Publicada por Alba en su colección Clásica Maior, la protagonista de esta novela —interpretada por la actriz Nastassja Kinski en el filme homónimo de Roman Polanski— es sin lugar a dudas una de las heroínas más memorables de la literatura victoriana, precisamente porque cuestiona y rebate, con su azaroso destino, la moral de su época.
Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda
Publicado el 27.5.2021
Al igual que su heroína, la novela de Thomas Hardy (1840-1928) Tess de los d’Urberville tuvo una vida muy azarosa. Tras ser rechazada en 1889 por las revistas Murray’s y Macmillan’s, por ir contra la moral y las buenas costumbres, como se diría hoy en día, Hardy decidió eliminar los capítulos más escabrosos y publicarla por entregas en el diario The Graphic; en el siglo XIX era costumbre publicar por entregas, en periódicos, lo que más tarde sería editado en forma de libro; así lo hicieron en su época Charles Dickens o Wilkie Collins.
En 1891, finalmente, apareció la versión completa en tres volúmenes en la editorial londinense Osgood, McIlvane & Co. A propósito de esta edición Thomas Hardy señaló lo siguiente:
«Añado únicamente que el relato se presenta con la mayor sinceridad, como un intento de dar forma artística a una secuencia de cosas verdaderas. Sobre las opiniones y sentimientos que se expresan en la novela, me limito a recordar al lector susceptible, que no tolera que se diga lo que hoy en día todo el mundo piensa y siente, una famosa frase de san Jerónimo: ‘Si la verdad ofende, más vale lanzar la ofensa que ocultar la verdad'».
La novela parte de una curiosa anécdota. El padre Tringham, de Stagfoot Lane, aficionado a las antigüedades descubre, casualmente, que su vecino John Durbeyfield es pariente directo de la antigua e ilustre familia de los d’Urberville, descendientes de Sir Pagan d’Urberville, el famoso caballero que vino de Normandía con Guillermo el Conquistador.
Este inesperado acontecimiento hará que su hija Tess, a instancias de su padre, busque protección en una rica familia con la que parece estar emparentada. Este será el comienzo de las desventuras que conducirán al trágico final de Tess de los d’Urberville.
Hay en las obras de Thomas Hardy un elemento que subyace en sus novelas más representativas —también en el caso de Jude el oscuro (1), publicada en 1895— y es ese destino trágico que atenaza a sus personajes, y que les impide alcanzar la felicidad.
Publicada por Alba en su colección Clásica Maior, “Tess es sin lugar a dudas una de las heroínas más memorables de la literatura victoriana, precisamente porque cuestiona y rebate, con su azaroso destino, la moral de su época”, según recuerda la propia editorial.
El realizador de cine polaco Roman Polanski, gran admirador de la obra de Thomas Hardy, de su fatalismo y sentido de lo trágico, dirigió en 1979 la adaptación de Tess de los d’Urberville. Supuso un largo y complejo proyecto que dio lugar, seguramente, a la más fiel adaptación de una novela de Thomas Hardy. En la película destaca la interpretación de una joven Nastassia Kinski en el papel de Tess.
Hace mucho un crítico escribió: “Es necesario contemplar, y si así puede decirse, respirar una a una las heroínas de Thomas Hardy. Entonces una impresión única se recibe; la que el autor sin duda ha querido dejarnos: la piedad de las miserias a que nos arrastran los juegos del corazón, empujados por ese déspota estrafalario y cruel que es el amor. Porque es éste el que representa en este autor la ironía de la vida, la fatalidad; es él quien hace entablar la lucha, en ese duelo de los opuestos sexos, entre el corazón del hombre y el corazón de la mujer, nacidos para sufrir según la ley de sus respectivos trágicos destinos”.
Citas:
(1) Hace algunos años Edicions 62 publicó Jude l’Obscur. La traducción y el esclarecedor prólogo estuvieron a cargo del gran escritor catalán Quim Monzó.
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Eduardo Suárez Fernández-Miranda es licenciado en Derecho de la Universidad de Sevilla (España).
Imagen destacada: Tess (1979).