Este libro conformado por diez cuentos y el cual además integran dos nouvelles —debidos a la autoría de la galardonada narradora estadounidense—, nos entrega un fresco de las relaciones interpersonales, tanto al interior de la familia como en comunidad, develando con ironía y humor, pero con mucha certeza, las dificultades y puntos débiles que permanentemente interfieren en la existencia cotidiana de los seres humanos.
Por Martín Parra Olave
Publicado el 5.4.2021
Lionel Shriver (Carolina del Norte, 1957), es una destacada periodista que incursionó en la narrativa a partir de 1986 y en el año 2005 ganó el Premio Orange de novela por su celebrada obra Tenemos que hablar de Kevin.
De su trayectoria y voz narrativa se ha dicho que, gracias al manejo de un lenguaje directo y una pulida técnica, ha podido retratar toda la complejidad de la naturaleza humana, no de forma absolutamente seria, sino que salpicada con certeras cuotas de humor.
En su último trabajo Propiedad privada (Editorial Anagrama, 2020), su obsesión es la posesión y el apego, ambas situaciones ligadas desde la más tierna infancia a los seres humanos, cuyos sentimientos generan todo tipo de egoísmos y de violencias, en aquellos que no pueden controlarlos de manera adecuada.
Este es el primer libro de relatos de la autora norteamericana, dentro del cual se mezclan una serie de situaciones y personajes: una disputa por un regalo de bodas; una diferencia entre vecinos se va acrecentando con el tiempo; una familia que tiene a un hijo de 30 años que se resiste a dejar el hogar; el extraordinario caso de un cartero que espía las cartas que reparte o un escapado de la justicia que termina por aburrirse del lugar donde se encuentra escondido, que en primera instancia es un sitio muy agradable para estar.
Dentro del mismo libro hay dos novelas cortas, una que abre y la otra que cierra el conjunto de historias.
Las contradicciones y miserias de las personas
En “Recuperación de una propiedad privada”, la séptima narración que compone el conjunto de relatos, se percibe un ambiente y un tono ligado a la novela de terror, un aspecto de su literatura que aparentemente no trabajaba desde Tenemos que hablar de Kevin (Anagrama, 2005), una narración que trata del tema familiar dejando muy en evidencia todos los problemas y encrucijadas que se presentan con la llegada de los hijos.
La escritora Lionel Shriver ha señalado acerca de su último libro: «empezó siendo espontáneo y luego pasó a ser deliberado. Quise crear una serie de historias cortas sobre la propiedad. Algo que me dio un sentido de dirección, una especie de limitación arbitraria que acabó siendo inspiradora».
Y la propiedad, ese concepto tan corrientemente utilizado, se despliega en este libro con una delicadeza sorprendente, pues no sólo es un tema que tiene que ver con los aspectos materiales de la vida, sino que profundiza la idea hasta asociarla con las relaciones que tienen los seres humanos.
Ahonda, por ejemplo, en ese profundo y complejo mundo de padres e hijos al interior del hogar, un sistema de apegos que permanentemente se encuentran en conflictos por todo lo que significa la pertenencia y el amor familiar.
Su escritura, sin embargo, no se detiene en lo que pasa al interior de las familias, sino que además se atreve a indagar en lo que ocurre cuando hay diferencias entre vecinos, distancias que pueden comenzar por cosas tan absurdas, como que la rama de un árbol invada un patio.
En este sentido, su escritura va develando las contradicciones y miserias que afloran en las personas, donde el mundo del ser humano parece estar comandado por sentimientos oscuros que no le permiten vivir tranquilamente en comunidad.
Propiedad privada (Editorial Anagrama, 2020), nos entrega un fresco de las relaciones humanas, tanto al interior de la familia como en comunidad, develando con ironía y humor, pero con mucha certeza, las dificultades y puntos débiles que permanentemente interfieren en nuestras vidas. Shriver es una narradora a la cual hay que seguir leyendo.
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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Imagen destacada: Lionel Shriver.