La obra audiovisual de origen italiano -actualmente en cartelera- es un título dramáticamente ligero, con bastantes diálogos, los cuales tienden a lo complejo pero que en el fondo no tapan lo que ya salta desde el primer visionado: a otra tragicomedia romántica dedicada a mostrar la crisis de la mediana edad en una típica pareja burguesa, la cual parece no tener otra cosa mejor que hacer, amén de mortificarse por el sentimiento erótico.
Por Rodrigo Torres Quezada
Publicado el 22.10.2018
La película Amores frágiles (en su título original Amori che non sanno stare al mondo) de la italiana Francesca Comencini es una historia clásica acerca del consabido desgaste de una relación amorosa surcada por diálogos que intentan profundizar en lo que significa la pasión y el desamor.
La directora está influenciada en algunos aspectos por su padre, Luigi Comencini, conocido por ser uno de los fundadores de la commedia all`italiana (que tuvo a la actriz Sofia Loren como una de sus más grandes representantes). De esta forma, hay una cierta estética de la comedia en los diálogos o en las actuaciones que subrayan la locura a la que se puede llegar por culpa del sentimiento amoroso.
La película puede resultar entretenida y una buena forma de reflexionar acerca de las relaciones amorosas. Sin embargo, cae demasiado en estereotipos o situaciones obvias. Por ejemplo, la pareja protagonista está compuesta por Claudia y Flavio quienes son académicos prestigiosos en una universidad y deben enfrentar el término de la magia en su relación. Esta elección de los personajes quizás fue para dotar a la cinta de diálogos profundos y complejos (¿pero es que acaso no podría pasar lo mismo con roles de otra clase social o que no fuesen necesariamente dos intelectuales universitarios?). Además, enseñan literatura (este es un cliché muy ocupado. De hecho, la cinta de pronto hasta recuerda a una comedia bastante fofa de Tom Hanks: Larry crowne, la que curiosamente también está plagada de estereotipos).
Lo que sí funciona en esta obra audiovisual, es que maneja bien la tristeza y la nostalgia de perder a alguien que por tanto tiempo se ha amado. Además, juega con la exploración sexual (el lesbianismo o el enamorarse de alguien más joven… que bueno, también ya se ha visto en otras partes como en American beauty). Un elemento a destacar son los juegos surrealistas u oníricos en los que caen los personajes, para demostrar que el amor es algo raro, misterioso, que une y desune y que pertenece a otra región metafísica más que a la realidad cotidiana.
En conclusión, Amores frágiles es un título ligero, con bastantes diálogos que tienden a lo complejo pero que en el fondo no tapan lo que ya salta a primera vista: que es otra tragicomedia romántica para mostrar la crisis de la mediana edad en una típica pareja burguesa, la cual parece no tener otra cosa mejor que hacer, aparte de mortificarse por el sentimiento amoroso.
Tráiler:
Rodrigo Torres Quezada (Santiago, 1984) es egresado del Instituto Nacional “General José Miguel Carrera” y licenciado en historia de la Universidad de Chile. Ha publicado los libros de cuentos Antecesor (2014) y Filosofía Disney (2018) bajo el sello Librosdementira. También ha dado a conocer distintos relatos de su autoría en La Maceta Ediciones (2017) y la novela titulada El sello del pudú (Aguja Literaria, 2016). Lanzó, asimismo, el volumen de ficción Nueva narrativa nueva (Santiago-Ander, 2018), y obtuvo el primer lugar en el concurso V versión Cuéntate algo de Biblioteca Viva (2012). El año 2016, en tanto, se quedó con el primer lugar en el I Concurso Literario del Cementerio Metropolitano.