Con esta obra (Editorial Anagrama, 2020), la autora francesa invita a sus lectores a recorrer el mundo de la ensoñación que todos tenemos en los años que comenzamos a dejar nuestros hogares, y donde pretendemos terminar de formarnos como seres humanos independientes para realizar aquellas actividades que tanto nos apasionan.
Por Martín Parra Oliva
Publicado el 9.10.2020
En Un mundo al alcance de la mano, de la escritora francesa Maylis de Kerangal (Toulun, 1967), Paula es una joven estudiante de arte, que viaja a Bruselas a realizar un posgrado en pintura. En este periplo conoce a dos amigos más, Jonas y Kate, con quienes formará una profunda amistad.
Estos años de estudio equivalen a una suerte de viaje de autoconocimiento, donde el proceso para definirse como persona y ser humano cobra vital importancia, además de revalorizar la amistad como un pilar central en la relación que van a mantener: «han sido puntuales los tres, una convergencia perfecta. Sus primeros movimientos los abalanzan a unos contra otros, abrazos y apertura de esclusas, tras lo cual se abren paso, avanzan en fila india pegados, un bloque» (p. 6).
En este sentido, sus vínculos están atados con la fuerza juvenil, una energía que difícilmente se puede comparar con otros momentos de la vida de los seres humanos, pues los niveles de intensidad y compromisos que se vuelcan en la relación son muy poderosos.
Los estudios de posgrado que realiza Paula no se resumen únicamente a una suma de conocimiento teórico, o a poner en práctica lo aprendido en los años anteriores. Por el contrario, a través de este camino se van abriendo nuevas posibilidades en la vida, tanto así que surge una suerte de vocación que la lleva a pintar para Ninna Moretti en los estudios de Cinecitta, en una filmación de Anna Karenina.
A estos nuevos caminos se suman además, transformaciones en el ámbito amoroso y en la forma de enfrentar la relación con sus padres: ¿es esto un proceso de madurez o es sencillamente el camino lógico hacia la independencia? Desligarse de los padres e iniciar relaciones sentimentales con otras personas, equivalen a una formación obligada por la cual deben pasar todas las personas.
En el caso de la joven protagonista, este proceso la obliga a descubrirse a sí misma como un ser humano que es capaz de asumir perfectamente el control de su vida. Por otro lado, el camino del arte se va configurando como una posibilidad cada vez más concreta, donde el anhelo de dedicar su vida a aquello que la apasiona se ve como algo posible y real.
Aunque en pasajes de la narración su lectura se hace algo lenta, en definitiva este trabajo es una atractiva mirada a aquellos años siempre complejos en la vida de las personas: la juventud, atravesada permanentemente por todo tipo de conflictos e inseguridades, donde las determinaciones que se puedan tomar, siempre acarrean consecuencias inesperadas y momentos cargados de intensidades desconocidas, generando temores que muchas veces son difíciles de abandonar.
En su último trabajo la autora francesa Maylis de Kerangal, se atreve a visitar un espacio tiempo que ya a sido narrado en otras ocasiones y que resulta siempre atractivo, el mundo de la búsqueda juvenil, de la independencia afectiva y el estudio del arte.
En definitiva, su invitación es a recorrer el mundo de la ensoñación que todos tenemos en los años que comenzamos a dejar nuestros hogares, y donde pretendemos terminar de formarnos como seres humanos auto determinados y realizando aquellas actividades que tanto nos apasionan.
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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Imagen destacada: Maylis de Kerangal.