El escritor nacional Nicolás Poblete Pardo lanzará su última creación literaria -preparada por Cuarto Propio- este viernes 15 de marzo en la Librería del GAM, en una cuidada edición que se encuentra ilustrada con obras de la artista visual Malú Stewart, dedicadas especialmente para diseñar el undécimo volumen (un número mágico) en la prolífica y destacada trayectoria narrativa de su autor.
Por Nicolás Poblete Pardo
Publicado el 13.3.2019
El aire veraniego cargaba ansiedad en torno al museo. Los plátanos orientales en la entrada de la galería agitaban sus hojas, sacudiendo una que otra hacia los enormes ventanales fotocromáticos; pequeños, indefensos proyectiles que rebotaban contra el vidrio y caían en espiral como anémicas mariposas verde limón, y el ambiente era excitante: la galerista estaba inquieta. Había recibido demasiadas llamadas, querían saber con anticipación qué exactamente se iba a mostrar en la exhibición. ¿Era verdad que había un feto muerto? Los rumores sobre sangre hirviendo en fuentes especiales ¿eran ciertos? La galerista había pensado en agregar otro guardia para la inauguración, pero a la vez intuía que nada podía salir mal, y que siempre habría un riesgo al apostar por un arte más… excesivo, más auténtico. Esas palabras eran las que tenía preparadas para pronunciar, a modo de apertura. Que el verdadero arte tenía que ser así, el público no debía pensar en que era una ofensa, en que era una degeneración. Si podemos apreciar, emocionarnos con un retrato de Rembrandt, también podemos encontrar el eco en una obra de este tipo. Es necesario abrirnos a la experiencia, abrir nuestras almas, confrontar nuestros prejuicios. ¡Confrontemos nuestros prejuicios! —eso diría. Tampoco era extraño, pensaba enfatizar en su discurso, pues desde tiempos remotos las obras artísticas más potentes habían escandalizado a la gente (vulgar). Eso no pensaba decirlo, tenía que sugerirlo con algún gesto, sin embargo. Y precisamente esas obras tan vapuleadas eran las que permanecían, las que ingresarían en la Historia del Arte. Justamente, la misma Venus, El nacimiento de Venus, ¿qué era sino una obscenidad en su momento? Exactamente. Eso era lo que pensaba expresar.
Sin embargo, la agitación que ya se empezaba a sugerir en sus axilas, a pesar de los shots de bótox antitranspirante, tenía que ver también con las amenazas insinuadas detrás de esas preguntas de un periodista, claro que ella supo que no era un periodista quien le hablaba por el teléfono, debido al modo que tenía y a su voz dudosa. Preguntas agresivas, poco amistosas, ignorantes. Ahí había pensado en la seguridad del lugar… Y la noche anterior a la exhibición inaugural, en su casa, una piedra rompió el ventanal del living, mientras la galerista y su marido veían un episodio de Downton Abbey, y ella se levantó rápidamente y recogió la piedra envuelta en un papel. Y arrugó el papel, escondiéndolo en el bolsillo de su bata, y su marido no vio nada salvo la piedra. Algún niño, dijo ella, y eso fue todo, y en la cocina extendió el papel que decía “Respeto por la vida”, “Blasfemia”, “AntiCristos”. Y, por la mañana, la galerista no quiso azuzar su paranoia, pero definitivamente había un auto extraño estacionado frente a su casa, un auto distinto a cualquier otro de su barrio, vehículo ajeno, fuera de lugar. Y también una minivan como la del repartidor de pizzas. Y cuál fue su sorpresa cuando por un lado un joven bien vestido se le acerca, respetuosamente la llama por su nombre y le dice que es de las Juventudes Cristianas, y la galerista sonríe, claro, no es nada grave y no hay ningún peligro, solamente un chico bien educado, y sigue sonriendo y le dice que no se preocupe, y de su cartera saca dos invitaciones y lo incita a que vaya a la exhibición, va a haber gente interesante, ¿Te gusta el arte? Claro, ¿verdad? Y puedes llevar a alguien, a algún amigo, amiga, como quieras, y va a haber un cóctel para todos. Eres joven y el arte es lo más bello, ya lo verás. No es necesario que te quedes en la sala donde se exhibirá la obra de Durán, puedes ver también las otras salas o las muestras permanentes, algunas con obras clásicas que han marcado la historia; que nos han hecho ver el mundo desde una perspectiva más humana. El alma de los artistas, del tiempo, se puede apreciar ahí, estoy segura de que me entiendes. Tú eres cristiano, el arte comenzó con la religión, me imagino que lo sabías. Me tengo que ir corriendo, hijo… Y la galerista caminó con rapidez hacia la siguiente avenida, un taxi, sí, mejor. Y transpiración en su cuello, a pesar de que no había pasado nada, el chico ni siquiera habló y ella sintió que había hecho todo bien. Incluso así, pensando que quizá eso era publicidad, pero no la que ella prefería; un poco confusa pensó: la reacción de la gente silvestre también debe ser registrada, es parte del arte. Es arte.
Nicolás Poblete Pardo (Santiago, 1971) es escritor, periodista y PhD en literatura hispanoamericana por la Washington University in St. Louis, Estados Unidos. En la actualidad ejerce como profesor titular de la Universidad Chileno-Británica de Cultura, y su última novela publicada es Concepciones (Editorial Furtiva, Santiago, 2017). Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.
Crédito de la imagen destacada: Malú Stewart.