La nueva entrega del autor mexicano Álvaro Enrigue corresponde a una novela magnífica y cautivadora, que nos pone a pensar tanto en la épica estética y dramática de la denominada conquista de Mesoamérica por parte de la corona castellana, como en la eficacia y a contundente belleza de sus mecanismos y de los dispositivos narrativos rastreables en sus páginas.
Por Alfonso Matus Santa Cruz
Publicado el 23.1.2023
Si rebobinamos el guion de la historia occidental poco más de medio milenio llegaremos a un punto de inflexión telúrico en el devenir de un continente entero, una encrucijada situada en lo que hoy es México y en la cual dos mundos se encontraron para nunca volver a ser los mismos.
Hablamos del encuentro entre Moctezuma, el emperador de los mexicas, y Hernán Cortés, quien entró a Mehxicoh-Tenoxtitlan, la capital del imperio que nosotros llamamos azteca, acompañado de sus nueve capitanes y dos traductores, con un ejército de tres mil tlaxcaltecas que los apoyaban en los extramuros, un día de fines de 1519.
Los españoles, zarrapastrosos después de varios meses avanzando entre las islas caribeñas y el territorio dominado por Moctezuma, llegan a embelesarse con el sabor del chocolate caliente a la vez que se retuercen ante el hedor a sacrificio humano, aunque ellos no tengan reparos en quemar a varios de los nativos en su camino hasta la capital. Los mexicas sorprendidos con los caballos de los desgreñados conquistadores. Moctezuma que los cree enviados de Quetzalcóatl.
El problema de la traducción entre dos lenguas y cosmovisiones, entre los mitos análogos de Jesús y Quetzalcóatl, atizando la incertidumbre en un imperio que está al borde de desmoronarse.
Bajo esas coordenadas argumentales, esta amalgama narrativa, el relato de una historia que parece sueño y pesadilla a la vez, es lo que aborda el dotadísimo escritor mexicano Álvaro Enrigue (México, 1969) en su última novela, Tu sueño imperios han sido, publicada recientemente por Anagrama, y cuyo título se inspira en el diáfano verso de Calderón de la Barca.
El fin de un reino y la ampliación de otro
La novela trabaja con una historia que posee varios puntos ciegos. No aspira a ser una obra histórica rigurosa, aunque en gran parte lo es; no pretende inyectar ficciones hechas a la medida del autor en una historia colectiva, aunque en parte lo hace; es, o aspira a ser, un experimento que transita los territorios colindantes y confusos del mito, la historia, la literatura y los sueños.
Al fin y al cabo, podemos argumentar, sin necesidad de hipérboles, que hay porciones de la historia que son sueños colectivos fusionados a hechos cotidianos. La memoria, muchas veces, opera de esa manera, diluyendo hechos en espejismos, registrando lo que podría haber sido en vez de lo que fue.
Esta estrategia narrativa, inspirada, como nos dice generosamente el autor en Borges, especialmente en dos de sus relatos, El Aleph y El milagro secreto, funciona a las mil maravillas en los pasillos y salones del palacio de Tenoxtiltlan, por los cuales el Malinche, como llamaban a Cortés, camina leyendo a Manrique y Tácito, confabulando el fin de un imperio y la ampliación de otro, el de sus camaradas castellanos.
La frontera entre el sueño y la realidad se diluye aún más si consideramos en la ecuación, la ingesta exuberante de hongos mágicos por parte de Moctezuma y de sus consejeros, elemento crucial de sus fiestas y rituales.
De esta forma, la agilidad con que Enrigue narra esta historia intercalando las perspectivas de Cortés, su traductora y amante Malinalli, Moctezuma y su hermana y mujer Atotoxtli, y otros personajes del drama histórico, es hipnótica, detallista, con fogonazos de inteligencia y un humor desenfadado, picante como las comidas que los mexicas les servían a sus invitados.
La novela avanza y se retuerce, rebobina y fractura la historia, propone pequeñas fugas y alternativas, hasta llegar a un final que puede ser sueño, pero también una venganza a lo Tarantino. Una novela magnífica y cautivadora, que nos pone a pensar tanto en la colisión de dos mundos como en la eficacia y contundente belleza de sus mecanismos narrativos.
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Alfonso Matus Santa Cruz (1995) es un poeta y escritor autodidacta, que después de egresar de la Scuola Italiana Vittorio Montiglio de Santiago incursionó en las carreras de sociología y de filosofía en la Universidad de Chile, para luego viajar por el cono sur y desempeñar diversos oficios, entre los cuales destacaron el de garzón, el de barista y el de brigadista forestal.
Actualmente reside en la ciudad Puerto Varas, y acaba de publicar su primer poemario, titulado Tallar silencios (Notebook Poiesis, 2021).
Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.
Imagen destacada: Álvaro Enrigue.