[Crítica] «Longlegs»: Una atmosfera enrarecida y construida con maestría

La estética del filme debido al realizador estadounidense Osgood Perkins deja al espectador atornillado en la butaca, con un excelso uso del lente gran angular unido a eficientes contrapicados, donde los encuadres son extraños y definen un escena tóxica en la cual el personaje de turno a menudo se ubica a la altura del último tercio del encuadre.

Por Aníbal Ricci Anduaga

Publicado el 11.10.2024

Una película de terror, pero también un thriller. Existe una doble intriga, una dirigida al espectador, que se entera al final del método demoniaco para asesinar, y la intriga de la protagonista, la agente Lee Harker, que en la escena previa finalmente encuentra al cómplice del asesino serial que firma como «longlegs».

No se trata de una cinta de terror tradicional donde van desfilando los muertos. Si bien «longlegs» es un asesino serial, hay pistas que va dilucidando la agente del FBI, que han sido recogidas de anteriores matanzas donde a menudo el padre asesinó a su familia y luego se suicida. Pero la película sólo da cuenta de una de esas masacres.

El terror obra al conocer al desquiciado de «longlegs» en la primera escena, instante en que gracias al sacrificio de la madre, el asesino le perdona la vida a Lee en su noveno cumpleaños.

La historia de satanismo no es muy diferente de otros filmes de terror, pero los primeros veinte minutos, a cuenta gotas, de «longlegs» en pantalla, van sembrando algo insano en el devenir de los acontecimientos.

Una película que, lejos de ser gore, remueve harto las tripas del espectador.

¿Por qué?

 

Los mecanismos que emplea el demonio

La estética del filme deja al espectador atornillado en la butaca. Excelso uso del lente gran angular unido a eficientes contrapicados. Los encuadres son extraños y definen una atmósfera tóxica donde el personaje a menudo se ubica a la altura del último tercio de la pantalla.

Eso en el apartado visual, pero en lo sonoro incorpora toques oscuros y sobre todo unos silencios incómodos donde el espectador se imagina todo el mal que no aparece en pantalla. Se podría decir que hay un gran uso del fuera de campo tanto visual como sonoro.

Longlegs fabrica muñecas idénticas a las niñas que cumplen nueve años el día 14 y la madre de Harker será el caballo de Troya que ingresa al demonio (la muñeca) a las moradas, para inducir (poseer) a los integrantes de la familia en un acto de exterminio.

Nicolas Cage (irreconocible) es este asesino indirecto, pero sólo al comienzo hace el trabajo por sus propias manos. Todo es muy retorcido. Lee Harker —para salvar a la última víctima— tendrá que disparar a su madre en la frente.

Vendrá una posterior posesión de la muñeca de la niña salvada, y lo más probable es que termine en matanza o, en el peor de los casos, sería Lee la que toma el lugar de su madre para seguir aniquilando familias.

El guion no es muy original y explica hasta el último rincón. En este filme sabemos los mecanismos que emplea el demonio a través de su adorador «longlegs», pero es la atmosfera enrarecida la que convierte a la película en una experiencia terrorífica e incluso recurre a cierto humor ultra retorcido.

 

 

 

 

 

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Aníbal Ricci Anduaga (Santiago, 1968) es un ingeniero comercial titulado en la Pontificia Universidad Católica de Chile, con estudios formales de estética del cine cursados en la misma casa de estudios (bajo la tutela del profesor Luis Cecereu Lagos), y quien también es magíster en gestión cultural de la Universidad ARCIS.

Como escritor ha publicado con gran éxito de crítica y de lectores las novelas Fear (Mosquito Editores, 2007), Tan lejos. Tan cerca (Simplemente Editores, 2011), El rincón más lejano (Simplemente Editores, 2013), El pasado nunca termina de ocurrir (Mosquito Editores, 2016) y las nouvelles Siempre me roban el reloj (Mosquito Editores, 2014) y El martirio de los días y las noches (Editorial Escritores.cl, 2015).

Además, ha lanzado los volúmenes de cuentos Sin besos en la boca (Mosquito Editores, 2008), los relatos y ensayos de Meditaciones de los jueves (Renkü Editores, 2013) y los textos cinematográficos de Reflexiones de la imagen (Editorial Escritores.cl, 2014).

Sus últimos libros puestos en circulación son las novelas Voces en mi cabeza (Editorial Vicio Impune, 2020), Miedo (Zuramérica Ediciones, 2021), Pensamiento delirante (Editorial Vicio Impune, 2023), Vivir atormentado de sentido (Editorial Vicio Impune, 2024) y la recopilación de críticas audiovisuales Hablemos de cine (Ediciones Liz, 2023).

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

 

Aníbal Ricci Anduaga

 

 

Imagen destacada: Longlegs (2024).