El libro de Roberto Bustamante Covarrubias (en la imagen destacada), y el cual lleva como título el nombre de una república ya inexistente, nos habla desde las filigranas de aquello que el poder oculta, por las cloacas de la historia, llenas de cadáveres asesinados.
Por Juan José Podestá
Publicado el 24.2.2021
En una de sus páginas, el poemario Zaïre (Editorial Sismo, 2021) de Roberto Bustamante (Iquique, 1978) señala: “soy un país HECHO poeta”.
Pero Zaïre es más bien un territorio poético donde caben varias cosas, tal como el maletero de un automóvil en el que los agentes de seguridad de una dictadura, guardan los utensilios de su macabra faena diaria: corvos, revólveres, trapos ensangrentados, morfina, lentes oscuros rotos y granadas.
Acaso también el pedazo de mano de un opositor al régimen. En fin.
Zaïre es un espacio textual que no da cabida a discursos que no sean poéticos. Imposible reconvertir el material en prosa pateada con gramos de poesía. O viceversa. Esta es una primera consideración.
Zaïre es un país que ya no existe, y no vale la pena ahondar en su deriva pseudo-republicana a lo largo de los años.
En cambio, Zaïre es un libro que existe, un paisaje referencial y concreto, en el que el autor arroja al lector un discurso que no solo transita por la violencia: escribe la violencia.
El volumen sitúa y erige en el mismo espacio textual a las guerrillas latinoamericanas, los puños maravillosos de Alí, enfermedades africanas, batallas por la independencia, tratados bilaterales entre dos dictaduras y autos ominosos rompiendo la noche de cualquier país.
Zaïre es y no es Zaïre.
Y viceversa.
El libro se lee como un texto en braille: sus signos están expuestos de tal forma, que no queda otra que seguir su lectura como quien recorre el mapa de un territorio olvidado, o masacrado (qué más da).
Zaïre, de esta forma, es la geografía y biografía violenta de la palabra violencia.
Dividido en cuatro partes (Zaïre, Tratado Latinoamericano, Panfleto y Panfleto B), el texto teje en sus páginas una deriva que entra y sale por la historia pública y privada de hablantes ora oficiales, ora íntimos, ora anónimos. Pero siempre hablantes tratando de emitir, pronunciar o a lo menos mover los labios para señalar: la historia y geografía de la sociedad es la historia y geografía de lo no oficial.
He aquí lo que revela Zaïre: no hay historias oficiales; hay versiones de la historia-violencia como piedra fundacional de cualquier país, texto, vida o comunidad.
En el centro de todo discurso constituyente brilla la atroz batalla entre sentidos opuestos, clases antagónicas, discursos y boxeadores del mismo y a la vez distinto color de piel. En el centro de un país existe otro territorio, ya olvidado, ya destruido, ya borrado (esto es una obviedad).
Zaïre inicia así:
«Abre un libro / uno al azar / y verás que siempre encontrarás versos desnutridos / en mapas intoxicados / piel donde antes había legumbre / sólo podrás imaginar / la silueta de África / que es ningún país».
Y por cierto que el texto, que lleva como título el nombre de un país inexistente, nos habla desde las filigranas de aquello que el poder oculta, por las cloacas de la historia, llenas de cadáveres asesinados como el de Patrice Lumumba, y el de cientos de revolucionarios alrededor del mundo.
Zaïre, de esta forma, es un libro de poesía, pero también de historia (quien sabe si se convierte en lectura obligatoria escolar de un país futuro que asuma el conflicto y la crisis como piedras fundacionales), y también un texto que le grita al ojo lector.
La vida social se funda en la violencia, en la oposición de discursos cuya lucha es la que finalmente dibuja, primero, los contornos de un mapa, y luego, con delicada mano, ríos, pueblos, ciudades, lagos, bosques, desiertos, zonas turísticas y espacios no aptos para la visita.
Y también bosqueja discursos oficiales, dicciones heterodoxas, modelos económicos y multicanchas polvorientas donde juegan pichanga aquellos que no tienen el poder de dar el nombre a un país.
Porque de eso se trata todo: el que da el nombre a un país, es el que se queda con la pelota.
Lo demás es literatura.
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Juan José Podestá (Tocopilla, 1979) es escritor y periodista, además de magíster en literatura latinoamericana.
Imagen destacada: Ricardo Bustamante Covarrubias.