momento propicio para echarse al mar, entretiene a otros marineros contándoles la historia de su travesía desde Londres hasta el río Congo. El primer capítulo narra como por intermediación de una tía logra que la compañía lo contrate como capitán de un barco y como es la primera parte del viaje hasta una base al inicio del río. En el segundo capítulo narra la travesía y sus múltiples problemas; en esta parte impulsado por la fiebre del marfil crece la degradación de los seres humanos, en especial de los europeos que son quienes invaden la selva africana. El punto final de la expedición es llegar hasta el campamento donde está Kurtz, el más exitoso recolector de marfil que tiene la compañía. El éxito de Kurtz, como es de esperar, le ha redituado muchos enemigos, entre jefes y empleados de la misma empresa. Esto mismo ha hecho que la figura de este funcionario se agrande hasta el punto que en la última página su prometida lo recuerde como un hombre ejemplar: “Los hombres lo buscaban; la bondad brillaba en cada uno de sus actos. Su ejemplo…” (última página). Marlow tiene que asentir para que la mujer no se desilusione, pero él sabe que Kurtz, como buen conquistador, rompió todos los límites de la vida social de ese momento, e impuso su ley en la selva.
El libro es una de las nueve novelas recomendadas por Mario Vargas Llosa como esenciales; sobre este tema el mismo Nobel peruano escribió una obra titulada El sueño del Celta (2010) que narra las aventuras de un hombre en el Congo de 1903 y que termina con su ejecución en una cárcel de Londres, una mañana de 1916.
Según la crítica especializada, esta novela es mucho más que una historia sobre un viaje por el río Congo, y se convierte en una metáfora de la degradación humana. Conrad explora aquí la búsqueda de las diferencias entre el bien y el mal, el nativo negro y el conquistador blanco, la cordura y la locura, la dominación y la opresión y detrás de todo ello ese vacío ético que existe en los seres humanos y que va aparecer en la bibliografía de otros autores, como en El ensayo de la ceguera, del portugués José Saramago.
Para otros, esta novela es una de las mejores expresiones de la brutalidad del colonialismo europeo en África, y nos pone como lectores frente a esa realidad, disfrazada de ficción, para que seamos capaces de considerar la densidad de esa oscuridad que puebla el corazón humano, incluido el nuestro.
Lo verdaderamente trágico de la vida y que esta novela pone en evidencia es que al final de todos los esfuerzos, no nos queda nada, ni al explotado ni al explotador, pues la muerte nos despoja de todo, a todos. Por esto mismo, la mayoría de las críticas contemporáneas coinciden en que esta novela trata en verdad sobre el oscuro vacío, esas tinieblas en que se resguarda el corazón de la humanidad, y de paso también pone en evidencia la incapacidad del lenguaje para expresar esas experiencias límites a las que nos enfrentamos de repente.
Como lo podrá suponer el lector, esta novela cobra enorme relevancia en el momento de crisis en que vivimos, pues nos ofrece una mirada hacia la fragilidad de nuestra moralidad ante el miedo, y descubre nuestras reacciones cuando se rompen los cañones de la normalidad.
No es de extrañar que la novela tenga una base de sustento real, aunque es una obra de ficción, pues Conrad hizo un viaje en 1890 por el río Congo como capitán de un barco mientras servía a la compañía SGB. Allí, en medio de la explotación y genocidio que los colonos llevaron a cabo en el Estado Libre del Congo —coto exclusivo del rey Leopoldo II de Bélgica—, Conrad quedó verdaderamente impresionado con las condiciones de opresión y de sufrimiento extremo a que eran sometidos los nativos por parte de los colonizadores europeos y nos dejó este relato sobre el horror, la ambición y la crueldad humanas.
Otra parte importante del libro, además de narrar los tormentos y miserias impuestas a la población nativa, es la belleza del paisaje y la ambientación en que se desarrolla la historia; todos los detalles de los colores, la exuberancia de la naturaleza cobran, junto a los sufrimientos de la gente, una fuerza descomunal hasta el punto de convertirse en un actor más de la novela.
Al final del argumento, aparece por fin una figura femenina, la prometida de Kurtz, a quien Marlow le entrega un paquete que le había confiado aquél, justo antes de morir: esta escena junto a las mentiras piadosas que le dice Marlow sobre Kurtz humanizan un poco no solo la memoria del agente de marfil si no que la obra en general, pues le da un ambiente de intimidad y de sufrido recogimiento para honrar el recuerdo del comerciante.
La historia de El corazón de las tinieblas sirvió de base para el guión de la muy conocida película Apocalypse Now (1979) del director Francis Coppola y con la actuación de Marlon Brando como Kurtz.
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Sergio Inestrosa (San Salvador, 1957) es escritor y profesor de español y de asuntos latinoamericanos en el Endicott College, Beverly, de Massachusetts, Estados Unidos, además de redactor permanente del Diario Cine y Literatura.
Imagen destacada: El actor Marlon Brando en el filme Apocalypse Now (1979), de Francis Ford Coppola.