Aunque breve, la presencia artística de la cantante canadiense de origen armenio -durante el cuarto movimiento de la Tercera Sinfonía de Gustav Mahler-, correspondió al mayor momento musical y escénico de la última presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional: un timbre poderoso con graves llenos de armonía y una dicción que exageraba la pronunciación de las consonantes finales de las palabras en alemán, con gran control respiratorio y presencia corporal, que logró imponer siempre sus líneas sonoras a la agrupación laica y universitaria, conducida en esta oportunidad, por su director titular, el maestro estadounidense Leonid Grin.
Por Jorge Sabaj Véliz
Publicado el 9.6.2018
El sexto concierto de la temporada 2018 del Teatro de la Universidad de Chile el 7 y 8 de junio de 2018 nos trajo de vuelta a su director titular Leonid Grin para continuar con el ciclo sinfónico dedicado al compositor bohemio Gustav Mahler (Kalischt, 1860 – Viena, 1911). Esta vez fue el turno de su Tercera Sinfonía, estrenada en 1902. Completaron el elenco de intérpretes la mezzo solista, Nora Sourouzian, las sopranos y contraltos del Coro Sinfónico de la Casa de Bello -con sus cuerdas agudas-, dirigido por Juan Pablo Villarroel y el Coro del Colegio Almendral de La Pintana, conducido por Marcela Serrano. El presente comentario especializado corresponde a lo apreciado en la presentación del jueves 7 de junio, a contar desde las 19:40 horas.
I) Kräftig. Entschieden (El despertar de Pan. El verano hace su entrada).
El primer movimiento y el último son los más extensos de la sinfonía. Desde el inicio la orquesta sonó apretada. La entrada de los cornos fue insegura, no así las de las trompetas y chelos. Ahora bien estos últimos sufrieron durante el solo de trombón (éste se lució con un sonido y un control dinámico puestos al servicio de la melodía con un tono solemne y dramático) pues sus ataques, en el acompañamiento del trombón, no fueron todo lo certeras en cuanto al tempo. Los vientos de madera estuvieron acertados en color y volumen. En cambio a los cornos y trompetas les costó entrar en el movimiento, se oían incómodos.
El director se tomaba continuas pausas para encausar y aglutinar las distintas secciones dentro de este extenso movimiento. El concertino con oleadas de sonido. Dentro de esta alta exigencia en cuanto a color y cambios rítmicos, la orquesta tuvo muchos problemas para amalgamar el sonido. Cada grupo instrumental se preocupó en demasía de los tempos y de las entradas lo que rigidizó al conjunto y le impidió concentrarse en la música. En la segunda parte del movimiento la orquesta mejoró en cuanto a la sintonía entre los instrumentos.
II) Tempo di Menuetto. Sehr mäßig (Lo que me cuentan las flores del campo).
Un vals llevado con cambios dinámicos de buena manera por las cuerdas, con temas en violines primeros y segundos y pizzicato de chelos. El acompañamiento de cornos difuso. Buen complemento entre cuerdas y vientos de madera intercambiándose los temas y los solos. Movimiento de gran riqueza tímbrica y colorística, intimista y altamente exigente en sus recursos. Buena interpretación del concertino.
III) Comodo. Scherzando. Ohne Hast (Lo que me cuentan los animales del bosque).
Comenzó perfectamente coordinado en cuanto a intensidades, ritmos y colores. Los instrumentos mostraron sus “voces”, destacando los vientos de madera. Buen contrapunto entre cuerdas graves y agudas. El corno externo desarrolló su solo sin mayores contratiempos, tocando la mayor parte en un difícil mezzopiano. Los violines primeros en algunas entradas se adelantaron. Las cuerdas graves estuvieron atinadas en cuanto al ritmo y en cuanto a uniformar su color. Al final los timbales en conjunto tuvieron un ligero destiempo que los hizo duplicar el sonido con un pequeño desface, aún así se trató del movimiento orquestalmente más logrado de la sinfonía.
IV) Sehr langsam. Misterioso (Lo que me cuenta el hombre -la noche-).
Entrada cuidada de chelos en pianísimo. La mezzosoprano canadiense, Nora Sourouzian, exhibió una voz poderosa con graves llenos de armónicos y una dicción que exageraba la pronunciación de las consonantes finales de las palabras en alemán. Los cornos se perdieron en el ritmo escuchándose incómodos en el pianísimo al acompañar a la solista. Voz voluminosa y bella, con gran control respiratorio y presencia escénica. Logró imponer sus líneas, el concertino acompañó adecuadamente sin opacarla. Los chelos y contrabajos terminaron el movimiento en un espléndido pianísimo. El texto cantado por la solista, «Oh Mensch!», está extraído de un poema incluido en «Also sprach Zarathustra», de Friedrich Nietzsche.
V) Lustig im Tempo und keck im Ausdruck (Lo que me cuentan las campanas de la mañana).
El coro femenino estuvo acertado en los tempos y mostró un bello color. A su vez la solista se lució con un timbre cercano al contralto. El coro de niñas sonó un poco tímido, les faltó sacarse el miedo escénico del estreno. Las mezzos del coro femenino destacaron por su bello color. El texto cantado por las voces “Es sungen drei Engel” (Tres ángeles cantaban) esta extraído de un poema del ciclo «Des Knaben Wunderhorn». Por eso esta sinfonía se inscribe en el primer ciclo, de cuatro sinfonías, en las que se incluyen partes cantadas basadas en poemas de este conjunto conocido como el cuerno mágico de la juventud, en su traducción al castellano.
VI) Langsam, ruhevoll, empfunden (Lo que me cuenta el amor).
Buen comienzo de cuerdas. Los violines primeros y segundos dan el “tono”, los segundos en un efectivo contrapunto con los primeros. En los compases iniciales nunca abandonaron el pianísimo y el piano. La transición hacia el primer fortísimo no estuvo exenta de problemas para los cornos. Las cuerdas mantuvieron la corrección en sus entradas, tempos y dinámicas, empero les faltó entregarse a su emoción en largos pasajes del movimiento. Hacia la mitad, en el coral con concertino y vientos de madera, los cornos sufrieron en el mezzopiano. Luego en el crescendo de los violines primeros, hacia uno de los clímax, fueron traicionados por su ímpetu. La última entrada de bronces hacia el final del movimiento fue dubitativa sobretodo en el pianísimo de la trompeta a la que le costó mantener su línea. Al final del movimiento llegaron casi sin energía.
La temporada 2018 de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile continuará el próximo viernes 6 y el sábado 7 de julio, a las 19:40 horas, en el Teatro de la Universidad de Chile, ex Baquedano, cuando la agrupación docta interprete un programa dedicado a los compositores Claude Debussy, Darwin Vargas, César Frank y Maurice Ravel, en dos funciones que serán dirigidas por el maestro peruano David del Pino Klinge, ex conductor titular de este cuerpo estable del Centro de Extensión Artística y Cultural de la Casa de Bello.
Tráiler:
Crédito de las imágenes utilizadas: Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile