La prosa desplegada por Antonia Torres Agüero en este libro hermoso e inclasificable. hace que cada página se disfrute plenamente, pues sus líneas están llenas de emoción y sus palabras son capaces de transmitir una profundidad humana y emocional, poco común.
Por Martín Parra Olave
Publicado el 14.9.2023
Antonia Torres (Valdivia, 1975), es una fecunda escritora de poesía, quien a la fecha ha publicado varios volúmenes del género, entre los cuales destacan, Las estaciones aéreas (1999), Orillas de tránsito (2003) y Los detalles del mundo (2022).
Sin embargo, su labor escritural no se orienta solamente a la poesía, sino que su inquietud creativa la ha llevado hacia la narrativa, con una primera novela en el año 2017, llamada Las vocales del verano. Su segundo trabajo en la ficción dramática es Libros marcados (Random House, 2023), una historia íntima y familiar donde se relata la relación de la narradora con su progenitor masculino.
En esta historia se va construyendo la imagen del padre como una especie de artesano creador en varios aspectos de su vida: «El taller-oficina de mi padre. Su olor a tabaco y a cola fría. Las pequeñas obras de artesanía que allí ejecutaba. El lugar donde fabricaba cosas. El lugar donde empastaba y reparaba libros. Allí le hizo una cartera de cuero a mi madre que ella nunca usó, pero que colgaba de una percha detrás de la puerta del dormitorio de ambos».
Dicho de otro modo, el progenitor es un hombre que además de ser poeta es un multifacético creador, y el cual no se limita a la palabra como material artístico, sino que también trabaja con otros elementos para desarrollar su talento de inventor.
Asimismo, la imagen del padre se presenta en varios pasajes de la narración como una contraposición a la de la madre. Y de esto hay varias escenas, como por ejemplo cuando realiza un cuadro comparativo entre ambos, señalando lo que es uno y lo que es otro:
«Escribo nuevamente las dos mismas palabras, una al lado de la otra. En la columna de la izquierda, bajo la palabra padre escribo: joven, mal genio, enfermo. En la derecha, bajo madre, anoto: mayor, tierna, sana».
Por lo tanto, el intento de fijar la imagen del padre y la relación que tenía con la hija es también una búsqueda para dar cuenta de la figura materna, por lo cual no es que cada uno sea algo por separado, sino que ambos son junto a la hija, parte de un conjunto mayor: la familia.
Una pequeña joya de la literatura nacional
En este sentido, la familia ha sido y seguirá siendo el espacio determinante de los seres humanos, y esta historia está plagada de hechos que lo confirman. Por ejemplo, el oficio del padre de ser poeta es heredado por la hija, quien finalmente se transforma en una escritora que explora todas las formas de creatividad.
Así, Libros marcados es una historia familiar cuyo telón de fondo es el régimen militar autoritario de Augusto Pinochet, un acontecimiento políticamente complejo, y el cual sin lugar a dudas marcó la vida cotidiana de la narradora y de toda una generación de ciudadanos chilenos:
«El día que se casaron mis padres, la noche que me engendraron, la tarde que se enteraron que yo vendría al mundo, el día en que nací y durante los cientos de días que siguieron a esos sucesos calves de mi vida, muy cerca se estaban secuestrando, torturando, asesinando y haciendo desparecer a hombres y mujeres a lo largo de todo el territorio».
Aquel párrafo describe una presencia fantasmal y terrorífica que se mantuvo contaminando la existencia de variopintos grupos humanos nacionales, quienes hasta el día de hoy siguen heridos por el arma impune que los militares chilenos apuntaron en contra de sus propios compatriotas.
En definitiva, la prosa de Libros marcados está teñida con el maravilloso barniz de la poesía, lo cual hace que cada página se disfrute plenamente, pues sus líneas están llena de emoción y son capaces de transmitir una profundidad poco común, como en el siguiente párrafo:
«Las manos de mi padre, sus dedos largos y hermosos. Las manos muertas de mi padre, sus raíces delgadas y duras. Las manos de mi padre sobre el catafalco vegetal de su pecho. Las manos de mi padre soplando las mías pequeñísimas, el calor de su aliento».
En efecto, Libros marcados es una novela que debería estar entre las obras literarias más destacadas de este año publicadas en el país, pues a pesar de tratar un tema común, su capacidad creativa la aparta de las ya tradicionales y evidentes historias del padre, y sus páginas simbolizan una pequeña joya que va a iluminar con su sensibilidad, a quien la lea.
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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por la última Casa de Estudios.
Imagen destacada: Antonia Torres Agüero.