[Crítica] «Cuatro estrellas crucifican la noche»: Las marcas de una vida

En este libro del premiado poeta chileno Víctor Manuel Quezada la frontera irresuelta entre poética y existencia es una temática de fondo, cuyos acordes resuenan, ya en uno u otro de los volúmenes de su bibliografía rebosante de un minimalismo candente.

Por Juan Cristóbal Mac Lean E.

Publicado el 16.3.2025

Se nos advierte, al abrirse este libro, que en realidad consta de tres títulos anteriormente editados, y que su reunión repasa: «las huellas de una poética o las marcas de una vida».

Al decirlo, se nos pone en una pista, se nos ofrece un resquicio de penetración y las páginas que siguen ejecutan entonces sus saltos, sus movimientos cuestionadores y expectantes.

La frontera irresuelta o lo irresoluble de la frontera entre poética y vida es una temática de fondo, cuyos acordes resuenan, ya en uno u otro de los libros en cuestión.

En cuestión: al ser reconvocados a un mismo espacio, bajo cuatro estrellas, esa nueva luz los alumbra y les permite avanzar, incluso hacia una suerte de parca apoteosis que se efectúa en el último de los libros reunidos, reconvocados: La insistencia del día, de Víctor Quezada (Antofagasta, 1983).

 

La palabra se rompe

Antes, en Muerte en Niza y Yoko, habíamos asistido a espacios: «con cuadros de luz donde te oscuras», o líneas de sintaxis a veces averiadas, vagamente narrativas o meditativas, mientras se quería a un tiempo descubrir o curar grietas imperceptibles, pero no lo suficiente para impedir que por ellas se cuele el poema.

Durante el tránsito de lectura, el paso o salto de un libro al otro, se dan muy diferentes mareas, ondas y ritmos entrecruzándose, superponiéndose.

En el último libro en cuestión, La insistencia del día, se nos devela de entrada el método aplicado: «escribir por cuarenta días como la primera cosa que haga al despertar (pues toda tarea que se emprenda por cuarenta días queda por siempre)».

Hay que tomar esa tarea en el mismo sentido en que se ejercían, o se ejercen, los ejercicios espirituales. La reglamentación que se impone a la escritura funciona tanto como una propiciación del evento, del hacerse evento de lo mínimo, como de una intervención, valiéndose de la escritura, en el tejido de la propia vida y con un minimalismo candente, de pequeña brasa.

Cada día, así, deja pocas palabras, pero ellas son impecables:

«Más allá de la bruma, el oro del día»

La palabra se rompe.
Secreta el día.
Su rumor avanza.

 

 

 

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Juan Cristóbal MacLean (Cochabamba, 1958). Poeta, ensayista, traductor y pintor. Ha publicado en poesía los libros: Paran los clamores (1997), Por el ojo de una espina (2005) y Tras el cristal (2012), en ensayo y prosa: Transectos (2000), Fe de errancias (2008), Cuadernos (2013) y El garabato y la letra (2020).

 

«Cuatro estrellas crucifican la noche», de Víctor Quezada (Pampa Negra Ediciones, 2025)

 

 

 

Juan Cristóbal Mac Lean

 

 

Imagen destacada: Víctor Quezada.