[Opinión] «Napoleón»: Una película estúpida de Ridley Scott

Lo central del largometraje es el tema del poder de «gobernar las apariencias», la inevitable exposición, exhibicionismo y voyerismo de la política, su aspecto visual, en una forma indirecta de propaganda, de glorificación y celebración del emperador francés.

Por Omar Pérez Santiago

Publicado el 25.11.2023

El poder. El poder que nace de la guerra y millones de muertos.

Pero, lo central del largometraje, para mí es el tema del poder de «gobernar las apariencias». La inevitable exposición, exhibicionismo y voyerismo del poder. Su aspecto visual. Una forma indirecta de propaganda política, de glorificación y celebración del emperador. Un método de suavización o dulcificación del poder.

El emperador necesita un hijo, para proyectarse. También para que la chusma tenga motivos para hablar. Una forma de domesticar a la audiencia mirona. Una forma de gobernar inteligente, dándole caramelos a la audiencia con noticias de farándula soft. Compartir y ser pare del espectáculo. Así los comentarios se trasladan de las noticias duras a las noticias blandas.

Pero la Josefina, la mujer de Napoleón, en la película, no podía o no quería tener hijos. Es una mujer punk. Es la base de un drama interno. Vanessa Kirby es una gran actriz y brilla en esta obra audiovisual sobre Napoleón como Josefina.

Quizá el desfase matrimonial sea lo más interesante, inteligente y teatral del filme de Ridley Scott. Allí hay enjundia. Porque el tema se siente real, auténtico, pues a muchos políticos les preocupa que su imagen pública y su ego quede por el suelo porque su matrimonio es una mierda. Eso para Napoleón es más importante que su mujer, Josefina.

Pero, el Napoleón de Scott, el personaje es un hombre confuso, autista, sin habilidades sociales, obseso, mediocre, misógino, infantil, petulante, venal.

El Napoleón de Scott, actuado por Joaquín Phoenix, es unidimensional.

 

La cabeza de la Medusa

La fotografía es oscura, las escenas interiores con velas, las guerras nocturnas, las escenas a contraluz. Hasta el sol de París es sepia.

Creo que a veces dormité por la monotonía. Son dos horas y treinta y ocho minutos.

¿Qué le habría dicho yo a Ridley Scott?:

Le habría dicho:

—Recorta, hombre, Sácale 30 minutos. Ahorra plata.

Eso le habría dicho.

¿Lo mejor del filme?

El inicio, cuando guillotinan a la reina consorte María Antonieta, por disposición judicial del Tribunal Revolucionario francés. Como si fuese la cabeza de la Medusa, el monstruo femenino con el cabello de cien serpientes y decapitada por Perseo. Gran escena.

Y otras ciertas escenas de guerra, como cuando le cae una bala al caballo blanco de Napoleón.
En fin. Varias cositas.

En resumen: una película estúpida.

 

 

 

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Omar Pérez Santiago es un escritor y cronista chileno que egresó de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de Chile, y el cual luego estudió historia económica en la Universidad de Lund (Suecia).

Sus últimos libros publicados son: Julia, la belleza y el sentido de la vida (novela), El pezón de Sei Shonagon (novela), Caricias, poemas de amor, de Michael Strunge (traducción), Allende, el retorno (novela), Introducción para inquietos, de Tomas Tranströmer (traducción, 2011), Nefilim en Alhué y otros relatos sobre la muerte (cuentos, 2011), Breve historia del cómic en Chile (2007) y Escritores de la guerra. Vigencia de una generación de narradores chilenos (ensayo, 2007).

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

 

Omar Pérez Santiago

 

 

Imagen destacada: Napoleón (2023).