Con este montaje producido por el GAM, Nona Fernández elabora un tejido con notas poéticas y un sentido sumamente crítico que oscila entre el cuestionamiento a las políticas del Gobierno, y la experiencia íntima y subjetiva de dos mujeres que miran el encierro desde sus habitaciones, y presas de una incertidumbre que roza en el delirio.
Por Jessenia Chamorro Salas
Publicado el 12.8.2020
Del 6 de agosto al 5 de septiembre se presenta una nueva producción teatral de GAM, que, en formato virtual vía Zoom, llega a sus espectadores bajo la dirección de Mariana Muñoz [1] y la dramaturgia de Nona Fernández [2]. Una “Puesta en pantalla” situada en la crisis sanitaria que vivimos hace meses debido al contexto pandémico, pero también, conectada intrínsecamente con la crisis social y política que se develó tras el “Estallido Social” de 2019. El vínculo entre ambas coyunturas marca el pulso de la obra, permitiéndole abordar críticamente los problemas sociales que han quedado de manifiesto tras el 18 de octubre pasado, y desde el arribo del Covid-19 en marzo.
Preguntas frecuentes presenta un diálogo por videollamada entre dos mujeres (Gabriela Aguilera y Claudia Cabezas) que intentan comunicarse durante la cuarentena, hilvanando una memoria que las une a la distancia, en un ejercicio de reconstrucción de la memoria que pretende descifrar las vicisitudes que ocurren durante su encierro, el cual evidencia la trágica situación que viven ellas y miles de personas, aisladas, solas, sin recursos, obligadas a un autoexilio entre cuatro paredes y a una pausa interminable. Fernández elabora un tejido con notas poéticas y un sentido sumamente crítico que oscila entre el cuestionamiento a las políticas del Gobierno/Estado, y la experiencia íntima y subjetiva de dos mujeres que miran el encierro desde sus habitaciones, la que es también una experiencia colectiva sobre la cual se cierne una incertidumbre que roza en el delirio.
Preguntas frecuentes retrata un tiempo detenido, una pausa obligada en que el pasado reciente parece una epopeya inconclusa y el futuro una utopía imposible. Las protagonistas dialogan sobre este destiempo ahondando en todas aquellas inquietudes que emergen durante la experiencia del enclaustramiento que viven, en la cual los recuerdos del pasado se combinarán con su confinamiento presente y con esa letanía que parodia las frases del “Gobierno de Chile”, en donde se exponen los permisos y restricciones respecto al ejercicio de nuestra libertad como ciudadanos.
Una de ellas es la mujer desmemoriada, quien sufre sola y abatida —a ratos incluso delirante— la cuarentena, intentando recordar un pasado que le es doloroso. La otra es la mujer que registra, una columnista que quiere denunciar las inequidades y falencias que esta crisis ha develado, y quien hilvana los recuerdos fragmentarios de su interlocutora, tejiendo un relato que va uniendo el pasado y el presente, respondiendo en parte aquellas preguntas acumuladas que no han sido resueltas pero que urge concluir para poder avanzar y remover todo aquello que permanece estancado.
Preguntas frecuentes revela la (in) dolencia de un tiempo clausurado, en que muchos hablan del 2020 como un “año perdido” —sobre todo en el ámbito escolar—, un tiempo que ha quedado entreparéntesis para Chile, entre el estallido social que ocurrió en la primavera pasada, y la incerteza sobre lo que vendrá. Un tiempo (dis) funcional que, en palabras de la dramaturga, ha evidenciado la fragilidad del ser, la fragilidad individual y colectiva de una sociedad que ya estaba en crisis antes de la llegada del coronavirus, acumulando síntomas de una enfermedad ya diagnosticada, y que había salido a las calles para expurgar su dolor.
