El tercer libro del autor chileno es un poemario-metralleta (de hecho, no por nada los versos conviven con páginas que simulan marcas de balas), atravesado por el desencanto, la rabia. Con un lenguaje claro y nada estridente ni adornado, se posiciona desde una clase, desde una agonística que recusa los circunloquios, las introspecciones, los devaneos del nihilismo individualista.

Por Francisco Marín-Naritelli

Publicado el 8.12.2019

“Todo está hecho de sangre que gotea / incluso la libertad y la dignidad / que se conquistan a balazos”, extracto del libro.

Octubre, 2019, Chile. Los cacerolazos no arrecian, el humo de las barricadas, el saqueo, la represión policial y militar. Detenciones, torturas, violencia sexual, asesinatos bajo el amparo del toque de queda. Día y noche. El derecho de vivir en paz contra la guerra de un Presidente. Quizá no es tiempo de palabras, quizá sea tiempo de calle. Pero como seres dotados de lenguaje, que habitamos una lengua, necesitamos expresar, reflexionar, disentir, al mismo tiempo que movilizarnos. Porque: “las palabras restituyen el poder a los hechos”. Allí la poesía. La poesía que corporiza un sentir. La poesía como un vehículo de protesta. Contra la patria. Pequeña biblioteca de malos pensamientos (Ediciones Oxímoron, 2019) es un ejemplo de eso.

“Como tengo lápiz y papel te lo digo de golpe: /este es chile y sus mendigos / con largo parentesco de llanto que / la lluvia amenaza” (poema Cuerdas cortadas para Baldomero Lillo, pág. 6).

“Le di al lenguaje total libertad y la dignidad / como una lección de honor” (poema Factura, pág. 84).

“Yo, hijo de este siglo / hipócrita y canalla /quisiera que mis versos reflejaran como la dinamita/ el graznar salvaje escrito con mi diestra” (poema Renegación, pág. 48).

El tercer libro de Tos de Perro (seudónimo poético del editor Eduardo Farías, columnista del diario online El Desconcierto, Santiago, 1985) es un poemario-metralleta (de hecho, no por nada los versos conviven con páginas que simulan marcas de balas), atravesado por el desencanto, la rabia. Con un lenguaje claro y nada estridente ni adornado, se posiciona desde una clase, desde una agonística que recusa los circunloquios, las introspecciones, los devaneos del nihilismo individualista. Una sentencia: canto general.

“Si tú no provienes de un barrio pobre / es difícil que entiendas / de la vida muchedumbre / esa muchedumbre es la demencia de / hacernos pedazos / por / apenas / un minuto de felicidad” (poema Esplendor en el viento, pág. 8).

“Canto general que me interprete / de la recesión y otras restricciones / soy un minusválido de la canción / en esta toma parcial y muriente de santiago” (poema Canto general, pág. 14).

“(…) Basta de farsas / bajo el mismo yugo / en esta lejana factoría / que no condena nuestras copias” (poema Entre la inocencia y la ignorancia, pág. 18).

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Sumario. Palabras claves: pueblo, olla común, salitre, carbón, libertad, justicia, hambre, miseria, enfermedad, tristeza. Y no clase media. Que se lea bien: y no clase media.

“No somos parientes ni amigos / ni vecinos de los dueños de la tierra o de la industria / les hemos vendido nuestra fuerza de trabajo por un sueldo, /como mayordomos” (poema A la clase media (y mediocre), pág. 32-33).

“(…) todos forman una masa cada vez más densa / compacta y hacinada hasta aplastarse mutuamente / algún día / hasta formar un hoyo negro humano / una mancha sin contornos / ni perfil, un hoyo negro” (poema Más hombres que mujeres se ven derivar, pág. 66).

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El poeta no es un pequeño dios, ni siquiera le alcanza para burócrata. O quizás: demonio junto a otros demonios.

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Contra la patria significa contra el abuso, contra los explotadores, contra los verdugos, contra la ignorancia, contra la farándula, contra la propiedad privada, contra la iglesia, contra la gran familia chilena, contra las imposibilidades. Contra todas las cadenas.

“(…) y mientras más riqueza, más miseria / y el amo como un ratón enorme se come / el último pan” (poema Patrones y peones, pág. 28).

“Crucifijos parchan la vergüenza del latifundista / y la religión es un estropajo en descomposición” (poema Crucifijos de asesinos parchan la vergüenza, pág. 44).

“(…) El porvenir es un funeral que nos cuelga con la bandera /nacional que protegen los explotadores” (poema Antigua y amarga condecoración, pág. 54).

“Sal y mira el espectáculo / abre los ojos a nuestro horrendo pasado: / el hambre y los esclavos / los corazones negros y los verdugos del trabajo” (poema Salid de vuestros lechos, pág. 76).

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Hay en estos versos breves una urgencia vital, embebidos en cánticos negros, porque estar contra la patria no es simplemente una negatividad, es también la afirmación de la historia, del fuego o la justicia. Porque finalmente el castigo llegará. Quizá ya está llegando.

Francisco Marín-Naritelli (Talca, Chile, 1986), además de periodista y de magíster en comunicación política (titulado doblemente en la Universidad de Chile) las ejerce también como profesor en la Universidad Andrés Bello y como un prolífico escritor nacional, cuyas últimas publicaciones son el libro de cuentos Interior con ceniza (Ceibo Ediciones, Santiago, 2018) y el volumen experimental de El perfecto transitivo (Filacteria, 2019).

Igualmente es el director titular del Diario Cine y Literatura.

«Contra la patria», de Tos de Perro (Ediciones Oximorón, 2019)

Tos de Perro (Eduardo Farías)

Imagen destacada: El estallido social en Chile, 2019.