«Los perros»: Una obra audiovisual víctima de sus imaginarios sociales y políticos

El siguiente artículo corresponde a la visión crítica que un historiador nacional hace del filme de la directora local Marcela Said -actualmente en cartelera-, en un análisis efectuado desde una metodología libre, fundamentada, interdisciplinaria y sin concesiones de ninguna especie.

Por Cristián Garay Vera

Publicado el 19.3.2018

El cine político es un formato en sí, que va desde la extraordinaria La batalla de Argel (1966), del realizador italiano Gillo Pontecorvo, hasta el género de denuncia. Para abundar un poco, la filmografía argentina nos ha proporcionado una enigmática lectura de Mengele y el peronismo (en Walkolda, de Lucía Puenzo, 2013), o un ajuste de cuentas estilo western de su historia reciente en Kóblic (Sebastián Borensztein, 2016). En ambos, hay un trabajo consciente de los personajes principales y secundarios, dando así un cuadro profundo de un drama coral, que excede a la tragedia específica.

En los dos casos citados el paisaje del sur argentino, su horizonte infinito, sirve de contrapunto al individuo que se debate con sus demonios interiores. Similares contradicciones y vueltas de tuercas hay en la literatura de la Guerra Civil española, donde ambos bandos son requeridos o establecen cuadros de coexistencia de buenos y de malos. La novela Soldados de Salamina (2001), de Javier Cercas es un buen ejemplo de ello. El bien y el mal, en el último caso, no son patrimonio de una posición de ideas, sino de decisiones personales que se cruzan, en último caso, con el poder elegir una acción u otra.

En el caso de Los perros (2017) el instructor de equitación, Juan (Alfredo Castro), que resulta ser un militar acusado de crímenes de derechos humanos, hace dos confesiones. Una diciendo que no es bueno a su amante Mariana Blanco (Antonia Zegers), y otra en que delinea las responsabilidades que se queman finalmente en una fogata, representación literal de la ausencia de responsables civiles para la complicidad pasiva de la derecha el ’73.

Hasta ahí las tesis están claras y los buenos y malos perfectamente delimitados. Es difícil no ver el progreso formal de la narrativa y de las imágenes de este largometraje, pero comparado a una película enigmática también chilena, Sapo, de Juan Pablo Ternicier (2017), que aprovechaba los silencios y el final inconcluso, aquí ya se sabe la respuesta al desenlace. Aunque inferior técnicamente a ésta, Sapo estaba más trabajada en sus personajes y contexto. Es que el esquematismo impide vislumbrar matices, donde incluso la familia del aburrido consorte argentino (Rafael Spregelburd y Juana Viale) es culpable de algo muy lejano e impreciso, donde, se dice, hay militares presos. En ese entorno, todos son victimarios.

La sensación del dinero mal habido, del crimen, hacen que la perspectiva del ABC1 local y transandino sea estereotipado, y que aspectos como la piedad y los juegos de los niños sean ridiculizadas hasta un punto indecible. Y esto que pasa con los personajes menores, pesa sobre los dos principales. Si bien es cierto que la interpretación de Antonia Zegers es descollante, su personaje es carente de humanidad, tal como el rol del procesado militar.

Ser ABC1 es algo más complejo que tener casas grandes y personal doméstico o vivir en la punta del cerro. Por algo Mariana, siendo gran parte de la película la “buena”, no produce ninguna empatía por su personalidad entradora, inconsciente y provocadora. Su búsqueda de verdad obedece más a un aspecto lúdico que a otra cosa. La escena –impresentable en un momento del respeto a la mujer y donde la directora es mujer- del policía de Investigaciones violando a la ciudadana, no aporta mucho más a esta mirada donde las virtudes están ausentes en todas partes salvo en la violenta funa.

 

Los perros (2017). Dirección y guión: Marcela Said. Fotografía: George Lechaptois. Actores: Alfredo Castro, Antonio Zegers, Rafael Spregelburd, Alejandro Sieveking, Elvis Fuentes.  (2018) 94 minutos. Productora: Jirafa.

 

Cristián Garay Vera es doctor en Estudios Americanos de la Universidad de Santiago de Chile y doctor en Historia de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (España).

 

Lo mejor de la propuesta de «Los perros» (2017) corresponde a la interpretación protagónica que hace la actriz Antonia Zegers, en torno al papel de la artista y galerista de clase alta, Mariana Blanco

 

Tráiler: