[Columna] Pésaj: Una celebración antigua, con un mensaje universal

La tradicional conmemoración —también conocida como la Pascua judía, y que este año 2025 se celebra entre los días 12 y 20 de abril—, recuerda el relato bíblico del «Éxodo», cuando el pueblo israelita fue liberado de la esclavitud en Egipto bajo el liderazgo de Moisés.

Por Dafne Englander K.

Publicado el 12.4.2025

Cada año, las familias judías de todo el mundo nos reunimos para celebrar Pésaj, la festividad que recuerda la salida del pueblo de Israel desde la esclavitud en Egipto hacia la libertad. Pero esta no es solo una conmemoración religiosa, es también una invitación a detenernos y reflexionar sobre algunos de los valores más relevantes y urgentes de nuestro tiempo.

Pésaj es una festividad de preguntas. La más famosa de ellas es: ¿por qué esta noche es diferente de todas las demás? Pero este año, la pregunta resuena con un eco distinto en el corazón del pueblo judío.

¿Cómo podemos hablar de libertad mientras miles de judíos en el mundo enfrentan amenazas reales a su seguridad y derechos? Más aún si hay 59 seres humanos secuestrados por el terrorismo palestino de Hamás en los túneles de Gaza.

El relato del Éxodo, narrado generación tras generación, no es únicamente una historia de redención para el pueblo judío: es una historia que puede inspirar a cualquier comunidad que haya luchado —o esté luchando— por su libertad, dignidad o justicia.

Con todo, el Éxodo es un relato de resistencia frente a la opresión, de esperanza frente al miedo, y de la convicción de que ningún ser humano debe vivir esclavizado, invisibilizado o sometido.

 

Diversidad, justicia social y memoria histórica

En esa cena ritual, a través de alimentos simbólicos, preguntas compartidas y el acto de recordar, revivimos no solo nuestro pasado, sino también los desafíos del presente.

La matzá, ese pan sin levadura que comemos durante toda la festividad, es un recordatorio del apuro bajo el cual nuestros antepasados debieron huir: es un símbolo de humildad, de desapego, de volver a lo esencial.

En un mundo que muchas veces nos empuja al consumo, a la velocidad, a la competencia, la matzá nos habla de sencillez, de empatía, de mirar al otro con menos juicio y más compasión.

Así, los pilares de Pésaj —la memoria, la libertad, la dignidad humana— no solo dialogan con el corazón de la tradición judía, sino también con los principios fundamentales de los derechos humanos. Nos recuerdan que la verdadera libertad no se limita al acto de escapar de la esclavitud, sino que se manifiesta en la construcción cotidiana de una sociedad más justa.

En ese sentido, Pésaj es también una oportunidad para abrir conversaciones sobre diversidad, justicia social y memoria histórica, fundamentales para construir comunidades inclusivas y democráticas.

Hoy, más de tres mil años después del Éxodo, seguimos celebrando Pésaj no por nostalgia, sino porque su mensaje sigue siendo profundamente relevante. Nos recuerda que la libertad no es un destino alcanzado, sino una tarea permanente, y que la historia —propia o ajena— no debe olvidarse.

También, nos interpela a que todos, judíos y no judíos, podemos encontrar en esta antigua festividad una guía para construir un mundo más respetuoso, más solidario y más humano.

Jag Pésaj Sameaj. Que la celebración de la libertad nos inspire a caminar juntos hacia un futuro más justo para todos.

 

 

 

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Dafne Englander K. es la directora ejecutiva de la Comunidad Judía de Chile.

 

Dafne Englander K.

 

Imagen destacada: Hagadá, matzá y vino.