Los cuentos que se reúnen en esta nueva entrega de la Nobel canadiense son la clara muestra de que una narrativa de calidad puede construirse desde un espacio muy privado, y donde lo que realmente importa es la agudeza psicológica y la sensibilidad de quien escribe.
Por Martín Parra Olave
Publicado el 27.6.2022
Alice Munro (Wingham, 1931) es una de las pocas escritoras canadienses que han destacado a nivel global. Lo que ha caracterizado sus libros de cuentos es la construcción de personajes más bien simples y comunes, cuyas vidas transitan por una cotidianeidad abrumadora la que sin embargo, en algún momento sufre un quiebre.
El denominador común de estas historias cortas es la localización geográfica en una zona conocida como Munro Tract (el Condado de Munro) y cuyos protagonistas transitan por parajes rurales y campestres. En octubre de 2013 fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura, siendo la decimotercera mujer en obtener el galardón más importante de las letras universales y la primera de Canadá.
«La vida de la gente es suficientemente interesante si tú consigues captarla tal cual es, monótona, sencilla, increíble, insondable», describió la autora norteamericana en más de alguna entrevista, para terminar indicando lo que ha sido la guía principal en su trabajo narrativo: «Sólo quien no tiene perspicacia para ahondar en el alma humana hace una distinción entre personajes fascinantes, con brillo social, y aquellos que parecen destinados a caer en el olvido», reflexiona Munro.
Las relaciones de las mujeres
El libro Danza de las sombras (Lumen, 2021), es un texto compuesto por quince narraciones, donde ya se encuentra presente la prosa y el estilo narrativo que se mantendrá constante en cada uno de sus posteriores libros.
Fuera de la simpleza de sus personajes y del entorno rural que caracterizan sus relatos, la revelación, también llamada epifanía va a ser una característica constante en los cuentos de Munro. Nada parece suceder en estos relatos, sin embargo, siempre hay un acto, un secreto o un descubrimiento que produce un quiebre, tanto en el personaje como en el lector.
Uno de los relatos más memorables de este libro habla de una joven que se da cuenta lo poco que conoce a su padre, acontecimiento revelador de las distancias que generalmente hay entre la hija y su progenitor. Gracias a este tipo de narraciones, el lector se sitúa en el lugar de ambos, es decir, aquellos espacios que siempre son difíciles de comprender, pues están cargados con el peso de una responsabilidad social e histórica.
En casi todos sus libros posteriores Alice Muro escribe acerca de las mujeres y de las relaciones que tienen ellas con sus familias, con sus parejas y por supuesto con sus amantes. Historias que ponen al descubierto secretos dolorosos que han sido guardados por décadas.
Lo doméstico y lo íntimo se conjugan en una serie de relatos que son el punto de partida de la obra de la Nobel canadiense Alice Munro. Así, Danza de las sombras es un libro apasionante, escrito con sencillez pero cuya mirada profunda y certera nos sitúa en una experiencia de lectura única y magistral.
Este tipo de textos son la clara muestra de que una narrativa de calidad puede construirse desde un espacio muy privado, y donde lo que realmente importa es la agudeza de quien está escribiendo.
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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por esta última Casa de Estudios superiores.
Imagen destacada: Alice Munro.