La novela del autor napolitano constituye un ejercicio de memoria en torno a la violencia que se desató en las décadas de 1970, 1980 y principios de la de 1990 en Italia, y la cual fue permitida en parte por una sociedad que hizo vista gorda por bastante tiempo, y en especial, la complicidad de una clase política que participó y se benefició del accionar de la mafia o Cosa Nostra siciliana.
Por Cristián Uribe Moreno
Publicado el 23.6.2024
En el año 2022, al cumplirse 30 años del atentado que acabó con la vida del juez Giovanni Falcone, el escritor y periodista italiano Roberto Saviano (1979) decidió abordar este desgraciado hecho en una investigación que plasmó en el libro: Los valientes están solos.
El texto es publicado a fines del año 2023 por la editorial Anagrama, en su colección Panorama de Narrativas y se puede decir que es un libro muy bien documentado, atrapante y que deja un gusto desolador hacia el final.
Con todo, el hecho está en la memoria de todos quienes teníamos algo de conciencia, en aquel lejano mayo de 1992. La noticia del atentado apareció en la primera plana de todos los periódicos y portadas de noticieros televisivos, alrededor del mundo: una bomba debajo de la autopista que une la ciudad de Palermo con su aeropuerto, Punta Raisi, acabó con la vida de Falcone, su esposa Francesca y de tres policías, que eran parte de su escolta.
Roberto Saviano recopiló la información referida al malogrado juez Falcone, su trabajo, entorno y familia. Además, la búsqueda de documentación incluyó a los jefes mafiosos y asesinos que llevaron a cabo el atentado, entre los que destaca el capo Salvatore Totò Riina.
Con esto el autor italiano concibió una historia que sobrepasa con creces la simple crónica, recreando por medio de la narración la vida de las personas involucradas tanto de parte de la ley como de los criminales.
De este modo, y aunque la trama central del asesinato, el lector probablemente ya la conozca, el sumirse en los hechos leyendo las conversaciones que tuvieron en ese momento las personas implicadas, traza una panorámica dramática y realista.
El trabajo indagativo de Saviano se basa en testimonios, entrevistas, programas de televisión, reportajes periodísticos, documentos jurídicos y un gran cúmulo de materiales de distinta índole que el autor deja registrado a modo de apéndice.
Gracias a estos, el novelista napolitano recrea los hechos mucho antes de que ocurra el crimen, estableciendo líneas narrativas amplias para situar el hecho en el contexto histórico que lo antecedió.
Una panorámica dramática y realista
La historia la inicia en el año 1943, a partir de una explosión que ocurre en Sicilia, y que involucra de manera directa al jefe criminal Riina en los años de infancia. Luego, salta a la década de 1970 para relatar de manera contundente y precisa, la trama de asesinatos y de atentados que ocurrieron en contra de los distintos agentes y fiscales, que fueron tras los pasos de la organización homicida.
Después, sigue con los entretelones del juicio que encarceló a la cúpula principal de la mafia siciliana, en lo que se denominó el Maxi Proceso. Para finalizar con la trastienda jurídico y política que se dio hasta condenar a los culpables, antes del acto que cierra todo, el golpe al protagonista principal que empujó el extenuante trámite condenatorio: el juez Giovanni Falcone.
Entremedio, Saviano va rescatando la valentía de muchos que lucharon contra estos criminales y que terminaron baleados en sus casas, en sus autos o en la calle. Un ejercicio de memoria en torno a la violencia que se desató en esos años y que fue permitida en parte por una sociedad que hizo vista gorda por bastante tiempo. Y en especial, por una clase política que participó y se benefició del accionar de aquel grupo.
Bajo esta premisa, el escritor napolitano intenta dar luces de cómo este grupo criminal y sus largos brazos, lograron asentarse en la sociedad italiana de manera tan profunda, contando con la simpatía de la gente, más el decidido respaldo de los principales políticos de ese entonces.
Esa memoria, que también es el rescate de tantos que perdieron su vida en esta lucha, es el recuerdo de una sociedad que, en medio de disputas jurídicas y políticas, dejó a estos criminales desarrollarse de tal forma que después era casi imposible enfrentarlos.
Así, el principal mérito de la novela es narrar el logro de estos pocos hombres, tenaces y valientes, a través de distintos registros lingüísticos. En algunos segmentos, el texto tiene el rigor de la crónica periodística; en otros, la literatura se toma la historia; sin dejar de lado el lenguaje jurídico que es parte inherente a la labor de fiscales y de jueces. Y todo ello, armonizado de una forma muy fluida.
Durante el desarrollo de la trama, el fiscal Falcone va posesionándose de su rol de guardián, comprendiendo el peso del sacrificio que significa su tenaz labor contra la Cosa Nostra. En estas digresiones del protagonista donde se cuestiona si su labor de limpiar la sociedad vale la pena llevarla a cabo, por todo lo que va ocurriendo a su alrededor, no se puede dejar de estar escuchando al mismísimo escritor Roberto Saviano, en una situación muy parecida a la del funcionario público.
El escritor napolitano desde que publicó Gomorra en el año 2006, que destapó las historias de la Camorra napolitana, fue amenazado por la mafia. Por lo que desde esa temporada vive con escolta permanente de la policía, al igual que lo hizo Falcone. Así que no se puede dejar de sentir un cierto paralelismo en esa lucha entre ambos personajes.
De cierta manera, Saviano con su última novela Los valientes están solos, nos notifica que él no claudica en su afán de denunciar a la mafia. Roberto Saviano es otro valiente que camina solo por la vida, porque decidió hacer lo correcto.
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Cristián Uribe Moreno (Santiago, 1971) estudió en el Instituto Nacional General José Miguel Carrera, y es licenciado en literatura hispánica y magíster en estudios latinoamericanos de la Universidad de Chile.
También es profesor en educación media de lenguaje y comunicación, titulado en la Universidad Andrés Bello.
Aficionado a la literatura y al cine, y poeta ocasional, publicó también el libro Versos y yerros (Ediciones Luna de Sangre, 2016).
Imagen destacada: Roberto Saviano.