Cuatros temporadas, una estética realista, sus personajes juveniles, el uso exclusivo de las redes sociales para difundirla, su visionado a través de streaming, y la intertextualidad de su guión con hitos de la cultura popular y globalizada, son hitos que transformaron a esta obra noruega a cargo de la realizadora Julie Andem, en un acontecimiento cinematográfico y viral que triunfó en su país, en el resto del Viejo Continente y hasta en la hermética China.
Por Juan Pablo Vigneaux Ariztía
Publicado el 18.6.2020
Skam es una palabra noruega que puede traducirse como “vergüenza”, “deshonra” o “lástima”. Es, también, el nombre de una serie-web creada, escrita y dirigida por Julie Andem (1982) para NRK P3, la filial de la televisión pública de Noruega enfocada en la cultura juvenil. Aunque originalmente concebida para mujeres de 16 años, Skam llegó a ser vista por un quinto de la población de dicho país. Traducida directamente por sus fanáticos a diversos idiomas, la serie se convirtió luego en un fenómeno mundial y NRK vendió los derechos para hacer nueve adaptaciones, en Estados Unidos, Francia, Italia, España, Alemania, Brasil, Dinamarca, Bélgica y Holanda.
La versión original tiene cuatro temporadas, que salieron al aire entre septiembre de 2015 y junio de 2017; cada una de ellas está protagonizada por un personaje distinto. La primera cuenta la historia de Eva, una joven que debe afrontar sus inseguridades mientras se integra al primer año de la secundaria Hartrig Nissen, una de las más tradicionales y prestigiosas de Oslo. Eva está distanciada de sus antiguas amigas y en una relación de pareja con Jonas, otro joven de su edad, que se irá deteriorando por la desconfianza.
Eva y sus nuevas camaradas de Nissen, llamadas Vilde, Nora, Cris y Sana, son el principal grupo de adolescentes que seguimos durante toda la serie. La segunda temporada se centra en Nora —asertiva, atractiva, convencida feminista— que contra su voluntad se enamora de William, el alumno más “popular” de la escuela y amor platónico de Vilde, en apariencia soberbio, violento y machista.
El protagonista de la tercera temporada es Isak, el mejor amigo de Jonas, quien aún inseguro de su sexualidad se enamora de Even, un alumno mayor que acaba de integrarse a Nissen, dando origen a uno de los romances homosexuales más conmovedores que ha producido la televisión. La cuarta habla de Sana, musulmana practicante que debe confrontar constantemente los prejuicios sobre su fe adoptando una postura ruda, a la vez que enfrenta sus propias dudas sobre la religión y la tradición, que surgen cuando se enamora de un amigo ateo, Yousef.
Las historias de los protagonistas están atravesadas por diversas temáticas delicadas: acoso virtual, problemas de pareja, desórdenes alimenticios, abuso sexual, enfermedades mentales, racismo, islamofobia, feminismo, slut-shaming… Estos temas son tratados con realismo, mesura, equilibrio y complejidad, sin caer en una versión caricatural o paródica de la juventud. En palabras de Andem: “Skam realmente muestra cómo vive la gente joven. Hay adicciones, sexualidad, problemas personales, problemas sociales, todo lo que adolescentes y jóvenes viven o han vivido, sin exagerar nada. No hay un punto de vista adulto, lo que me parece estupendo.”
Quizás la ausencia de adultos en Skam —o más bien que los adultos sólo jueguen un rol accesorio en la serie, sin devenir personajes de la misma— puede llegar a ser exagerada para algunos, pero resulta fundamental para hacer aparecer una voz propia de los adolescentes que intervienen, un relato fundado en sus experiencias subjetivas del mundo y no lo que esas experiencias deberían significar de acuerdo a las interpretaciones rígidas y convencionales del mundo adulto. Es una forma de reencontrarse con lo confuso y fecundo que puede darse en la adolescencia.
Skam cuenta sus historias con sinceridad, profundidad y humor. Sus personajes son seres humanos complejos, con motivaciones contradictorias, capaces de actos buenos y malos (en oposición al maniqueísmo típico de las telenovelas). Los actores son extraordinariamente creíbles y encantadores. Si el rol principal de la ficción es abrir una ventana a la psicología y vida interior de otros seres humanos, llevarnos a entender sus móviles, Skam cumple ese objetivo de forma magistral.
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Skam nace como un intento de alcanzar a un público adolescente (entre 13 y 18 años), particularmente elusivo y para el cual NRK P3 no estaba generando contenido. Más precisamente, se decidió orientar la serie a mujeres de 16 años. Andem y su productora Mari Magnus realizaron una larga y minuciosa investigación, que se extendió durante ocho meses, para entender a su público objetivo e identificar sus necesidades; esta consistió en observación de adolescentes, tanto en escuelas como a través de la redes sociales, además de 50 entrevistas en profundidad, de las que Andem se inspiró libremente para crear personajes y líneas argumentales. (El resultado de ese trabajo se habría de reflejar más tarde en la profundidad y verosimilitud de los personajes y en la calidad de la historia en general).
