Entre hojas cuadriculadas y algunas ilustraciones de diferentes autores, a modo de recortes pegados en un libro que adquieren finalmente la forma de una agenda o de un diario íntimo, la editorial bonaerense INTERZONA acerca al público sudamericano la obra de John Berger: autor inglés nacido en 1926 y fallecido a sus 90 años, en enero de la pasada temporada (2017).
Por Brenda Mezzini
Publicado el 9.3.2018
“Todo es revelación, todo lo sería, de ser acogido en estado naciente.”
María Zambrano
“Confabulaciones” libro inclasificable y precioso. Libro de ensayos breves, destellos, vivencias del corazón y recuerdos añorados.
Sincronía perfecta donde se encuentran la emoción y la razón.
Lugar donde se acoplan poesía y música en una imagen refulgente. Infancia preciada, juego inocente del niño-poeta.
John Berger (1926 – 2017), reconocido poeta, ensayista, crítico y pintor nos presenta un pequeño tesoro deslumbrante. Nos toma de la mano y nos lleva por este fluir de imágenes luminosas.
En una invitación amable, nunca una exigencia. Es la curiosidad creativa y lúdica de un niño que descubre el mundo admirado y asombrado. Y todo es nuevo, todo es encantador.
Vemos plasmada en el recorrido su fascinante trayectoria como pintor y poeta. Y gran melómano por cierto.
En sus páginas se vislumbra una vida intensa, de indomable fulgor.
La pasión por el arte. Y el arte, a su vez, como resistencia, como trinchera, como refugio del Ser. Y la poesía en especial, como decía Heidegger, la casa del Ser.
Berger nos conduce, como pez en el agua, hacia la búsqueda de su verdad.
Y no hay temor allí.
El autor nos sumerge sin miedo en las aguas de la incertidumbre para llegar a un estado casi meditativo o zen.
Siempre es liviano. No abruma con datos innecesarios.
Basta sólo una imagen vívida, el recuerdo de una caricia, una despedida, un viejo poema o una canción.
Rosa Luxemburgo se encuentra con Camus y Rembrandt. Y Chaplin les sonríe cómplice.
Césaria Évora, Sara Baras y anécdotas de Moscú, algún lugarcito de Italia y Estocolmo.
Bessie Smith y Johnny Cash se encuentran con el flamenco y García Lorca.
El pintor renacentista Antonello de Messina y un poema de Moya Cannon.
Tom Waits y Rostia, un pintor checo amigo del autor.
Lo que se vislumbra y disfruta también es la observación del poeta de las pequeñas cosas, que nos remite a la reciente película “Paterson”, de Jim Jarmusch.
Los textos son acompañados por la tenue luz de las acuarelas del autor y algunas fotos seleccionadas por él especialmente para la ocasión.