La editorial Edhasa reúne, en un solo volumen, todos los cuentos que el autor estadounidense escribió a lo largo de su breve y trágica existencia. Y es precisamente uno de sus grandes herederos, el encargado de trasladar a nuestra lengua todas aquellas inquietantes narraciones.
Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda
Publicado el 17.2.2023
¿Por qué no confesar que lo que ha sostenido mi voluntad ha sido el placer de presentarles un hombre que en algunos aspectos se me parecía un poco, o sea una parte de mí mismo?
Charles Baudelaire
La alargada sombra de Edgar Allan Poe (1809 – 1849) como poeta, pero sobre todo como narrador, ha influido en las generaciones posteriores. Vieron en el escritor norteamericano una extraordinaria fuente de la que tomar influencias.
Stevenson, Conan Doyle, Baudelaire, o Cortázar, fueron algunos de sus descendientes literarios, sin olvidarnos, por su puesto, de otro genio del relato, H.P. Lovecraft.
La editorial Edhasa reúne, en un solo volumen, todos los cuentos que Edgar Allan Poe escribió a lo largo de su breve y trágica existencia. Y es precisamente uno de sus herederos, el encargado de trasladar a nuestra lengua todas aquellas inquietantes narraciones: Julio Cortázar, que tanto debe su literatura a la de Poe.
De esta forma, los Cuentos completos reúnen desde «La caída de la Casa Usher», escrito en 1838, y que supuso la renovación de la narración gótica, hasta «Los crímenes de la calle Morgue», de 1842, germen de los nuevos postulados del género detectivesco, y que tanto influyeron en obras como La mujer de blanco, del autor británico Wilkie Collins.
Auguste Dupin, uno de los grandes personajes creados por Edgar Allan Poe, y protagonista también de «La carta robada», será capaz de: «horadar las densas tinieblas que en la naturaleza humana contrastan la lógica de la razón con el misterio de lo siniestro», y resolver el inquietante enigma que está detrás del brutal asesinato de madre e hija.
Un escritor de fundación norteamericana
La desdichada vida de Edgar Allan Poe, y las incógnitas sobre su misteriosa muerte —que todavía circulan—, es el asunto principal de la biografía escrita por el británico Peter Ackroyd, Poe. Una vida truncada (Edhasa), donde nos enseñará conocer y comprender la trayectoria vital y profesional de este genio literario.
Ahora, de nuevo, las palabras de Charles Baudelaire —rendido admirador de Poe— quien, a través de su pluma, fue capaz de trasladar al continente europeo, al gran maestro bostoniano:
«Un escritor de fundación norteamericana busca la cara nocturna de la vida, la noche del alma que Boston, Richmond o Baltimore le niegan, pero que su propio ‘corazón delator’ le revelan. Poe desciende a los infiernos sin fondo de su propio espíritu y allí encuentra un terror ante nuestro destino. Terror a ser encerrado detrás de un muro sin salida. Terror de vivir sin el ser amado. Terror de los vórtices del alma que, como en ‘Un descenso al Maelström’, pueden arrastrarnos a un paradójico descubrimiento de nuestra propia ignorancia del cielo y de la tierra».
Otro gran admirador de Poe, el poeta y narrador barcelonés Joan Perucho, recuerda la siguiente anécdota: «Después de pronunciar una conferencia en Baltimore, tomé la iniciativa, con mi mujer, de llevar un ramo de rosas a la tumba de Edgar Allan Poe. El espíritu de Poe expresaba su reconocimiento haciendo caer una hoja de un olmo que hacía compañía a su sepultura y posándomela sobre la cabeza. Ahora la tengo enmarcada en Barcelona».
***
Eduardo Suárez Fernández-Miranda es licenciado en Derecho de la Universidad de Sevilla (España).
Imagen destacada: Edgar Allan Poe (por Hadi Karimi).