El gran traductor Carlos Manzano ha vertido al castellano —como ya hiciera con la obra de Marcel Proust—, esta novela del escritor galo Louis-Ferdinand Céline, la cual corresponde al primer volumen de su llamada «Trilogía del norte».
Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda
Publicado el 12.6.2024
«Aquí tenemos un libro asombroso, perteneciente mucho más, por su hechura, su libertad, su audacia truculenta, al siglo XVI que al XX y que algunos consideran repulsivo, insostenible, atroz y entusiasmará a otros y, bajo el aparente desaliño del estilo, oculta un conocimiento profundo de la lengua francesa, en su vertiente masculina y desbocada».
León Daudet
Louis-Ferdinand Céline (1894 – 1961) es uno de esos escritores de los que ciertos lectores abominan por sus opiniones políticas, por lo que se aplica a este caso esa clásica disyuntiva de si debemos leer o admirar la literatura de aquellos autores cuyo pensamiento va en contra de la moral.
En el año 2011, con ocasión del cincuentenario de la muerte del narrador francés, se pensó en conmemorar este hecho con un homenaje oficial. Sin embargo, debido a la presión social, el evento de carácter público y estatal fue finalmente cancelado.
No obstante, se da la circunstancia de que Céline es el escritor galo más traducido, después del mismísimo Marcel Proust, y que su prosa es una de las más arrolladoras y radicales del siglo XX, en cualquier lengua o idioma.
La editorial Edhasa presenta la novela, De un castillo a otro, primer volumen de la llamada Trilogía del norte. Como el resto de su obra literaria, Céline escribe desde su propia experiencia. Y es una experiencia traumática: le tocó vivir y sufrir las dos guerras mundiales.
Los espectros de la guerra, el odio y la miseria
Si en su novela más aclamada, Viaje al fin de la noche, toma como telón de fondo los horrores de la Primera Guerra Mundial, en esta ocasión rememora el caos, la derrota, los excesos y las miserias acontecidas durante el final de la Segunda Guerra Mundial:
«Los aliados han liberado Francia, y las tropas alemanas en retirada conducen a un numeroso grupo de colaboracionistas del gobierno de Vichy al castillo de Sigmaringen».
Este es el punto en el que se inicia De un castillo a otro: «Más de mil personas angustiadas, sin norte ni futuro, se hacinan en un castillo laberíntico». Pero los castillos de Céline no son unos castillos cualquiera, son: «realmente dolorosos, agitados por los espectros de la guerra, el odio y la miseria», como su propia literatura.
La obra literaria de Louis-Ferdinand Céline ha influido en los escritores posteriores que han visto en su prosa: «el rigor de un estilo que despojó a la lengua francesa de toda servidumbre retórica».
El gran traductor Carlos Manzano ha vertido al castellano, como ya hiciera con la obra de Marcel Proust, las novelas de un autor que, como dijo Andrés Trapiello: «Conoció el éxito, el escándalo, la persecución, la cárcel después de la guerra, el olvido y, al final, hacia los años 70, la resurrección como escritor».
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Eduardo Suárez Fernández-Miranda nació en Gijón (España). Licenciado en derecho por la Universidad de Sevilla, está realizando sus estudios de doctorado dentro del Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana de la misma casa de estudios superiores.
Colabora como crítico literario en las revistas españolas El Ciervo, Serra d’Or, Llegir.cat, Gràffica y Quimera, donde lleva a cabo una serie de entrevistas a escritores, editores y traductores, nacionales y extranjeros.
Asimismo, escribe para las publicaciones americanas Cine y Literatura (Chile), La Tempestad (México), Continuidad de los Libros (Argentina) y Latin American Literature Today (University of Oklahoma). También, colabora de forma ocasional en los diarios asturianos El Comercio y La Nueva España.
Imagen destacada: Louis-Ferdinand Céline.