La investigación estableció que las adolescentes estaban sometidas a una gran presión por ser “perfectas” y rendir en todos los aspectos de su vida. Aparentemente la “vergüenza” en cuestión es aquella asociada al sentimiento de fracaso. Las realizadoras se propusieron entonces diseñar un espectáculo que pudiese aliviar parte de esa presión a través del humor, la ironía, el análisis de las interacciones sociales y la confrontación de los miedos. Andem destaca que la serie está construida pensando en qué podían darle al público objetivo: dado que NRK es financiada a través de impuestos, el propósito nunca fue ganar dinero.
Para algunos, la característica más notable de Skam es su modelo de difusión de contenido: en lugar de publicar un capítulo de duración fija en un horario determinado de la semana, cada escena de la serie se publicaba en tiempo real; es decir, si la escena comenzaba un miércoles a las 16:32, aparecería en ese mismo momento en el sitio web. Las fechas también coincidían. Los distintos fragmentos eran recopilados cada día viernes y trasmitidos como un episodio más tradicional (aunque de duración variable) por la televisión abierta. Este modelo le otorga a la serie un gran dinamismo, pues cada escena debe tener un interés en sí misma y terminar con un elemento de tensión, a la vez que contribuye a su realismo, porque los personajes parecen tener una vida propia que avanza al mismo ritmo que la nuestra, en paralelo, mientras nosotros nos limitamos a asomarnos y a espiar unos ciertos momentos.
Mientras series previas de NRK se habían limitado a pequeños episodios publicados en el formato de un video–blog, Andem y Magnus entendieron que sus audiencias estaban ahora en Instagram; es por eso que los personajes principales tenían cuentas ahí, donde se compartían elementos de su vida ficticia. Como la serie era escrita, grabada y publicada en paralelo, a veces los personajes podían reaccionar a elementos de la actualidad a través de estas cuentas de una forma que se integraba a la evolución natural de la serie.
Aunque el arco principal de la historia estaba definido desde un principio, Andem escribía los diálogos a medida que avanzaba la temporada. Una vez que el guión estaba disponible, Mari Magnus diseñaba un calendario de publicación de los episodios y del material anexo que aparecía en redes sociales (escrito luego por ella misma). La serie no sólo era publicada en tiempo real: las escenas eran grabadas y editadas poco antes de ser lanzadas. El trabajo de grabación debía ser sumamente eficiente, pues se producían dos episodios en tres días. Según el gerente editorial de NRK P3, Håkon Moslet, la realización de cuatro temporadas de Skam fue un “deporte extremo”; Andem y Magnus dicen haber trabajado 24h/7 durante esos años.
Al momento de ser lanzada en Noruega en septiembre de 2015, Skam había tenido cero visibilidad en los medios tradicionales. La idea era que los jóvenes la descubrieran por sí mismos, por boca a boca y a través de las redes sociales. Esto debía reforzar el mensaje de que la serie era para ellos, no algo impuesto por el mundo adulto. A pesar de eso, saltó rápidamente a la fama: cuando la segunda temporada iba en la mitad, Skam era responsable de un 50% del tráfico de NRK; la tercera temporada rompió todos los records de streaming en Noruega. Tanto en 2016 como en 2017, la serie obtuvo varios galardones en la premiación anual de la industria televisiva noruega (premios Gullroten), incluyendo mejor drama televisivo, mejor guión, mejor dirección y el reconocimiento del público para el dúo Henrik Holm (Even)–Tarjei Sandvik Moe (Isak). Tarjei recibió también el premio al mejor actor.
Rápidamente el fenómeno de Skam atravesó las fronteras, inspirando una devoción inesperada de adolescentes alrededor del mundo. Como NRK sólo tenía los derechos para usar la banda sonora en Noruega, la serie no fue subtitulada al inglés y al cabo de un tiempo el streaming fue restringido a Noruega, Suecia y Dinamarca, ¡y sólo tras la mediación del Ministro de Cultura de Dinamarca! Los fans tradujeron directamente la serie a diversos idiomas, la compartieron ilegalmente por Google Drive y diversos servicios de streaming (no es difícil encontrar la versión en español), convencieron a periodistas para que escribieran sobre ella, votaron a Isak/Even (a.k.a. Evak) la mejor pareja televisiva del 2017 en el medio americano E! News e hicieron de Skam la serie de TV más mencionada en Tumblr ese mismo año. Traducida al chino por dos universitarios, la serie alcanzó 180 millones de reproducciones en la red social Weibo, en un país donde la representación de parejas del mismo sexo en TV está prohibida.
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Andem pensó Skam como una mezcla de realismo social, telenovela y sitcom en un mismo universo ficcional. La serie juega constantemente con estos distintos registros de la televisión, llegando incluso a reproducir la estética animé en largas secuencias en slow motion. Se trata cada vez de una citación de la forma y las emociones que esta evoca, sin que por ello haya una alteración sustancial del contenido de la serie. Por ejemplo, Skam juega con los recursos fílmicos de las sitcoms para generar ciertos momentos de humor o distensión, pero la complejidad, realismo y honestidad de los personajes no es jamás sacrificada a este propósito o cualquier otro.
