El filme del director nacional Rodrigo Sepúlveda —inspirado en la novela homónima del desaparecido narrador Pedro Lemebel— acaba de ser presentado en el Festival de Venecia (Italia), y este fin de semana también será exhibido vía streaming en Chile, a través de dos funciones que se proyectarán en la plataforma web de Punto Ticket.
Por Martín Parra Olave
Publicado el 12.9.2020
“La vida me va a deber tu amor”, dice la loca del frente a Carlos, el revolucionario mexicano que participa en la organización del atentado a Pinochet, en la parte final de la película Tengo miedo torero (2020), en una imagen que bien podría ser la síntesis de toda la película del director Rodrigo Sepúlveda, quien es además el responsable de la adaptación de la novela homónima de Pedro Lemebel.
El filme sostiene toda su energía en la brillante actuación de Alfredo Castro, quien representa a la Loca del frente, una travesti muy pobre, que en una violenta noche conoce a Carlos, el actor mexicano Leonardo Ortizgris, un joven militante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, de quien termina tristemente enamorada.
Ambientada en el año 1986, la película da cuenta de la vorágine que significa en la vida de la Loca haber conocido a Carlos, quien le cambia la existencia para siempre, pues a pesar de toda la vulnerabilidad en la que ella vive, demuestra una fragilidad y empatía para entender y acercarse al mundo del joven revolucionario, quien de manera reprimida oculta siempre sus verdaderos sentimientos hacia La loca, personaje que gracias a Alfredo Castro, logra adentrarnos en la miserable vida que ha tenido que vivir: pobreza, desprecio y violencia hacia los «maricones», sobre todo si son locas, pues desde la infancia están permanente siendo castigados por ser diferentes.
En un trabajo cuya escenografía y ambientes son de una rotunda sencillez, la película Tengo miedo torero es una historia de amor imposible, de un amor homosexual que no puede llevarse a cabo, pues las fuerzas destructivas de una tradición homofóbica, tanto de derecha como de izquierda, patriarcal a fin de cuentas, impide que llegue a buen termino.
Con apenas un par de escenas del Chile que comenzaba a protestar de manera más intensa, la película logra contagiarnos con la tensión que debían vivir permanentemente los opositores al régimen, y más aún, el permanente estado de fuga por el cual pasaban los más revolucionarios.
Una escena frente al mar para la despedida de este amor imposible, con las palabras que el propio Lemebel dijiera en más de una oportunidad, “yo no tengo amigos, tengo amores”, resaltando con esto la tremenda intensidad con la cual ha vivido, una pasión que ha logrado construir Sepúlveda en una cinta que perfectamente va a ocupar uno de los sitiales encumbrados dentro de la filmografía nacional.
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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Tráiler:
Imagen destacada: Alfredo Castro en Tengo miedo torero (2020).