Esta obra publicada por Literatura Random House en su colección Grandes Clásicos durante este año 2021, pertenece —junto con «Las alas de la paloma», «La copa dorada», o «Los embajadores»— a las grandes novelas de Henry James, el más británico de los escritores norteamericanos.
Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda
Publicado el 9.10.2021
Henry James (Nueva York, 1843 – Londres 1916) siempre sintió un vivo interés por el arte, en especial por la pintura, quedando plasmado este hecho en su obra narrativa. A lo largo de su vida mantuvo relación de amistad con pintores del prestigio de John Singer Sargent o Frank Duveneck.
Éste último, de origen humilde, contrajo matrimonio con la rica Elisabeth Boott, en contra de la opinión de su padre. Los entresijos de esta historia, que James llegó a conocer de cerca, le sirvieron de inspiración para su novela The Portrait of a Lady.
Incluso la villa Castellani de Bellesguardo, donde residió el pintor con su esposa, la empleó James como modelo para la residencia del Gilbert Osmond de la novela. La propia afinidad de James con la pintura trasciende en el uso del término portrait. Años más tarde, un joven James Joyce utilizaría este mismo término para titular su primera novela: Retrato del artista adolescente.
Esta extensa obra le llevó a trabajar en ella durante dos años.
Así lo recordaba el propio James: “Comencé Retrato de una dama, al igual que Roderick Hudson, en Florencia, en el transcurso de los tres meses que pasé allí en la primavera de 1879. Como en el caso de Roderick y del El americano, mi primera intención era que apareciese en The Atlantic Monthly, donde empezó a publicarse en 1880. A diferencia de sus dos predecesoras, sin embargo, encontró también otra salida, con periodicidad mensual, en Macmillan’s Magazine, y resultó ser una de las últimas ocasiones en las que una novela mía se publicó por entregas simultáneamente en Inglaterra y Estados Unidos. (…) Recuerdo que estuve muy ocupado con ella de nuevo al año siguiente, durante una estancia de varias semanas en Venecia”.
Un libro hermoso
Con esta novela Henry James pone en práctica una de sus características fundamentales, lo que él llamó “punto de vista objetivo”, es decir, la búsqueda y consecución de la narración indirecta.
Lo que trataba de plasmar James con esta técnica era la desaparición del punto de vista del narrador, y de esta forma sería el lector quien se enfrentara directamente a lo que conocía el propio personaje.
El argumento de la novela es el siguiente: Una joven norteamericana de apreciable belleza, Isabel Archer, decide emprender un viaje a Europa.
Allí tratará de vivir en plena libertad, asumiendo los riesgos que ello podría comportar. Una serie de ventajosas propuestas matrimoniales son rechazadas, en contra de los consejos familiares, y una inesperada herencia la convertirá en objeto de deseo.
Este sencillo argumento en manos de Henry James convierte a Retrato de una dama en una de las grandes novelas del siglo XIX. Como recuerda G. K. Chesterton en el Obituario de Henry James, sus libros: “siempre serán hermosos… y dan tanta impresión de ser jóvenes que merecerían ser viejos”.
La portada del libro reproduce el controvertido cuadro de John Singer Sargent, Madame X. Supuso un gran escándalo en el momento de su exposición. Su modelo —Madame Pierre Gautreau— fue una pieza fundamental de la alta sociedad parisina del último cuarto del siglo XIX.
El retrato de Sargent la muestra con un tirante del vestido caído sobre su hombro. Este detalle, configuraba un cuadro de gran sensualidad y provocación para la moral de la época. El pintor tuvo que retocar la pintura, y es así como aparece en la cubierta de Retrato de una dama.
El cine ha sentido gran predilección por las novelas de Henry James. Así, han sido adaptadas las novelas Las bostonianas y Los europeos por el director James Ivory, y la directora neozelandesa Jane Campion realizó su versión cinematográfica de Retrato de una dama en 1997, con Nicole Kidman y John Malkovich en los principales papeles.
De la novela de Henry James, ha dicho Campion que se siente identificada con el contraste entre: “la frescura y la inocencia, casi la simplicidad de los colonos del nuevo mundo y el refinamiento, la complejidad, casi la corrupción del viejo mundo europeo. Por eso, resulta turbador el encuentro entre Gilbert Osmond e Isabel Archer. Isabel es todavía ingenua cuando llega a Europa, pero él está ya corrompido por su estancia en el Viejo Continente y enseguida tratará de degradar la pureza de ella”.
Retrato de una dama, publicada por Literatura Random House en su colección Grandes Clásicos, pertenece —junto con Las alas de la paloma, La copa dorada, o Los embajadores— a las grandes novelas de Henry James, el más británico de los escritores norteamericanos.
John Banville, uno de los grandes estilistas de la novela actual, asumió el reto de continuar la novela de Henry James. Bajo el título de La señora Osmond (Alfaguara, 2018) continúa Retrato de una dama donde James puso el punto final.
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Eduardo Suárez Fernández-Miranda es licenciado en Derecho de la Universidad de Sevilla (España).
Imagen destacada: Retrato de una dama (1996), de Jane Campion.