Concierto 3 del Ceac de la Universidad de Chile: Con el protagonismo musical de dos maestros «clásicos»

La tercera fecha regular de la temporada 2018 estelarizada por la Orquesta Sinfónica Nacional contó, según lo adelantado, con la participación artística en su programa del director local Maximiano Valdés Soublette y del violinista de origen ruso Alexander Markov. Así, las virtudes ejecutorias y canónicas conocidas de ambos intérpretes fueron apoyadas por el buen nivel que exhibieron los chelos de la agrupación laica y universitaria, quienes mantuvieron durante el total de la jornada analizada, un «sonido iluminado».

Por Jorge Sabaj Véliz

Publicado el 17.4.2018

El tercer concierto de la temporada del Teatro de la Universidad de Chile el 13 y el 14 de abril de 2018 tuvo dos figuras que disputaron el protagonismo. El solista del Concierto para Violín Nº 4 en Re mayor KV 218, de Wolfgang Amadeus Mozart (Salzburgo, 1756-Viena, 1791), el violinista ruso-norteamericano Alexander Markov (Moscú, 1963) de quien dijo el célebre violinista, Sir Yehudi Menuhin: “Es, sin lugar a dudas, uno de los más brillantes y musicales violinistas…  Tengo la certeza de que Alexander Markov dejará su marca en los melómanos de todo el mundo y en la historia de los virtuosos modernos del violín”, y el director de orquesta chileno Maximiano Valdés (Santiago, 1949) quien, cual conductor itinerante, ha dirigido agrupaciones por todo el mundo entre las que se incluyen la Nouvel Philharmonique, la Ópera de París, la de Lyon, Burdeos y Estrasburgo; la London Symphony, Royal y London Philharmonic y la English Chamber Orchestra; la Orquesta Nacional de la Radio Polaca y la Orquesta Filarmónica de Varsovia. La Orquesta de la Ciudad de Barcelona, la Orquesta de la Radio Televisión Española y las sinfónicas de Bilbao, Málaga y Valencia, entre otras. En Chile, la Orquesta Filarmónica. En México, la Orquesta de Xalapa y la Filarmónica de la Ciudad de México. En Caracas, la Orquesta Simón Bolívar y la Sinfónica Nacional.

Este comentario especializado responde a las alternativas musicales, estéticas y sonoras que pudieron apreciarse en la función de estreno, acontecida el último viernes 13, a partir desde las 19:40 horas, en el proscenio del Teatro de la Universidad de Chile.

Además del concierto para violín mencionado, el programa incluyó dos obras más: La Obertura en Re mayor en “estilo italiano” D. 590, de Franz Schubert (Viena, 1797 – Viena, 1828) y la Sinfonía Nº 1 en Fa menor, Op. 10, de Dmitri Shostakovich (San Petersburgo, 1906 – Moscú, 1975).

Con respecto a la Obertura en Re mayor en “estilo italiano” D. 590, quizás lo único débil fue le ataque, poco claro. Los violines comenzaron bien y los chelos buscando su sonido. La sección de vientos se notó cómoda en el mezzopiano. En general, la orquesta se notaba relajada y suelta. Había comunicación entre la sección de cuerdas y de los vientos. Los chelos encontraron su tempo. Buen trabajo dinámico del director, destacaron los solos de oboe, de clarinete y de flauta traversa.

Para el Concierto para Violín Nº 4 en Re mayor KV 218, se retiró parte de la agrupación quedando una verdadera orquesta de cámara.

 El 1º movimiento, Allegro, se inició con una introducción orquestal llena de matices dinámicos y rítmicos. Por su parte el solista disfrutaba cada línea de la partitura mientras una Sinfónica Nacional reducida acompañaba con acierto. Este movimiento permite tanto la colaboración como el lucimiento de la orquesta y del solista. La cadencia del violín fue sobria y compenetrada, un verdadero resumen de las emociones experimentadas en la introducción. Desde el instrumento surgían claramente al menos dos voces distintivas.

En el 2º movimiento, Andante cantabile, Mozart prepara la entrada del solista con el tema iniciado por los violines primeros. Markov se toma su tiempo en la interpretación dotando de gran expresividad a su instrumento en perfecta colaboración con la orquesta. En ésta destacó el sonido y nivel alcanzado por los chelos. La cadencia se caracterizó por la sutileza e introspección interpretativa.

 El 3º movimiento, Rondo, se desarrolla el tema con múltiples variaciones hasta la re exposición. Los chelos conversan musicalmente con el solista, en general la orquesta mantiene la levedad y la concentración requeridas. En un momento el solista se acercó a los violines primeros dirigiéndolos con la mirada y los gestos configurando un verdadero dúo. El solista buscaba constantemente la complicidad con la orquesta, mostrando una caudalosa gama de recursos y de colores. Se mantuvo 100 por ciento en el estilo clásico sin hacer concesiones de tipo romántico.

Como bis nos mostró un Capricho de Paganini y una Partita de Johann Sebastian Bach, demostrando una capacidad narrativa excepcional al aprovechar al máximo los recursos expresivos de su violín e incluso tomándose algunas licencias. Gran carisma y atractiva personalidad.

El último número del concierto correspondió a la Sinfonía Nº 1 en Fa menor, Op. 10 de Dmitri Shostakovich (San Petersburgo, 1906 – Moscú, 1975).

El comienzo fue cauteloso para tomar vuelo a medida que avanzaba el movimiento. Abundante uso de los solistas de la orquesta: flauta traversa, concertino, chelo, corno, clarinete, fagot. Los chelos mantienen el sonido iluminado que exhibieron durante toda la jornada. Efectivos los cambios dinámicos al fortísimo súbito con percusión y luego al piano crescendo. Dentro del movimiento se desarrolla un ritmo de vals lento.

En la segunda parte se suma el piano como instrumento. Se desarrollan algunas fugas. Sigue el uso indiscriminado de solistas orquestales. El clarinete y el fagot interpretan un tema melancólico que luego es tomado por el oboe, la flauta traversa y otros vientos. El fagot expone un segundo tema el cual es repetido por los bronces en fortísimo con acompañamiento de percusión para terminar en piano con efectos de forte súbito.

El oboe se encarga de abrir el tercer movimiento con el tema principal. Luego lo desarrolla el chelo solista y los violines primeros, ambos temas se enfrentan en violines primeros y bronces repitiendo una figura rítmica y melódica. El solo de oboe retoma el tema, el que alcanza un mayor grado de solemnidad en el coral de bronces. Solo de trompeta con acompañamiento de chelo. Solo de chelo. Crescendo de tambor militar. Múltiples cambios de ambiente dentro del último movimiento. Solo de timbal. Solo de chelo.

La programación de la temporada 2018 del Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile continúa el próximo sábado 21 de abril con el debut en el escenario del ex Teatro Baquedano del montaje de danza clásica Giselle, contrapunto y revisita, y cuya ejecución musical y escénica estará a cargo del Ballet Nacional Chileno (Banch) y de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile.

Para obtener una mayor información de ese espectáculo futuro, revisar aquí.

 

El director santiaguino Maximiano Valdés Soublette fue una de las figuras del reciente Concierto 3 de la temporada regular de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile

 

Tráiler:

 

 

Crédito de las fotografías utilizadas: Patricio Melo, del Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile