El debut literario de la periodista chilena Carmen Duarte corresponde a una novela sumamente entretenida —lo cual es una gran virtud—, así como a una radiografía de la juventud de esa época (los 2000), descrita a través de un argumento contundente, y valiéndose de un lenguaje pulcro y delicado.
Por Cristián Brito Villalobos
Publicado el 3.2.2021
El escenario es Viña del Mar, la ciudad y su playa. Ya inician los 2000 y una nueva era se aproxima. Dos personas. Un hombre y una mujer. Ambos jóvenes. Explorando. Acá hay mucha música metal que los une en una atmósfera espesa por donde Mona y Ramón transitan extraviados, en la búsqueda de algo. Quizás de ellos mismos.
La música es el motor de todo, su forma de comunicarse sin decir palabra alguna. Son jóvenes que se cuestionan el mundo y sus vidas. Jóvenes que sufren, que han experimentado la muerte. Pero no tienen miedo. En su soledad se acompañan en silencio.
Detector de metales, es el debut literario de Carmen Duarte (1980). Se trata de una novela que transcurre rápidamente. Sin pausas. Que absorbe a medida que avanza. Es de esos libros que uno no quiere que acabe nunca.
Construida en base a relatos donde Mona y Ramón narran sus historias, sus vivencias de adolescentes, el abandono y el escape de este, las amistades, planes truncados por el amor, y la relación que se gesta entre ambos, pero que al momento de tener sexo no produce satisfacción a Ramón, entonces Mona busca consuelo en otra mujer.
Ramón deja el país con destino a Suecia. En Estocolmo es uno más. Rubio como todos, y ya nadie se burla de él. Allí conoce a muchas bandas, se hace de amigos y se lía con mujeres, pero nada saca de su cabeza el recuerdo imborrable de Mona, tal vez el amor de su vida, o la parte que le falta para estar nuevamente entero.
La escritura de una novela demanda trabajo y dedicación, y esto queda demostrado en Detector de metales. Un volumen, si bien breve, que, en base a una historia atrayente, donde los protagonistas son jóvenes en busca de un destino que parece incierto y que es mejor obviar, nos exhibe la vida de estos personajes, tan diferentes y similares a la vez.
Carmen Duarte entrega un libro sumamente entretenido, que es una gran virtud, así como una radiografía de la juventud de esa época. Una novela contundente, muy bien escrita, con un lenguaje pulcro y delicado.
Estamos frente a una autora a la que hay que poner mucha atención. Una novela urgente y muy necesaria. Una lectura muy recomendable.
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Cristián Brito Villalobos (Antofagasta, Chile, 1977), además de poeta y escritor es periodista titulado en la Universidad Católica del Norte y magíster en literatura de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Crédito de la imagen destacada: Emecé.