[Crítica] «El amor de los caracoles»: El existencialismo mágico de Juan Mihovilovich

La obra del narrador magallánico es una novela que revela un tipo de imaginación receptiva a distintas concepciones de mundo y del ser humano, y que urdida por la eficiencia de un lenguaje trasparente y a la vez preciso, la convierten en un texto hermoso, diferente, profundo y sugerente.

Por Cristián Montes Capó

Publicado el 12.9.2024

En primer lugar, El amor de los caracoles de Juan Mihovilovich Hernández (1951) se inserta, como es característico en su literatura, en lo que ha sido definido por Julián Marías como novela existencial.

De esta manera, se consolida en la escritura del autor magallánico una reflexión sobre la vida, la persona y el ser humano en su integridad y se tematizan aspectos como la soledad del alma individual, la búsqueda de sentido, la tensión constante entre la vida y la muerte, la dualidad entre autenticidad e inautenticidad, lo pulsional y lo tanático, entre otros ámbitos de significación afines.

En El amor de los caracoles, lo existencial se expresa en un afán indagatorio que desmantela las certezas construidas por la sociedad y relativiza la materia del mundo con interrogantes tales como: ¿Qué define la realidad? ¿Dónde radica la grandeza del ser humano? ¿Cuál es el sentido de la vida y cuál el de la muerte? ¿En qué consiste poseer una identidad? ¿Cómo estamos experimentado los avances de la modernidad?

 

El ritmo de una escritura reflexiva y reposada

También, en El amor de los caracoles puede apreciarse una inflexión respecto a la producción narrativa anterior de Juan Mihovilovich. Ello se debe a que, en la representación de mundo, tanto los aspectos tangibles de la realidad como el sustrato espiritual que la sostienen, incorporan la dimensión de lo fantástico en una íntima ligazón con el realismo mágico.

Dicho entrelazamiento posibilita el tránsito de diversos niveles de realidad y la configuración de un ámbito rural y campesino que recuerda, no solo en el  aspecto temático sino también en el estético, a los espacios, personajes y atmósferas presentes en la narrativa de Juan Rulfo.

Con todo, en la novela de Mihovilovich el lector accede a personajes que conforma una genealogía, principalmente de abuelos, padres y nietos, los cuales se van develando lentamente en el texto, al ritmo de una escritura reflexiva y reposada.

En dicho proceso van quedando plasmadas tradiciones locales, historias familiares ocultas, la activación del pensamiento mágico, la simbiosis cultural entre variadas creencias, la existencia de seres maléficos como las brujas, de otros plenamente diáfanos y bondadosos, etcétera.

El amor de los caracoles es, en definitiva, una novela que revela un tipo de imaginación receptiva a distintas concepciones de mundo y del ser humano. Es, además —por la forma en que está escrita, por la eficiencia de un lenguaje trasparente y a la vez preciso, entre otras cualidades— una ficción hermosa, diferente, profunda y sugerente.

 

 

 

 

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Cristian Montes Capó es profesor de la Universidad de Chile.

 

«El amor de los caracoles», de Juan Mihovilovich (Simplemente Editores, 2024)

 

 

 

Cristián Montes Capó

 

 

Imagen destacada: Juan Mihovilovich Hernández.