A través de un lenguaje poético y un dispositivo escénico intimista e introspectivo, la obra revela la precariedad que yace tras el confinamiento, así como también, la urgencia de reflejar la angustia, miedos y dudas sobre una situación que nos supera y que parece cernirse sobre todos como una peste griega, haciéndonos experimentar una tragedia. No obstante, el espíritu de Preguntas frecuentes no es pesimista, pues subraya la emergencia del reencuentro, la necesidad de conectarnos pese a la distancia, de mantener los lazos y comunicarnos. Mantener una red de apoyo resulta fundamental en momentos de crisis.
La sensibilidad con que esta pieza escénica aborda el contexto de crisis que vivimos invita a pensar esta experiencia no como una eventualidad global (pandemia mundial), sino como resultado de una serie de situaciones que se han sucedido durante décadas y que nos ha dejado expuestos como sociedad al abandono total y la inoperancia de las autoridades, lo cual queda de manifiesto en las constantes referencias a permisos y disposiciones del “gobierno de Chile”, las cuales marcan el ritmo de la realización, y subrayan la necesidad de respuestas frente a esta crisis.
La muerte acecha a la mujer desmemoriada. Será un número más de aquellos que engrosan las listas. O quizá un número más de aquellos no registrados en ninguna parte. Mientras, la mujer que registra se refiere al “Ejército insomne”, todos nosotros, todos aquellos que estamos expectantes, en estado de hibernación, con la mente despierta y llena de preguntas que esperan respuestas y que esperan ser gritadas nuevamente en las calles en una nueva primavera.
Preguntas frecuentes es una de esas joyitas del panorama teatral en cuarentena, que se resiste a morir y a bajar el telón. Hoy, la pantalla es una compañera de ruta que contribuye a la generación de nuevas experiencias escénicas. Una pieza sensorial, delirante, profunda y crítica. Sensible al contexto y rebelde con un sistema que nos ha convertido en un ejército insomne. La articulación que logran Muñoz, Fernández, Aguilera, Cabezas y su equipo tiene como resultado una realización que permite reflexionar sobre nosotros mismos, el Chile de ayer y de hoy, y la (in) certeza de lo que nos espera.
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Citas:
[1] Mariana Muñoz es actriz y directora de teatro. Como actriz ha sido parte de elencos de destacados directores como Andrés Pérez Araya, Rodrigo Pérez, Alexandra Von Hummel, Alexis Moreno y Andrés Céspedes, entre otros. Como directora ha llevado a escena obras del dramaturgo Juan Radrigán, ganador del Premio Nacional de Artes de la Representación 2011, como Isabel desterrada en Isabel, Pueblo y amores de cantina. Esta última recibió el premio a Mejor Montaje Teatral 2011 del Círculo de Críticos de Arte. Su trabajo destaca por ahondar en la convergencia entre teatro, música, universos populares y comicidad. Ver aquí.
[2] Nona Fernández es actriz, dramaturga, guionista y escritora. Es una de las voces actuales más destacada en las letras nacionales. Forma parte de la compañía de teatro La Pieza Oscura, en la que actúa y escribe. Debutó en la dramaturgia con El taller, con la que obtuvo el premio Altazor 2013. Como actriz, protagonizó la obra Prefiero que me coman los perros, escrita por Carla Zúñiga y dirigida por Jesús Urqueta. Esta interpretación le valió el premio a Mejor Actriz 2017 por el Círculo de Críticos de Arte. También ha sido galardonada en su trabajo como escritora, entre ellos destaca el Premio Sor Juana Inés de la Cruz por su novela La dimensión desconocida. Ver aquí.
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Jessenia Chamorro Salas es licenciada en lengua y literatura hispánica de la Universidad de Chile, profesora de lenguaje y comunicación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, magíster en literatura latinoamericana de la Universidad de Santiago de Chile, y doctora (c) en literatura de la Universidad de Chile. Igualmente es redactora estable del Diario Cine y Literatura.
Crédito de las imágenes utilizadas: Centro Cultural Gabriela Mistral.