[Crítica] «Entre Hermes y la reina de los cuervos»: Saltar del techo en pleno amanecer

El poeta chileno Luis Cruz-Villalobos —en este volumen de próxima aparición— observa todo lo que vive y nos rodea, como desde los ojos de un niño, creyendo aún en el valor de las cosas más pequeñas, la naturaleza, los pájaros, los grillos, las mariposas, incluso una araña a la que se ve de improviso y a la cual se le deja respirar simplemente porque sí.

Por Germain Droogenbroodt

Publicado el 5.1.2023

«A veces creo que los buenos lectores son cisnes aún más tenebrosos y singulares que los buenos autores».
José Luis Borges

El poeta chileno Luis Cruz-Villalobos no sólo es un muy buen editor de poesía moderna internacional, sino también un excelente poeta al que, al parecer, le encanta despertar la curiosidad de sus lectores con poemarios que llevan títulos extraños.

Quienes tengan en sus manos el libro Entre Hermes y la reina de los cuervos quizá se pregunten qué tiene que ver un dios griego con una reina de aves. Pero no únicamente el título es inusual, la poesía del poeta también lo es y aquí muestra su inconfundible estilo, algo bastante escaso en la poesía contemporánea, donde a la mayoría de los poemarios se les puede cambiar el nombre del poeta y ningún lector notará que la obra no es de ese autor.

Entre Hermes y la reina de los cuervos es una obra donde no sólo destacan las numerosas referencias a diversos poetas, filósofos y escritores de todo el mundo, entre ellos Cioran, Darwin, Derrida, Heidegger, Tagore, Eliot y Nietzsche, que confirman lo erudito del poeta, sino también queda aquí patente el perfume internacional y, particularmente, oriental que tipifica su obra.

En esta voluminosa colección, como en varios de sus libros anteriores, se incluyen haikus y algunos tankas. Que el poeta sea psicólogo clínico y filósofo ha dejado también profundas huellas en su obra poética.

Contra la dictadura digital de nuestros tiempos, el poeta-filósofo busca con la palabra su propio camino, un camino —la vida— imprevisible, sutil y breve como lo confirma el título de uno de sus libros anteriores: Algo menos que la eternidad del instante (2020) o como lo plantea en el poema «Atardecer de madrugada»:

Por qué evitar lo absurdo/ Y sólo ceñirnos a lo evidente/ Si la vida es corta y tan llena de obviedades/ Mejor saltar del techo en pleno amanecer/ Y abrir las alas en medio del gran crepúsculo/ Que se desplegó con sus arreboles mañana.

 

Producir una experiencia verbal

Luis Cruz-Villalobos no solamente observa la psique humana sino todo lo que vive y nos rodea, como desde los ojos de un niño, creyendo aún en el valor de las cosas más pequeñas, la naturaleza, los pájaros, los grillos, las mariposas, incluso una araña a la que se ve y se le deja vivir.

Nos invita a no dejarnos llevar por los falsos valores de la sociedad de consumo ni por la demagogia de sus dirigentes: No hablo del dios de los mercados/ Ni de aquel de los trueques y embustes.

Según el gran poeta español José Ángel Valente escribir (poesía) no es reproducir una experiencia preexistente, sino producirla. El verdadero poema es más que un cuentecito escogido de la vida cotidiana. No es lo previamente vivido, sino el proceso de escribir mismo: es experiencia y revelación. O como lo ha confirmado Paul Celan: La realidad no es. La realidad quiere ser buscada y adquirida.

Para el poeta chileno, obviamente lector y conocedor de Nietzsche y Heidegger, das Sein, el Ser, sigue siendo una pregunta abierta y el poeta […]: espera que el silencio/ Pronuncie la palabra final/ La más extrema/ La definitiva palabra/ Ineludible/ Pero también inefable.

A veces la melancolía y la tristeza afloran en los poemas de este libro, lo que no es extraño para una persona sensible que también observa a la humanidad y no es ciega ni egoísta ante los muchos sufrimientos que tienen lugar en la Tierra y que fatigan el corazón.

En el poema «El olor de las lágrimas», el poeta nos dice: Perdido en un bosque inmenso/ Así el olor de las lágrimas/ Nos acaricia la mejilla/ El alma que respira/ Y nos invita a morir un poco.

Pero en Cruz-Villalobos la poesía es medicina para el alma dañada. Así como el ciego del que habla el poeta argentino Hugo Mujica que con su bastón no busca la luz sino el camino. Para el poeta-filósofo chileno la poesía es el bastón del ciego con el que busca, no solamente el camino del ser, sino también la iluminación entre la vida y la muerte.

Qué es la huella/ Sino la ausencia de lo que se observa que estuvo allí/ Es la ausencia hecha indicación de antigua presencia/ Es la anti-estela que deja un cometa/ La nada que canta/ Lo ido…

Inquietudes abiertas que, sin duda, son las que necesitamos en nuestro mundo más que nunca: palabras honestas y profundas, buena poesía, como la de Luis Cruz-Villalobos.

 

 

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Germain Droogenbroodt, nació en Bélgica, en territorio flamenco. Está afincado desde el año 1987 en Altea, España. Es poeta, traductor, editor y promotor de poesía moderna internacional.

Hasta ahora ha escrito trece poemarios, varios de los cuales le han valido más de una docena de premios internacionales. Recibió el Doctorado Honoris Causa por la Universidad del Cairo, Egipto y fue recomendado al Premio Nobel de Literatura el año 2017.

 

«Entre Hermes y la reina de los cuervos», de Luis Cruz-Villalobos (ÆÐ Ediciones, 2023)

 

 

 

Germain Droogenbroodt

 

 

Imagen destacada: ÆÐ Ediciones.