Diversos elementos refuerzan la verosimilitud de la serie: escasa utilización de maquillaje, dejando al descubierto las imperfecciones de los actores; las redes sociales y otros medios de comunicación electrónicos son utilizados de manera creíble; los “extras” son verdaderos estudiantes de Nissen o amigos de los actores; las escenas no están grabadas en estudio, sino directamente en la escuela, al aire libre, en los departamentos de los actores. Pero finalmente todo esto funciona porque los intérpretes hacen muy bien su trabajo, conscientes de que cada silencio y cada mirada es tan importante como sus líneas.
La intertextualidad es otra característica fundamental de Skam, que establece un diálogo con obras de arte realizadas sobre diversos soportes. Estas aparecen directamente citadas por los personajes o a través de la musicalización y la puesta en escena. Daré dos ejemplos tomados de la tercera temporada, convencido de que otros espectadores suficientemente atentos podrán encontrar muchos más:
(1) Isak descubre un video de su crush Even grabado por un amigo de su antigua escuela, donde dice que su director favorito es Buz Luhrmann. En seguida, Isak busca información sobre Luhrmann y termina viendo Romeo + Juliet, quizás su película más conocida, mientras escuchamos de fondo I’m kissing you de Des’ree, canción emblemática de la banda sonora que suena durante la representación del acto 2/escena 2 (“A thousand times good night!”), cuando Romeo y Julieta se esconden y besan bajo el agua. Dicha escena se reproduce después en Skam, cuando Even convence a Isak de infiltrarse en una casa durante la noche para usar la piscina y se besan por primera vez.
(2) En una de sus primeras conversaciones, Even se sorprende de que Isak no conozca al rapero Nas. Más tarde, Isak le pregunta a Emma, una joven que intenta seducirlo, si ha escuchado Illmatic, el primer disco de Nas, diciendo que es una obra maestra. En otra escena, Even no despierta junto a Isak, quien sólo encuentra una nota que explica que él no duerme porque: “el sueño es primo de la muerte” (“sleep is the cousin of death”), que es un verso de N.Y. State of Mind, la segunda canción de Illmatic. En otra ocasión, Isak está enojado con Even, Emma con él, y cuando le toca entrar de todos modos a la escuela y hacer frente a esto suena de fondo You can hate me now, otra canción de Nas —quien, en suma, juega un rol fundamental en la banda sonora de esta temporada—.
A través de la mezcla de géneros televisivos y la intertextualidad, la serie entra en un diálogo con nuestra cultura hipermediatizada, integrándose orgánicamente en el repertorio de nuestras experiencias estéticas. De esta forma, establece una conexión con sus espectadores tanto a nivel emocional como intelectual.
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No deja de ser significativo que la serie comience con la lectura de un breve ensayo sobre los excesos de la sociedad capitalista contemporánea y el vacío existencial que parece manifestarse en muchas prácticas de los jóvenes. Esta visión general del colapso, que se ha vuelto un lugar común, no es realmente el tema de la serie, que se desarrolla más bien al nivel de las relaciones interpersonales de los personajes y la complejidad inherente a nuestras interacciones cotidianas usualmente banalizadas.
La serie nos muestra entonces cómo podemos vivir nuestra humanidad en un contexto social que puede ser duro, desarrollando nuestros afectos a través de relaciones de amistad o pareja y conociéndonos mejor a nosotros mismos. Cada temporada termina con una mención directa al amor, que acepta una lectura política: el amor y la amistad como fuerzas que nos conectan a otros y nos permiten superar nuestros problemas; la comunicación y comprensión mutua como único camino hacia la paz.
A pesar de la popularidad nacional e internacional que alcanzó la serie, sus realizadoras declaran que se mantuvieron siempre fieles a la misión establecida desde un principio: «ayudar a las adolescentes de 16 años a fortalecer su autoestima, desmantelando tabús, haciéndolas conscientes de mecanismos interpersonales y mostrando los beneficios de confrontar sus miedos». Quizás el éxito generalizado de la serie muestra que estos tabús no son exclusivos de la adolescencia, sino que permean a toda la sociedad; que todos tendemos a olvidar las dificultades que confrontan otras personas y necesitamos (re) aprender a conectarnos con ellas; que nuestros miedos de adultos no están completamente desconectados con los de la adolescencia. A veces internarse muy profundamente en lo particular puede ser un mejor camino para alcanzar un mensaje de valor universal que recurrir a generalidades sin substancia.
El amor es probablemente el tema principal de Skam y la principal “herramienta” que Julie Andem decidió transmitir a las adolescentes noruegas. Es nuestra integración en un tejido amoroso y la disolución de nuestras culpas a través del perdón lo que permite hacer frente a la vergüenza. Yo diría, además, que el amor es la fuerza detrás de la serie y la principal explicación de su éxito: una serie hecha con vocación y devoción, con el único propósito de conectar con un público hasta entonces ignorado, de contar lo que nadie estaba contando.
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Juan Pablo Vigneaux Ariztía es Ph.D de la Université Paris Diderot – Paris 7.
Tráiler 1:
Tráiler 2:
Tráiler 3:
Tráiler 4:
Imagen destacada: Serie web Skam (2015 – 2017).