Enterarse de un momento a otro de la enfermedad paraliza, nos deja sin aliento. Y se suceden profundos estados reflexivos, donde todo lo que alguna vez creímos se va al carajo: no suelo compartir poemas en este espacio, pero haré una excepción.
Por Cristián Brito Villalobos
Publicado el 14.6.2021
A veces cae una inmensa roca del cielo, como predica la Biblia, según entiendo. El cielo se nubla. Y todo se cubre de una espesa y densa manta negra, donde el silencio y el miedo reinan. Enterarse de un momento a otro de la enfermedad. Paraliza. Nos deja sin aliento. Y se suceden profundos estados reflexivos, donde todo lo que alguna vez creímos se va al carajo.
Prefiero mantener en reserva el nombre de la persona a la que me refiero, sólo decir que es una de las más importantes en mi vida. Esforzada, con un férreo compromiso con el bien social, y una madre ejemplar.
Comenzaron las sesiones de quimioterapia. Caminamos por un largo pasillo. De pronto, miro al costado, y veo un pabellón, grande e iluminado, donde niños y niñas, sin pelito, me saludaban, sonriendo.
Luego ingresamos a otro espacio, con sillones. Los pacientes se sientan y por cuatro a cinco horas y deben soportar el dolor del ingreso de ese líquido devastador por sus venas.
Entonces, ¿cómo entender todo esto?
La respuesta a la pregunta es un eco vacío.
Y allí, en la vulnerabilidad, aparece la fe. En Dios, o en lo que sea. En el milagro de la sanación.
No suelo compartir poemas en este espacio, pero haré una excepción. Se trata de versos escritos a propósito de lo que anteriormente escribo.
Es un poema inédito:
Sala de quimioterapia
El otro día vi
a 20 personas
sometiéndose a quimioterapia
todos en silencio
durmiendo
cubiertos con frazadas
de pronto, un grito
es un paciente
se ha mejorado
el personal
del departamento oncológico
le regala globos
lo aplaude
y el hombre llora
y yo lo vi
y ella me miró
y yo le dije
lo mismo te pasará
y sentí fe
y sentí miedo
el hombre se levantó
tomó su globo
se despidió
y se fue
como un ser humano
libre del cáncer
y sobre eso no se puede escribir
ni la poesía llega a esos rincones
pero lo intento.
porque mientras todo se va al carajo
hay milagros
que pasan
todos los días
y eso merece
un poema.
***
Cristián Brito Villalobos (Antofagasta, Chile, 1977), además de poeta y escritor es periodista titulado en la Universidad Católica del Norte y magíster en literatura de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Imagen destacada: Cristián Brito Villalobos.