A través del recorrido narrativo de la presente obra (Editorial Anagrama, 2021), y con la cual rompe un silencio de siete años, el autor francés analiza aspectos como la meditación y las artes marciales, los atentados terroristas perpetrados al semanario «Charlie Hebdo» —donde muere su amigo Bernard Maris—, el amor y las diferentes maneras en que lo ha abordado, además de su paso por un hospital psiquiátrico.
Por Martín Parra Olave
Publicado el 16.3.2021
El escritor francés Emmanuel Carrère (París, 1957), conocido a nivel planetario por sus novelas de no ficción, regresa al ruedo literario después de siete años.
Su trabajo anterior fue el best seller El reino (Anagrama, 2014), donde explora el origen del cristianismo y su postura como creyente. Con Yoga (Anagrama, 2021), en cambio, se adentra en sus ganas de vivir o morir, que desencadenaron una nueva crisis depresiva en él.
Es por ello que su recorrido narrativo, en la presente obra, atraviesa aspectos sumamente relevantes, como son la meditación y las artes marciales, los atentados terroristas perpetrados a Charlie Hebdo donde muere su amigo Bernard Maris, el amor y las diferentes maneras en que lo ha abordado y por supuesto, su paso por el hospital psiquiátrico.
“Esta angustia alojada en mi plexo solar no es otra cosa que el miedo a la muerte y creo que la tarea de los años de vida que me quedan es aprender a expirar”, y en este sentido, la escritura del libro es una forma de aproximarse a ese entendimiento.
La reflexión de todo el texto apunta a darle vueltas a situaciones relevantes de la vida del narrador, aquellos momentos cruciales de los últimos años que han provocado quiebres o intensas emociones.
El amor, por ejemplo, es un tema relevante en su existencia, y ha sido un tópico gravitante, lleno de fracturas y de felicidades.
Sin embargo, a raíz de su crisis depresiva que provenía de él mismo, “de esta tendencia a la autodestrucción de la que presuntuosamente me creía curado y que se desencadenó como nunca y me expulsó para siempre de mi cercado”, se encuentra imposibilitado de comenzar algo con una mujer, pues se corre un riesgo demasiado grande, el de introducir en su infierno personal a otra persona, a la que acarrearía desdicha y sufrimiento.
“Yoga es la detención de las fluctuaciones mentales”, pero también el yoga es un ejercicio literario, un esfuerzo escritural, que permite al autor darle vuelta a situaciones incómodas o tristes y desde ahí poder avanzar.
Son las experiencias personales, generalmente dolorosas, las que se transforman en literatura. Cada libro tiene sus propias reglas que se van descubriendo a medida que se va escribiendo, señala el autor, y a medida que esto sucede el libro va tomando forma particular.
Si bien es cierto, Yoga comenzó a ser escrito con una idea de libro más bien liviano y práctico, lo que finalmente resultó, es un texto que habla de una lamentable crisis personal.
Entonces, asoma la pregunta relevante de por qué un texto, a uno le gusta o no, y la repuesta posible sería: porque ayuda a comprender la propia existencia, porque a través de un correcto trabajo narrativo se puede transformar algo personal en un asunto universal.
La lectura de un buen texto literario, así como el ejercicio de la meditación, permiten erosionar el ego y acceder sin filtros a esa realidad que tanto nos atormenta.
A pesar que en ocasiones el relato se adentra por cuestiones secundarias, Yoga (Anagrama, 2021) de Emmanuel Carrère, es una lectura muy interesante, pues cada cierto número de páginas, aparecen reflexiones trascendentales que tocan profundamente el alma del lector, espoleando la tranquilidad de la vida y escarbando en los miedos de cada uno de los seres humanos.
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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Imagen destacada: Emmanuel Carrère.