El volumen del ensayista español José Ramón Ayllón contiene 50 recomendaciones de libros, seleccionados por ser lo mejor de la literatura universal desde la Antigüedad hasta nuestros días: son artículos breves que superan la reseña y se parecen más bien a una grata y culta conversación de sobremesa.
Por Juan Ignacio Izquierdo Hübner
Publicado el 20.7.2022
¿Cómo reaccionas si te leo este viejo adagio: «Timeo lectorem unius libri», es decir, «temo al lector de un único libro»? En mi caso, pensé en nuestra generación y me lamenté de lo poco que lee el hombre moderno.
Perdemos esos escasos y preciosos tiempos de ocio, ¡verdaderas joyas de nuestro discurrir vital!, que aparecen cuando tomamos el autobús, o mientras esperamos a que nos atienda el dentista, etcétera, en los que bien podríamos abrir un libro, pero que malgastamos sometiéndonos a la tiranía de las notificaciones del móvil.
¿Cómo podemos ayudar a los jóvenes para que aprovechen mejor esas benévolas ventanas del tiempo? Lo primero: Si leemos menos, por lo menos que leamos bien. ¿De cajón, no? Si sacamos ese propósito, podemos dar un paso más y hacernos otra pregunta importante: ¿cómo ayudarles a elegir libros que enriquezcan su alma y, si tienen suerte, que además les abran el apetito para transformarse en buenos lectores? He aquí la pregunta del millón: la respuesta puede darnos la clave para recuperar los libros en la sala de espera del dentista.
Veamos el asunto desde una perspectiva más práctica: pensemos en una pareja de recién casados que inaugura un hogar, como un primo mío que acaba de terminar su luna de miel. ¿Cómo animarlos a soñar con una excelente biblioteca doméstica?, ¿cómo ayudarles a llenar las estanterías con libros que interpelen la existencia y sean capaces de inyectar pasión y vivacidad a las almas?
Las consecuencias de diseñar un agradable rincón de lectura para los hijos pueden ser grandiosas. Te copio, por ejemplo, el testimonio de Jorge Luis Borges:
Como ciertas ciudades, como ciertas personas, una parte muy grata de mi destino fueron los libros. ¿Me será permitido repetir que la biblioteca de mi padre ha sido el hecho capital de mi vida? La verdad es que nunca he salido de ella, como no salió nunca de la suya Alonso Quijano.
La importancia de formar una biblioteca familiar
Todos los padres quisieran tener hijos cultos, sensibles, idealistas y virtuosos. El camino es difícil y está lleno de obstáculos, es verdad, pero los libros, ¡los buenos libros!, son apoyos, o mejor, ¡son amigos! con gran capacidad de empatía y muchos recursos para nutrir de sentido, entusiasmo y valor a la vida joven. Y el esfuerzo constante y sencillo de diseñar una biblioteca familiar excelente puede hacer la diferencia en esa formación.
¿Cómo podría ayudar a mi primo? Pues, algo podría hacer, pero estoy seguro de que mi repertorio no es suficiente ni el más autorizado como para que él me haga caso con todas mis sugerencias. Pero no importa, pues pienso recurrir al último libro de José Ramón Ayllón, Qué leer cuanto antes (Homo Legens, 2022), que tiene la lista perfecta; éste es el regalo ideal para ayudar a los padres a cubrir esta necesidad del hogar.
Se trata de 50 recomendaciones de libros, seleccionados por ser lo mejor de lo mejor de la literatura universal desde la Antigüedad hasta nuestros días. Son artículos breves que superan la reseña y se parecen más bien a una grata y culta conversación de sobremesa; en ellos brilla ese rasgo del estilo que Ortega y Gasset tanto elogiaba: «La claridad es la cortesía del filósofo».
Conseguir algo así no lo logra cualquiera, hace falta tener la experiencia y el sentido común de José Ramón Ayllón (Cantabria, 1955), que ha dedicado su vida a leer, escribir, enseñar y mantener amistades con gente de todas las edades.
No lo pensaré más, recomendaré a mi primo un ejemplar de Qué leer cuanto antes, y así podrá él ir diseñando, poco a poco, una biblioteca que siente las bases para el despegue de sus hijos, como pudo hacer Borges gracias a la biblioteca de su padre.
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Juan Ignacio Izquierdo Hübner es abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile, licenciado en teología de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma) y alumno del máster en teología de la Universidad de Navarra (España).
Imagen destacada: José Ramón Ayllón y Juan Ignacio Izquierdo.