La última novela publicada por el célebre escritor chileno Juan Mihovilovich abre nuevas perspectivas de análisis y de prendamiento estético, a través de la comprensión esotérica que brindan sus páginas llenas de trascendencia en la cartografía espectral de su querida Región del Maule.
Por Marcelo Balbontín Riffo
Publicado el 4.4.2023
«El absurdo surge de la confrontación entre la búsqueda del ser humano y el silencio irracional del mundo».
Albert Camus
«Luego rebuscó bajo la almohada y sacó una camisa. —Es mi mortaja— explicó. Y me la alcanzó. —Pero no la uso—».
Franz Kafka, en El silencio de las sirenas
Manejo a 110 kilómetros por hora rumbo al sur por la autopista. Ya es de noche: diez con catorce minutos. El ser y la nada, El extranjero, El castillo, me hacen señas por la ventanilla del automóvil.
Juan Mihovilovich Hernández: un errante. Nunca quieto. Muchos desterrados acaban de ir al lanzamiento de su novela Tu nuevo Anticristo. Suena Gustavo Cerati por el altoparlante de la radio: «Signos». Muchas dudas, preguntas que se plasman en un libro sobre un loco. Su propio hermano: Vicente.
Un encuentro ameno, dinámico, profundo, dialogante, empático. Pero, hay algo más allá. Algo que da escalofríos. También hay respuestas en esas páginas. Tal vez no las que se quieren saber. Pero Mihovilovich escribe para otro tiempo. Un tiempo que ya se está pariendo. Aquí. En la guerra. En los hospitales. En las grandes urbes vigiladas por satélites de última generación.
Un término que da risa
Un loco en un libro pone en jaque al sistema. El escritor en su soledad ya no necesita de la bohemia de los años 50. Ni tampoco las luces color púrpura del siglo XXI. Ni la velocidad de internet. Sólo es conciencia aquí, ahora, siempre, en una ciudad perdida del cono sur del planeta llamado «tierra».
Una ciudad que da miedo. Ahí están las respuestas que un loco grita al mundo. Otro tiempo que está por llegar, aunque nadie lo quiera.
De hecho, rezan para que no ocurra. Es en vano. El desquiciado ya abrió el camino. Una nueva humanidad se avizora: jadeante, insegura, doliente. De la mano del escritor y, más que novelista, diría de la mano de un prófugo: Juan Mihovilovich Hernández.
Juez antes, un término que da risa. Artista: a nadie le importa, y menos a él mismo. Errante del universo, donde ya Vicente lo espera en las noches de luna llena, con viento y frio en estas tierras extrañas de una ciudad llamada Linares.
Sólo los gatos, los lobos y los murciélagos esperan a Juan alrededor de una fogata. Escuchando a Cerati, fumando junto a Albert Camus, mientras Kafka atiza el fuego para temperar la noche después del magno evento en la Biblioteca Municipal.
Faltan que lleguen más desterrados a sentarse junto a la fogata.
Juan Mihovilovich manda un mensaje futuro, encriptado: solo para iniciados.
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Marcelo Balbontin Riffo nacido en Santiago de Chile en 1967 es egresado de periodismo y terapeuta holístico.
Imagen destacada: Juan Mihovilovich Hernández.