En su penúltimo libro, el irreverente escritor vasco (en la imagen destacada) recoge una recopilación de 31 artículos de opinión publicados originalmente en el diario «ABC», y en los cuales el demonio Orugario usurpa la tribuna periodística donde el narrador es un habitual columnista durante casi cuatro meses.
Por Juan Ignacio Izquierdo Hübner
Publicado el 9.4.2021
Uno de los personajes que más me han llamado la atención en España desde que llegué a estudiar aquí en septiembre, es Juan Manuel de Prada (Baracaldo, Vizcaya, 1970). Lo he conocido por sus artículos, entrevistas, un libro que aquí comentaré y por un encuentro universitario donde tuve la fortuna de verlo en acción.
Lo invitaron a la Universidad de Navarra (Pamplona) para impartir una conferencia y descubrí que Juan Manuel, además de ser un escritor consolidado, es también un tertuliante sereno, convincente y entretenido.
Al acabar la sesión, acompañé a un amigo a la mesa del ponente para pedirle que escribiera una dedicatoria en su ejemplar del libro Cartas del sobrino a su diablo (digo bien, ya explicaré), y tuvimos una conversación muy agradable (aunque brevísima) mientras De Prada escribía unas líneas, y una larga fila de estudiantes con algún libro del invitado en la mano nos presionaba detrás de nosotros. Salí gratamente sorprendido.
Juan Manuel de Prada ha cultivado el género del ensayo, el relato breve y ha publicado diez novelas. Después de un primer título muy poco elegante, mereció el premio Planeta con su segunda novela en 1997, y algunos años después volvió a la práctica de la fe católica: desde entonces se ha ido posicionando como uno de los más importantes defensores de la cultura cristiana en España.
En su penúltimo libro, Cartas del sobrino a su diablo. Crónicas de la España coronavírica (Madrid, Homo Legens, 2020), recoge una recopilación de 31 artículos de opinión publicados en el diario ABC, en las que el demonio Orugario usurpa su tribuna durante casi cuatro meses.
Salta a la vista, por el título y los personajes, el homenaje que el autor hace a la obra de C.S. Lewis, Las cartas del diablo a su sobrino. Sin embargo, hay una gran diferencia en el estilo y los temas tratados. Su Orugario es un diablo atrevido, algo barroco, procaz hasta la irritación (a veces me sentí golpeado por sus expresiones como si de un puñetazo se tratara), que se jacta frente a su tío de las hazañas que está logrando en su misión de corromper a España durante la pandemia.
Entre los hechos y personas a las que alude el audaz diablo, se descubre una bitácora comprometida con las circunstancias políticas y sociales del año 2020 en España.
Aunque el lector extranjero se puede perder en estos detalles, esa pérdida no desmotiva la lectura, pues sobresale el inquietante retrato que el autor dibuja del hombre posmoderno. Tanto por el contenido de las críticas a las ideologías en boga, como por el estilo polémico y mordaz del narrador, el relato resulta extraordinariamente provocador y elocuente, aunque a ratos incomode.
El autor, en pocas páginas y con un vasto vocabulario, consigue dar el toque de alarma ante un mundo oscurecido y aletargado por el poder somnífero de un liberalismo sin Dios.
Por otra parte, De Prada nos transmite interesantes lecciones de ingenio y creatividad en el arte de redactar artículos de opinión, combinando con maestría los géneros del ensayo y el relato literario.
Recomiendo el libro y, más aún, recomiendo conocer al personaje, que es, según me han dicho varios amigos de por aquí, “el Chesterton español”.
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Juan Ignacio Izquierdo Hübner es abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile, licenciado en teología de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma) y alumno del máster en teología de la Universidad de Navarra (España).
Imagen destacada: Juan Manuel de Prada (1970).