En una presentación memorable de la Orquesta Sinfónica Nacional, las diferentes secciones instrumentales se complementaron a la perfección con los distintos tempos, dinámicas y colores empleados durante la interpretación de las partituras escogidas, y los bronces sonaron como hacía tiempo no se oían en el recital programado para homenajear la figura del célebre creador y compositor estadounidense.

Por Jorge Sabaj Véliz

Publicado el 10.10.2018

En el duodécimo concierto de la temporada 2018 del Teatro de la Universidad de Chile los días 5 y 6 de octubre comparecieron solo artistas norteamericanos según el siguiente programa, especialmente dedicado por el director titular Leonid Grin a su mentor y amigo el compositor estadounidense Leonard Bernstein.

1) Aaron Copland (Nueva York, 1900 – Nueva York, 1990), Fanfarria para un hombre común (1942).

2) Leonard Bernstein (Massachusetts, 1918 – Nueva York, 1990).

–Obertura Candide (1956)

–On the Town: Tres episodios de danza (1949)

–West Side Story: Danzas sinfónicas (1961)

3) George Gershwin (Brooklyn, 1898 – Beverly Hills, 1937),  Concierto para piano en F (1924).

La obras fueron dirigidas por el director titular de la Orquesta Sinfónica de Chile, el maestro Leonid Grin.

El análisis:

1) Aaron Copland, Fanfarria para un hombre común (1942).

Obra entregada solo al timbal y a la sección de bronces, todos de pie, excepto el timbal. Se lucieron los bronces desarrollando la fanfarria y sus variaciones.

2) Leonard Bernstein, Obertura Candide (1956).

Antes del concierto el director musical evocó el milagro en que consistió su encuentro en Estados Unidos con el maestro Leonard Bernstein, a quien tildó de personalidad renacentista por ser simultáneamente, director, compositor, pianista, socialité y editor. El concierto fue dedicado a su memoria.

La obertura Candide que muchos recuerdan por inaugurar el segundo de los míticos conciertos de los tres tenores en Los Angeles, Estados Unidos, en 1994, para la Copa Mundial de Fútbol. Bello y homogéneo sonido de cuerdas. Desarrollado hacia los tutti orquestales con participaciones de los solistas de vientos y el concertino. Un tema desarrollado y re expuesto con una coda final vertiginosa. Abundante percusión.

3) George Gershwin,  Concierto para piano en F (1924).

Primer movimiento: Breve introducción orquestal, luego entra el solista y nos sumerge en su atmósfera delicada en mezzopiano. El ritmo sincopado en escalas es introducido por violines seguido por un segundo tema también expuesto por violines pero esta vez doblados en un compás más tarde, por el solista de piano, el intérprete norteamericano Jon Nakamatsu.

El segundo tema es expuesto nuevamente por violines mientras el teclado reproduce motivos rítmicos y nos introduce en una variación temática y rítmica con escalas ascendentes, la cual va presentando distintos ritmos en el piano. El tempo es férreamente controlado por el director como es su costumbre.

Segundo movimiento: Se abre con un solo de trompeta acompañado por contrabajo y el resto de los vientos: clarinete, oboe, trompeta, también apoyados por los chelos. El director imprimió leves rubatos a la orquesta. El solista nos regala una interpretación precisa y rítmica. La trompeta inicia un tema que luego prosigue y repite el piano solista a capella, quien aprovecha muy bien las pausas de los silencios.

Tercer movimiento: El piano y la orquesta se largan en una fuga. El piano solista debe sortear difíciles pasajes de virtuosismo. Excelente complementación en las dinámicas entre la orquesta y el solista. Bien afiatados en el tempo de la obra. Un rallentando antes del Gong. Difícil final de forte piano con un crescendo final sostenido por el director antes de terminar.

4) Leonard Bernstein, On the Town: tres episodios de danza (1949)

Un ritmo de danza como un vals citando musicalmente a Stavinsky con corno solista.

Melodía interpretada por los vientos de madera, oboe y trompeta solista. Luego ampliado por un tutti orquestal. Buen equilibrio entre vientos de madera y de cuerdas.

Sonido casi de Big Band con cuerdas e incorporación de saxofón alto a los vientos. Las distintas secciones orquestales se complementan a la perfección en los distintos tempos, dinámicas y colores empleados. Los bronces sonaron como hacía tiempo no se oían en el recinto de la Plaza Italia.

5) Leonard Bernstein, West Side Story: Danzas sinfónicas (1961)

Con colores jazzísticos (cadencias) y abundante percusión (bongo), chasquidos de dedos y xilófono.

Ritmo de danza como de charleston y mambo con staccato de cuerdas graves, ostinato de violines, uso de pito y de arpa.

El tema de la canción María mezclado con el segundo tema de la canción inteligentemente orquestado, dándoles solemnidad con la percusión y la trompeta de solista. Mucho uso de bronces en sordina.

Mambo con percusión y sección de bronces llevando el peso rítmico mientras las cuerdas acompañan en pizzicato, gran número.

Nuevamente el tema de María tocado en pizzicato por sección de violines y luego por un cuarteto de violines primeros. Abundantes variaciones rítmicas y tímbricas sobre el mismo tema. Uso de la batería.

Una verdadera fuga de percusión con acompañamiento de cuerdas.

Nuevamente un tema melódico, lento, casi como un adagio de Mahler.

La próxima presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile se efectuará en funciones dobles los días viernes 12 y sábado 13 de octubre, a las 19:40 horas en el ex Teatro Baquedano, cuando la agrupación laica y universitaria aborde un programa que incluirá a la famosa última sinfonía escrita por el compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky, la N° 6 en Si menor llamada Patética, en una ejecución que será dirigida por el maestro estadounidense de origen ucraniano, Leonid Grin.

El pianista estadounidense Jon Nakamatsu recibiendo la ovación del público en el Teatro de la Universidad de Chile

Tráiler:

Crédito de las fotografías utilizadas: Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile.