Hasta el próximo sábado 27 se agosto se presenta en el GAM, esta obra del colectivo Zoológico, y que protagonizada por los actores Paulina Moreno, Germán Pinilla y Juan Pablo Troncoso, se inspira en el trasfondo de las masivas mutilaciones oculares, ocurridas en el país, luego del estallido social de octubre de 2019.
Por Enrique Morales Lastra
Publicado el 25.8.2022
La idea argumental de Mirar es sugerente y novedosa, aunque el alargamiento innecesario en el uso de sus recursos de proyección audiovisual, y cierto facilismo político en la intelectualización que se manifiesta, acerca de las estructuras policiales del Estado, conspiran a fin de que su por momentos atractiva propuesta dramática —que incluye una invocación a El obsceno pájaro de la noche de José Donoso—, prevalezcan con convicción sobre esa reiteración, que termina por diluir lo que existe de loable en sus postulados creativos.
Si bien su autor (Juan Pablo Troncoso), y su director (Guille Aguirre) explican que el presente título está lejos de ser una obra teatral sobre el estallido social y la crisis institucional del último trimestre de 2019 ocurridas en Chile (más allá de su obvia inspiración); su noción central en torno a la manipulación que ejercería la autoridad estatal en relación al acto de qué mostrar y por ende ocultar a sus ciudadanos, reduce un tanto la vitalidad de una puesta en escena que tiene en la actuación protagónica de Paulina Moreno, la mayor expresión cualitativa de su dramaturgismo.
En efecto, el monólogo inicial que ejecuta la actriz nacional, más allá de su reverberación shakesperiana (también anunciada previamente por la producción), entregan un impulso artístico que el resto del montaje está lejos de aprovechar en el objetivo colectivo de explotar las potencialidades simbólicas de Mirar (existentes por doquier).
Luego de ese logrado ejercicio interpretativo de Moreno, el uso de las proyecciones audiovisuales, que en un comienzo se transforman en un aporte escenográfico y dramático esencial, después, y debido a su constante y desmesurada reincidencia, terminan por convertirse en un elemento disuasivo en relación a los significados simbólicos que dicen sustentar a esta puesta en escena (el despliegue del poder, en el diseño de una realidad comprobable).
El imbunche donosiano
Al principio de esta crítica, hacíamos referencia a lo pernicioso de un discurso facilista con el propósito de adentrarse en los terrenos de la teoría política, y eso lo objetamos aquí, en torno a la construcción retórica que se efectúa sobre la labor policial en general, y principalmente a raíz de la represión ejercida por ese cuerpo uniformado de la fuerza del Estado, frente a la acción cívica de protesta y de desacato ante la autoridad gubernamental, observadas en el último tiempo en Chile.
Logrado con aplausos durante las primeras escenas de la obra, el alegato estético de Mirar se difumina en la persistencia de esa idea central (la del dirigismo estatal en la visión manipulada de una realidad), como respuesta aclarativa de las numerosas mutilaciones oculares sufridas por más de varios centenares de ciudadanos, posterior al 18 de octubre de 2019.
Explicar esa defensa que hace de sí mismo el Estado, a través de sus efectivos policiales, en esta ocasión resulta simplista y hasta obvio en el planteamiento de su facilidad expositiva.
No obstante, cuando el montaje explora —en su defecto— en la esencia misma de las nociones del poder jerárquico, y que subyacen detrás de ese ocultamiento, en una forma tanto argumental como digital, es cuando se consigue, por parte de la dirección, un desarrollo narrativo que apuesta por ofrecer soluciones y nuevas respuestas a esa encrucijada dramática que recorre de principio a fin, a la obra escrita por el autor nacional Juan Pablo Troncoso.
La vuelta de tuerca inédita y sorpresiva acerca del concepto de imbunche donosiano, en las prerrogativas del guion teatral, además de otorgarle corporeidad a la acción de esas masas invisibles y enardecidas que rodean al cuartel de inteligencia policial donde se despliega el argumento, resulta una cita atingente y fundamentada, que por lo demás incorpora a Mirar en una cadena de reflexiones históricas, literarias y politológicas sobre la brutal violencia que alienta el respirar trivial y cotidiano de nuestro país, más allá de la represión desplegadas por los brazos del aparataje estatal.
Por último, sin ser un montaje excesivamente largo en su duración, y con un diseño integral coherente y el cual le proporciona una consistente continuidad narrativa a su dramaturgia, creemos que con una tijera de veinte minutos, el resultado final ganaría en ritmo, agilidad y en una concentración total por parte de sus espectadores, hacia esta obra que quizás por ese motivo, siempre está a un tris (y a punto) de despegar.
Ficha artística:
Dramaturgia: Juan Pablo Troncoso Chandía y Colectivo Zoológico.
Dirección: Guille Aguirre.
Elenco: Paulina Moreno, Germán Pinilla y Juan Pablo Troncoso.
Diseño integral: Rocío Hernández.
Diseño multimedia: Pablo Mois.
Producción general: Paulina Gómez.
Diseño gráfico: Paula Aldunate.
Archivo: Javiera Brignardello.
Foto afiche: Arnaldo Rodríguez.
Coproducción: GAM, Espacio Checoeslovaquia y Colectivo Zoológico.
Apoyo: Proyecto Arde y Goethe Institut.
Prensa: Claudia Palominos.
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Tráiler:
Crédito de las imágenes utilizadas: Patricio Melo.